invasión de ucrania

Natalia Guerassimova, una rusa en Zaragoza: "Los primeros días sentí vergüenza; ahora siento indignación"

Trabajó en el pabellón de Rusia en la Expo y ahora coordina la empresa de traducción 'Exporta Rusia'. "Está todo bloqueado, va a ser un desastre para las empresas", señala. 

Natalia Guerassimova, en una foto en Zaragoza.
Natalia Guerassimova, en una foto en Zaragoza.
Heraldo

Natalia Guerassimova nació y creció en Múrmansk, un recóndito rincón del noreste de Rusia a apenas 200 kilómetros de la frontera con Noruega y Finlandia. Quién le iba a decir por entonces que, años después, conocería en las montañas de Pamir (Kirguistán) a un zaragozano que en 2001 le traería hasta las orillas del Ebro. A pesar de llevar 21 años aquí -habla un castellano con perfecto acento ruso-aragonés-, Guerassimova conserva familia y amigos en varias ciudades de Rusia. Desde que comenzó la invasión de Ucrania vive pendiente del móvil, del correo electrónico y de las videollamadas.

“Cuando nos despertamos el día 24 (de febrero) con la invasión no nos lo creíamos ninguno. Yo tenía la sensación de estar viviendo una situación que no podía ser real. Los primeros días sentí vergüenza. Ahora siento indignación, porque para mí es una guerra totalmente injusta”, declara abiertamente. Guerassimova tiene un hermano y varios amigos que son exmilitares, por lo que conocen de primera mano la manera de actuar del ejército ruso. Su hermano le contaba esta misma semana cómo muchos jóvenes de su ciudad (Pskov) han sido enviados a la guerra, y que sus familiares ahora “no pueden contactar con ellos”. “Se habla de que hay muchas bajas de militares rusos, pero no pueden hablar con sus hijos porque tienen todo cortado”, señala.

Tanto por lo que habla con sus familiares y amigos, como por lo que le llega a través de las redes sociales, esta zaragozana de adopción ve “un gran conflicto interior” en su país en torno a la guerra. Aunque admite que “buena parte de la población apoya la agresión”, también advierte que “hay otra gente que dice ‘no a la guerra’, que está a favor incluso de Ucrania”. Pone el ejemplo de dos amigos que la semana pasada salieron a manifestarse en contra de la campaña militar, y que acabaron detenidos, durmiendo en un calabozo y, al día siguiente, delante de un juez.

Otro de sus amigos contaba a Natalia un ejemplo sobre la tremenda campaña de propaganda que ha emprendido el gobierno ruso. “Su hija de 8 años volvió del colegio y le dijo que sus profesores le habían explicado que Rusia está en Ucrania en defensa propia, porque está rodeada de tanques por todos lados. Él está en contra de la guerra, y le explicó cómo veía las cosas, pero le pidió a su hija que no hable del tema en el colegio”, cuenta. Según se ha informado de primera mano, los colegios “han recibido instrucciones”, en las que el gobierno les explica “el tipo de preguntas que les pueden hacer los niños y las respuestas que deben dar según la edad que tienen”. "La profesora de historia de esta niña se ha cogido la baja para no tener que explicarlo", asegura.

Esta vecina de Zaragoza explica que esta propaganda “se está difundiendo desde hace ocho años”, pero que en los últimos tiempos “se ha incrementado”. Esto ha hecho que haya gran parte de la población que apoya la acción de Vladimir Putin: “Esto no podría ocurrir si todo el mundo estuviera en contra, porque no puedes ir contra tu propio pueblo”.

Ella es claramente contraria a la invasión, y tiene que tomar aire para tratar de explicar cuáles son los motivos que puede tener Putin para emprender esta acción militar: “Hay que medir cualquier palabra en esta situación. Muchos pensamos que son razones personales suyas, de sus ambiciones y de sus intereses. Él no quiere perder el trono. Prefiere sacrificar a su pueblo, a sus jóvenes que mueren en una guerra, que perder el poder”, sentencia. Además, critica que se haya decidido atacar a un país vecino “con el que tienes tradiciones en común y junto al que has luchado en la II Guerra Mundial sin preguntar si uno era ruso o ucraniano”.

Guerassimova, que trabajó en el pabellón de Rusia en la Expo de 2008, coordina desde hace años la empresa Exporta Rusia, que ofrece servicios lingüísticos (traducciones, presentaciones, intermediaciones…) a empresas españolas que quieren vender en Rusia, o viceversa. Cree que la guerra va a ser “un desastre” para ellas, y observa que “hoy por hoy está todo bloqueado”. “Las mercancías se han quedado en suelo europeo y las empresas ya no pueden mandarlas físicamente, y tampoco cobrar por sus servicios, porque está bloqueado el Swift -el sistema de pagos bancarios-”, explica. Por eso, augura que habrá “un parón importante” que obligará a las empresas “a buscar otros mercados” y a “reforzar su actividad en otras zonas”. Para 'Exporta Rusia' la guerra “no es nada bueno, claro...”. “Pero hay que tener esperanza y pensar en nuevas cosas”, señala.

A modo de conclusión, Guerassimova cree que quien va a perder con todo esto es “el pueblo ruso” -además del ucraniano, evidentemente-. “La gente va a ser más pobre”, augura. Ella lamenta “no poder ayudar más”. Mientras tanto, como experiodista que es, seguirá pendiente de las noticias y las historias que sus familiares y amigos le cuentan de primera mano, en una época en la que “también se vive una guerra informativa” que hace que sea “muy importante” saber “de dónde sale cada información”.

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