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La muerte de un interno en la cárcel de Zuera reactiva el protocolo contra los suicidios

El preso, sin antecedentes, se quitó la vida el 29 de diciembre nada más entrar sin que tuviera un compañero de apoyo.

Militares de la UME desinfectan zonas comunes y módulos de la prisión de Zuera.
Militares de la UME desinfectan zonas comunes y módulos de la prisión de Zuera.
UME

Un interno identificado como O. C. G., que trabajaba de taxista en Zaragoza, falleció la noche del pasado 29 de diciembre por suicidio en una celda del centro penitenciario de Zuera. Acababa de ingresar ese mismo día como preso preventivo relacionado con un delito de violencia de género, según fuentes jurídicas y penitenciarias consultadas por HERALDO. Su muerte provocó que se reactivara el Programa Marco de Prevención de Suicidios, el cual se aplica a todos los internos noveles y con riesgo, y que estaba paralizado desde marzo de 2020 por la pandemia de covid.

La muerte se produjo en la mañana de la víspera de Nochevieja y el interno se encontraba solo en la celda del módulo de ingresos, aunque debería haber estado acompañado. Salvo unos pocos días en 2017 por otro hecho relacionado con violencia machista, O. C. G., no había estado antes en prisión.

Según fuentes penitenciarias, este tipo de internos relacionados con violencia de género se les suele aplicar el Programa de Prevención de Suicidios, aprobado en 2005. Pero la llegada de la covid a los centros penitenciarios, en marzo de 2020, provocó que se suspendiera la aplicación de este protocolo después de que Instituciones Penitenciarias lo consultara con la Consejería de Sanidad de la DGA. A partir de ese momento, los internos han estado solos en la celda del módulo de ingresos aunque tuvieran riesgo de suicidio por los delitos que los habían llevado a prisión.

Fuentes penitenciarias señalaron que la muerte de este interno fue el detonante para que la prisión de Zuera reactivara la aplicación de la prevención de suicidios justo al día siguiente. Desde entonces, este tipo de presos están acompañados por otro recluso en la celda.

La campaña de vacunación de presos con vacunas Janssen, Pfizer y Moderna redujo notablemente el riesgo de contagio en la prisión, pero es la muerte del preso la que hizo que se reactive el programa anti suicidios.

Internos en la misma celda

En la actualidad, al departamento de ingreso del centro penitenciario de Zuera se destina siempre un interno de apoyo, bien con carácter fijo o rotatorio dentro del grupo que posee el establecimiento. Los reclusos en riesgo permanecen en una celda compartida evitando así situaciones de aislamiento, una medida preventiva que se aprobó en 2005, cuando la directora general de Instituciones Penitenciarias era la aragonesa Mercedes Gallizo.

La historia del etarra 

La aplicación del programa anti suicidios parece estar detrás de la decisión de juntar en la misma celda a un preso recién llegado con José Luis Barrios Martín, un terrorista de ETA con un amplio historial de atentados que también había entrado ese día en Zuera desde el País Vasco tras haber estado tres semanas fuera por un permiso extraordinario.

Al día siguiente de que el etarra compartiera la celda con un preso común, los funcionarios se percataron del error, rectificaron y los separaron. Fuentes penitenciarias detallaron que Barrios Martín había protestado ya que los presos de ETA de primer grado siempre están solos. El único reo terrorista que compartió con otro etarra celda en Zuera fue Kepa Arrontegui y por «motivos de salud». Condenado por querer matar al rey Juan Carlos en 1997, llegó al centro en 2018 y tuvo de compañero a Igor Martínez de Osaba, hasta que Arrontegui fue trasladado al País Vasco.

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