crisis interna del pp

Presidentes provinciales y parlamentarios del PP-Aragón piden "unidad" para abrir una nueva etapa

Confían en que la "sólida" estructura territorial ayude a recuperar la confianza del electorado una vez se cierre la crisis. Los valedores de Pablo Casado en las primarias también se desmarcan y se suman a la petición de un congreso.

Jorge Azcón convoca de urgencia al comité de dirección del PP-Aragón
Jorge Azcón convoca de urgencia al comité de dirección del PP-Aragón
José Miguel Marco

Los presidentes provinciales y diputados y senadores nacionales del PP-Aragón coincidieron este martes en reclamar "unidad" para afrontar la nueva etapa que se abrirá con el congreso extraordinario, cuya convocatoria se acordará en la junta directiva nacional del próximo martes. A este mensaje se unió también el expresidente regional, Luis María Beamonte, quien se sumó a la postura unánime de la dirección y optó por la discreción al entender que era "la mejor manera de actuar".

Los tres líderes provinciales participaron en el comité de dirección convocado por el presidente autonómico, Jorge Azcón, y remarcaron la unanimidad. Los de Huesca, Gerardo Oliván, y Teruel, Joaquín Juste, acudieron a la cita en la sede de la capital, mientras el de Zaragoza, Ramón Celma, lo hizo de forma telemática desde Génova, ya que acudió a Madrid a petición del cuestionado secretario general, Teodoro García Egea, su principal valedores en el puesto orgánico que ocupa y que comunicó este martes por la tarde su dimisión. Y los tres insistieron en la petición del cónclave nacional.

Gerardo Oliván, como otros miembros de la dirección regional, agradeció a Azcón que les hubiera reunido para fijar una posición común. Al igual que hizo Juste, trasladó la opinión que habían pulsado entre sus diputados, alcaldes y concejales, además de la propia militancia, y que en ambas provincias era unánime: "Hay que convocar un congreso extraordinario y buscar la unidad en el cambio".

El presidente del PP-Huesca indicó que la semana pasada aún cabía cerrar la crisis desatada entre la cúpula nacional y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pero apostilló que la sucesión de los acontecimientos ha abocado al congreso. "Hay que llegar con unidad, y todo apunta a ello, porque no tendría sentido otra división", dijo.

Del mismo modo, señaló que necesitan una "nueva estructura" para impulsar la oposición al Gobierno de Pedro Sánchez "con una alternativa moderada y centrada". "Tenemos mimbres para hacerlo, aunque no va a ser fácil. Esta crisis no va a salir gratis y, pese a estar muy cerca de nuestra gente, hemos dado un espectáculo bochornoso y ahora toca hacer de la necesidad virtud", añadió.

En la misma línea, Joaquín Juste señaló que cuentan con una "sólida" implantación territorial y ahora toca "arreglar" la dirección nacional. "Tenemos los mismos principios y valores que llevan a más de 10 millones de personas a votarnos, por lo que ahora nos toca trabajar para que vuelvan a creer en el PP", apuntó.

El líder del PP-Teruel señaló que solo cabe que dimita la actual dirección, convocar un congreso y desde la unidad ahormar un equipo para "generar de nuevo ilusión en los votantes". "Necesitamos un cambio lo más rápido posible", reivindicó.

Por su parte, el presidente del partido en Zaragoza escribió en Twitter que tanto en la reunión en Génova como en su intervención telemática ante el comité de dirección autonómico había reiterado que se debe convocar un congreso y así, añadió, "los militantes podamos decidir quién debe dirigirnos para conseguir para España el Gobierno que se merece". Atrás quedaba ya su tuit de cerrado respaldo a Casado del pasado sábado.

Con el que sí pudo hablar este diario fue con el secretario provincial, Francisco Javier Artajona, quien se sumó por la mañana a la petición unánime de sus compañeros de abrir una nueva etapa. "Hay que sumar, contar con todos los valores del partido y dar voz a los afiliados en un congreso extraordinario", defendió.

También terció en el debate la secretaria general del PP-Aragón y senadora por Huesca, Ana Alós, quien opinó que la situación generada en Madrid era "insostenible" y justificó que ante el "riesgo de fractura del partido" se había optado por adoptar "una postura contundente" desde Aragón.

Ana Alós fue otra de las dirigentes que el pasado jueves dio "un voto de confianza" a Casado "para que explicara la verdad del asunto y tomara decisiones", pero indicó que la crisis interna se ahondó el viernes con su "estrategia dura" y a lo largo del fin de semana sin que la petición de que sentara con Ayuso para "resolver y aclarar las cosas" surgiera efecto. "Por encima de las personas está el partido, que estaba en riesgo", indicó.

Alberto Herrero, alcalde de Calanda, diputado nacional por Teruel y uno de los valedores de Casado en las primarias, cambió igualmente de tercio y cinco días después de sostener que el presidente no se merecía "acusaciones infundadas" se sumó este martes al escrito interno del PP que pedía una dirección provisional para llegar a un congreso.

Una de las personas más cercanas al presidente nacional, el diputado por Zaragoza Pedro Navarro, optó por guardar silencio, aunque en la reunión que mantuvo en Génova el lunes por la tarde ya trasladó que la situación era agónica y se debían tomar decisiones de inmediato. Este lunes, en el comité de dirección, se sumó a la petición del congreso extraordinario.

El diputado nacional por Zaragoza Eloy Suárez insistió en que se debe caminar "hacia la unidad" e instó a que "impere el sentido común" y la dirección nacional actué con la "generosidad que ha caracterizado al partido" para solventar la situación. "No se puede estar hablando del PP en España cuando Rusia ataca a Ucrania. No podemos perder el tiempo, mejor mañana que pasado para buscar un solución entre todos", opinó.

Mientras, el senador y alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, y la senadora turolense Carmen Pobo se sumaban a la tesis oficial del PP-Aragón. Aranda, que acudió al comité de dirección, indicó que el partido estaba "abierto en canal" y atraviesa una situación "muy preocupante", por lo que había que fijar una posición unánime, "de respeto al presidente sin manifestaciones estridentes" y apostar por Alberto Núñez Feijóo, "con una trayectoria contrastada" y al que, apostilló, "las circunstancias le van a obligar a hacer un esfuerzo". Pobo opinó que "por respeto" a los afiliados y a los ciudadanos" se debía solventar la crisis "cuanto antes".

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