Azcón pide una reunión urgente de Casado y Ayuso para zanjar la crisis que "afecta a todos"

El líder del PP-Aragón defiende a la dirección y pide llegar al congreso con el problema solucionado. Lambán considera que la disputa es una "pésima noticia" para la democracia y para España.

Jorge Azcón (i) y Pablo Casado, durante el congreso del PP aragonés.
Jorge Azcón (i) y Pablo Casado, durante el congreso del PP aragonés.
Guillermo Mestre

La crisis del PP agita la política nacional. El enfrentamiento entre el líder del partido, Pablo Casado, y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se encona cada vez más. Los barones territoriales van tomando posiciones con la máxima prudencia, conscientes de que es un duelo de titanes que nada bueno puede deparar. Para el presidente del PP-Aragón, Jorge Azcón, es "evidente" que el partido "necesita" la dirección con Pablo Casado, "que fue elegido por los afiliados y en un congreso democrático". "No hay alternativa a confiar en Casado", reitera. Y pide a la madrileña que se siente a hablar con la dirección nacional porque "a todos" les está afectando esta cuestión.

A derecha e izquierda del tablero político se sigue con estupor la guerra interna en la cúpula del PP. Y muchos dudan de que Teodoro García Egea consiga, cuando acabe este crisis, mantenerse en el cargo. No se ha ganado la confianza en los territorios, y el fiasco en Castilla y León y el conflicto con Ayuso hacen que dirigentes populares condicionen su apoyo a Casado a que el secretario general sea sacrificado.

En apenas quince días, los populares han pasado de la euforia al desconcierto. La mala fortuna del PP empezó el 3 de febrero, cuando tuvieron la oportunidad de tumbar la reforma laboral y asestar un golpe al Gobierno y, por el ‘error’ de Alberto Casero, la desaprovecharon. Continuó con la ajustada mayoría de Alfonso Fernández Mañueco, que deja la Junta de Castilla y León en manos de Vox. Porque más que suponer un revulsivo para Casado, el 13-F reforzó la gesta de Ayuso en Madrid y le dio alas para volver a reivindicar su congreso. Y se abonó el terreno para el ‘choque de trenes’ que ahora están viviendo.

Azcón que, como el valenciano Carlos Mazón, se posiciona con la dirección nacional, reconoce que el PP tiene un "problema serio e importante" y recuerda que su primera "responsabilidad" es con sus millones de votantes, que quieren "un partido moderado, centrado y reformista". "Descabezando el partido no lo vamos a resolver", sostiene el también alcalde de Zaragoza. Aunque barones como el gallego Alberto Núñez Feijóo avisan ya a Casado de que si no soluciona la crisis del PP podría tener que enfrentarse a un congreso extraordinario.

No piensa Azcón que la solución esté en adelantar el congreso nacional, previsto para julio. "Es imposible que resolvamos los problemas si no hay diálogo, una conversación entre Ayuso y el presidente que se centre en lo más importante: que conozcamos la verdad y unamos el partido para dar una respuesta a los españoles". Eso sería "lo mejor para la democracia en este país y para los españoles", y daría un alternativa a los votantes de centroderecha frente al Gobierno de Pedro Sánchez "que ayer era fatídico y hoy sigue siendo nefasto". Pero el cariz que van tomando los acontecimientos rebaja la posibilidad de una solución de consenso.

La secretaria general del PP-Aragón, Ana Alós; el diputado en el Congreso por Zaragoza, Pedro Navarro y el presidente del PP en Zaragoza, Ramón Celma, son algunos de los aragoneses que se posicionaron en las redes a favor de Casado. A Ayuso la defendió de forma rotunda y clara el expresidente del PP-Zaragoza y diputado en las Cortes, Javier Campoy. Aseguró que siente "vergüenza" por el "espectáculo" que está dando su partido. "Intentan hundir, expulsar, menoscabar la reputación y quitarse de en medio a una persona que es el referente del PP en Madrid, que ha alcanzado una mayoría absoluta", señaló en Instagram. Y cuestionó, directamente, a la dirección: "Cuando la única meta es el poder se justifica todo: los bulos, los golpes de efecto, una política a golpe de estrategia y tuits en redes sociales. Y con un único fin: evitar que Isabel Díaz Ayuso sea lo que le corresponde ser, una líder del PP en Madrid y también en su partido".

Conforme el fantasma de la moción de censura sobrevuela la Cibeles, negros nubarrones se ciernen sobre la plaza del Pilar. El coordinador de Cs Aragón, Daniel Pérez Calvo, despeja las dudas: mientras se respeten los acuerdos, los pactos se mantendrán. No fue óbice esa confirmación para que opinara en las redes sobre la guerra interna en el PP. "Sabemos muy bien de lo que habla Ayuso, porque llevamos muchos meses sufriendo en primera persona sus modos y sus prácticas", denunció el líder regional de Cs.

No dejó un buen sabor de boca entre los naranjas la última visita a Zaragoza de García Egea y Casado, el 19 diciembre, para la proclamación de Azcón. Los dos saludaron a Pérez Calvo, socio en el Gobierno municipal, pero olvidaron comunicarle que 24 horas después iban a dinamitar el Gobierno en Castilla y León y Fernández Mañueco cesaría a golpe de tuit a los consejeros de Ciudadanos.

La sociedad, "conmocionada"

Aunque no es partidario de inmiscuirse en problemas internos de otras formaciones, pues "se equivoca el que se congratula de los problemas ajenos", el presidente de Aragón, Javier Lambán, sí se refirió a la crisis del PP por la "gravedad" de un problema al que la sociedad española asiste "conmocionada, sorprendida y desconcertada". En su caso lo hace, también, con "preocupación" porque estima que la democracia liberal se asienta en dos pilares, el centroderecha y el centroizquierda, y si uno de los dos falla pone en riesgo el sistema. Deseó, por ello, que el PP resuelva cuanto antes la "gravísima crisis" que atraviesa porque "lo que pasa es una pésima noticia para la Democracia y para España".

El único precedente de una convulsión política similar a la actual se vivió el 1 de octubre de 2016, en un esperpéntico Comité Federal que finalizó con la dimisión de Pedro Sánchez que, a su regreso, ganó las primarias y en 2019, la Presidencia del Gobierno. Pero hay grandes diferencias. El debate en el PSOE fue ideológico, se resolvió de puertas adentro y se atajó de raíz. En la crisis entre Casado y Ayuso, hay acusaciones de corrupción y de espionaje y se lanzan acusaciones a través de los medios en una batalla sin cuartel que, para los afectados, estupefactos por lo que está pasando, empieza ya a durar demasiado.

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