aragón

En ruta desde Zaragoza en busca de refugiados: "Vi que habían atacado un hospital y pensé que tenía que ir"

Un empresario zaragozano costea el viaje de 5 furgonetas a Polonia para traer a ucranianos que huyan de la invasión rusa. Espera sacar del país a 36 personas este fin de semana.

Egoitz Aguirre, empresario zaragozano que dirige un viaje para traer a refugiados ucranianos.
Egoitz Aguirre, empresario zaragozano que dirige un viaje para traer a refugiados ucranianos.
Toni Galán

La marea de solidaridad aragonesa con el pueblo ucraniano tras la invasión rusa sigue moviendo a particulares a organizar viajes para recoger a refugiados. El empresario zaragozano Egoitz Aguirre, de 41 años, es uno de ellos. Este jueves tiene previsto salir hacia Polonia con 5 furgonetas cargadas de ayuda humanitaria que ha recibido de donaciones de ciudadanos y volver el domingo con 36 ucranianos. La necesidad de ayudar a quienes están viviendo el horror de una guerra le ha movido a ponerse en carretera sin pensar en el viaje de más de 5.000 kilómetros hasta Polonia.

"Estaba viendo el telediario y vi que habían atacado un hospital y pensé que no lo podía permitir", explica el emprendedor, al frente de la empresa comercial AMG Trading. Todavía no se cree la respuesta tan abrumadora que ha recibido en unos días de la gente de su entorno y anónima que se ha ofrecido como conductores y para donar productos de primera necesidad y medicamentos. Una respuesta que se ha repetido en otras 'caravanas de solidaridad' de ciudadanos que se han organizado estas semanas en Binéfar y Tarazona con furgonetas sufragadas por particulares en viajes humanitarios. 

Difusión por las redes sociales

Egoitz reconoce que su idea inicial era ir "con dos amigos" en dos vehículos de alquiler, pero "se me ha ido de las manos" confiesa. "Íbamos a ir dos furgonetas y al final vamos cinco", cuenta. Las redes sociales hicieron de altavoz de su petición de donaciones. "Colgué en mi Whatsapp que iba a ir y traer a familias", recuerda, y empleadas como Mónica Chups y su hermana Maribel también lo difundieron en el Facebook de localidades como La Joyosa. A las pocas horas empezaron a recibir voluntarios tanto para conducir como para hacer donaciones. "No he dejado que dieran dinero", apunta, ya que el coste de las furgonetas de alquiler lo asume él, 1.300 euros por cada una, y el del carburante, que calcula que la subida de precios actuales supondrá unos 1.200 euros por vehículo. "Tal y como está el gasoil, será eso como poco", calcula, pero prefiere no hacer más números.

La iniciativa ha puesto en común a desconocidos. En el convoy humanitario hay dos particulares que se han ofrecido a poner la furgoneta. "Yo pago la gasolina", apunta. Además, una ucraniana residente en Zaragoza ha alquilado otra para sumarse al grupo. 

"Estoy muy orgulloso de la ayuda de todo el mundo, la mayoría gente anónima"

No para de agradecer el apoyo que ha tenido de todo el mundo. "Gracias a Maribel Chups por la ayuda que hemos recibido. Se está dando una paliza que se merece el cielo", cuenta. Ella ha situado esta semana en el polígono de Pinseque un punto de recogida en una nave que tenía, donde ha tenido también el apoyo de familiares, amigos y vecinos. Él ha sufragado también las cajas para clasificar y empaquetar los productos. La lluvia de donaciones de pañales, comida y medicamentos ha llegado a la nave y a la sede de la empresa en el Centro empresarial de negocios de Miralbueno. Algunas personas han hecho compras a través de internet que enviaban a la sede, donde todos los empleados han colaborado para organizarlas. Entre los últimos envíos ha estado uno de medicamentos de la Farmacia Echarri del barrio de Las Delicias y cuenta con otro gran lote de productos del supermercado de Alcampo en Los Porches Audiorama, enviado por su franquiciada, Natalia Cortinas. "Estoy muy orgulloso de la ayuda de todo el mundo, la mayoría gente anónima", insiste. 

Lo último que han conseguido han sido las sillas de auto para bebés. Este miércoles les faltaban dos, pero tras un nuevo llamamiento consiguieron cuatro en pocas horas. "Las devolveremos", apunta.

"¿Quién lo hace si no lo hacemos nosotros? No le vamos a decir a una madre con dos bebés que no la vamos a ayudar porque eso deberían hacerlo los gobiernos"

Bebés de solo unos meses

El trabajo más duro ha sido la búsqueda de refugiados. La secretaria de Egoitz, Alexandra Szydelko, es polaca y comenzó a hacer llamadas a Polonia. Una amiga ucraniana se ha sumado como traductora, junto a la conductora que se ofreció voluntaria por las redes sociales. "Empecé a buscar fundaciones, organizaciones que ya están ayudando a estas personas. Intenté llamar a la embajada pero es muy difícil contactar con ellos, hay un caos", reconoce Alexandra, sobre la situación en su país, el principal al que están llegando refugiados ucranianos.

"Vamos a recoger a quienes tienen aquí familiares o gente que se ha ofrecido para facilitarles alojamiento", explica, consciente de que no podrán ayudar a todos, que es lo que más le atormenta. "Tenemos familias localizadas y si tuviésemos más transporte tendríamos muchos más", asegura la mujer polaca. "Es tan difícil decir que no", reconoce, con la voz entrecortada, porque no todos con los que ha contactado caben en el viaje de vuelta.

Hay también quien no quiere alejarse del país vecino. "Están asustados, no quieren viajar a otro punto de Europa no sabiendo a dónde van. Salen de su casa con una bolsa, un neceser y nada más", cuenta tras las conversaciones a través de las redes sociales que ha tenido con varias familias. En su entorno hay quien le pregunta que cómo se meten a organizar algo tan complejo y con riesgo. Ella tiene clara la respuesta: "¿Quién lo hace si no lo hacemos nosotros? No le vamos a decir a una madre con dos bebés que no la vamos a ayudar porque eso deberían hacerlo los gobiernos", explica Alexandra Szydelko. Su preocupación es contar con la documentación legal necesaria para que los refugiados no tengan problemas. No constan en ningún registro al entrar en Polonia.

La expedición sale este jueves con cuatro furgones con 9 personas y capacidad para traer 28 y otra más pequeña de seis plazas para 4 más. En total, 32 personas a las que esperan dar una nueva vida. No llegarán a Aragón porque tienen familia en otras ciudades europeas y españolas y las irán dejando a lo largo del recorrido. A Egoitz no le asusta la distancia porque por su trabajo de comercial suele recorrer 165.000 kilómetros al año en su coche. No piensa en el cansancio sino en poder ayudar. "Tendremos los riesgos de un viaje de tantos kilómetros, pero iremos con ilusión. Al ir sé que no nos vamos a cansar", cuenta. A la vuelta es consciente de que viajar con bebés y niños les obligará a más paradas. "Les acogeremos con una sonrisa porque esta gente viene del terror", recalca. "Mi idea si sale bien es hacerlo más veces", asegura.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión