Ana María Cortés, primera consejera en el Gobierno de Aragón: "Nunca me sentí discriminada. Ni lo hubiera tolerado"

Asumió Sanidad, Bienestar Social y Trabajo en el Ejecutivo regional que presidió Hipólito Gómez de las Roces (1987-1991).

Ana María Cortés, durante el homenaje que recibió en el Pignatelli.
Ana María Cortés, durante el homenaje que recibió en el Pignatelli.
Oliver Duch

¿Cómo le llegó la propuesta para ser consejera?

Conocía a Hipólito (Gómez de las Roces) porque los dos trabajábamos en la delegación de Hacienda. Empecé a seguir de lejos su trayectoria política y participé en algún mitin. Me hizo una propuesta que me dejó desorientada, desfondada y asombrada:_que fuera consejera de Sanidad, Bienestar Social y Trabajo. Lo pensé, lo medité, lo consulté y un día determinado le dije: “Sí quiero”.

Usted tuvo la posibilidad de estudiar.

Estudie Derecho mientras trabajaba y con absoluta independencia, y sin más cortapisas que el tiempo que no tenía.

¿Qué recuerda de su primer Consejo de Gobierno?

La expectación, el asombro, la inquietud y el contacto directo con la problemática de la Comunidad.

De los proyectos que impulsó, ¿de cuál se siente más satisfecha?

De los proyectos de las residencias de ancianos que se empezaban a vislumbrar. Se consiguieron tres. Y del intento de dibujar y diseñar el mapa sanitario de la comunidad autónoma. Tuve que recorrerme todo Aragón.

¿Había muchas dificultades en Teruel?

Había muchas dificultades en todos los lados. Empezaba a no haber médicos de pueblo. Tenía que programarse de otra forma porque no había suficiente personal. También empezaba a escasear el presupuesto.

¿Le tocaba pelear mucho con los demás consejeros por el presupuesto?

Sí. El problema es que la asistencia social no tenía un relieve de categoría. Las carreteras tienen su impacto, los regadíos... Pero los pobres de Ana María, como me decían, tenían un impacto relativo, y solo lo vivía de manera directa la consejera.

Ahora vive en una residencia, uno de los equipamientos que usted misma gestionó.

Las residencias, que tienen mala fama, con la covid se las ha demonizado de manera excesiva. He reconocido el gran trabajo que ha recaído sobre los hombros de la consejera Mariví Broto (Ciudadanía). La residencia es una realidad que ha venido para quedarse. En las residencias, el 60% son mujeres viudas y con hijos. Hay que hacer que las residencias lo más confortables posible.

¿Se ha sentido discriminada alguna vez?

Nunca. Ni lo hubiera tolerado. Cuando había un problema de comunicación veías como las mentes de los caballeros se iban iluminando.

¿Entiende que las mujeres salgan a la calle para defender sus derechos?

La mujer lo que no tiene que tener son obstáculos jurídicos para conseguir lo que quiera. Lo demás es esforzarse para conseguir esa igualdad con naturalidad y sin gritos violentos.

Mantiene el contacto con el expresidente Gómez de las Roces?

Tomamos un café de vez en cuando y damos un repaso a la política sin entrar en detalles

¿Cómo ve el trabajo del gobierno cuatripartito que preside Javier Lambán?

Veo a Lambán con una gran categoría. Creo que lo está haciendo bien. Guarda equilibrio. Es un gobierno dificilísimo pero sin estridencias. 

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