Heraldo del Campo

Apicultura

Las mieles de la reinvención

Arancha Fustero ha encontrado en la apicultura una posible alternativa para tratar de dar un impulso a la empresa agrícola de su padre. Tras adquirir formación ha comenzado a dar los primeros pasos con unas pocas colmenas.

Arancha Fustero junto a sus hijos, Adrián y Marcos, observando la miel.
Arancha Fustero junto a sus hijos, Adrián y Marcos, observando la miel.
Apache Comunicación

Cuando tuvieron que hacerse cargo de las tierras de su padre en Farlete, Teresa y Arancha Fustero trataron de buscar una alternativa a lo que en ese momento había y Arancha encontró una posible salida en la apicultura. "Fue gracias a un curso de formación que realicé con Araga y del que salí encantada", recuerda.

Así que se decidió a iniciarse en esta actividad y, actualmente, está dando los primeros pasos en la producción de miel de romero. Ha iniciado su actividad con un total de ocho colmenas, de las que actualmente producen miel cuatro. "Tengo que averiguar por qué sucede esto, por lo que a la producción tengo que añadir un cierto trabajo de investigación", apunta Fustero. Para ello, cada día, abre las ocho colmenas y extrae y analiza cada uno de los diez "cuadros" de cada colmena. "Al tratarse de un trabajo tan específico, no podemos abarcar grandes cantidades de colmenas", indica Arancha Fustero que tiene como perspectiva "aumentar el número de cajas y poder llevar algunas a algún otro lugar".

"Se trata de buscar un plus, de ir un paso más allá para poder hacer un poco más rentables estas tierras".

El romero es el principal ingrediente de la miel que producen las abejas de Arancha Fustero. Por ello, "se trata de una miel más clara" y con un sabor mucho más afrutado y vegetal. Entre otras, esta miel tiene propiedades antiinflamatorias y antibióticas. En este momento, Arancha Fustero tiene su miel pendiente de los resultados de los análisis pertinentes. Pero, además de la miel, también aprovecha el polen que las abejas transportan en sus patas. "Se trata de un alimento que tiene muchas siempre de buscar un plus, de ir un paso más allá para poder hacer un poco más rentables estas tierras".

Su plan es comercializar su producto principalmente en las cercanías de Farlete, pero "hay que tener en cuenta que la cantidad de producción depende de la cantidad de abejas que hay en la colmena y, esto, a su vez, depende de la cantidad de plantas que haya cerca". Por ello, baraja la posibilidad de aprovechar algunas de las tierras de su familia para cultivar algunas plantas que puedan incentivar la presencia de abejas. "Se trata de buscar un plus, de ir un paso más allá para poder hacer un poco más rentables estas tierras".

Y es que, si ya de por sí, es difícil poner en marcha una actividad, hacerlo en una localidad como Farlete, en pleno corazón de los Monegros, es algo casi titánico. Sin embargo, esto nunca ha frenado a Arancha. "No hay mejor sitio para hacer algo así que el pueblo de mi padre y el lugar al que vengo con mis hijos, Adrián y Marcos, cada fin de semana y cada verano y con una forma de vida que han visto desde pequeños y que ahora, que son más mayores, siguen apreciando y valorando", afirma Fustero.

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