El comercio textil de Aragón sufre más la pandemia mientras el resto consigue sobrellevarla

El 4% de los empresarios de pequeños negocios de Zaragoza han adelantado su jubilación debido a la pandemia. La campaña ‘Volveremos’ del Ayuntamiento de Zaragoza impulsó las ventas en un 30% los días de descuentos.

Una jornada a diario en el Mercado Central de Zaragoza .
Una jornada a diario en el Mercado Central de Zaragoza .
Toni Galán

En toda crisis, siempre hay unos sectores que salen peor parados que otros. En el caso del comercio, el textil se ha llevado la peor parte, junto con algunos negocios de servicios –como las agencias de viajes–. Los dedicados a la alimentación y la electrónica están consiguiendo sortear de mejor manera la covid debido a las necesidades básicas y al nuevo hábito de pasar más tiempo en casa. Dentro del pequeño comercio, "podríamos decir que las tiendas de ropa y calzado son las que peor lo están pasando. La gente ve menos necesario comprar atuendos porque no hay eventos ni ocasiones especiales. A eso se suma que pasamos más horas en pijama que antes", señala el presidente de ECOS –Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia–, Antonio Tornos. Algunas actividades perdieron un 60% de facturación durante 2020, sin embargo, solo el 5% de los negocios ha cerrado definitivamente. De éstos, "la mayoría" son empresarios que han decidido jubilarse unos años antes de lo que habían planificado al verse en una situación "complicada" por la crisis sanitaria y económica. "Afortunadamente, no ha sido un desastre. Algunos han adelantado la fecha de cierre que tenían en mente. Eso ha hecho también que se creen nuevas iniciativas empresariales muy bonitas e interesantes de productos especializados", admite.

A día de hoy, la mayoría de emprendedores buscan negocios que no necesiten una gran infraestructura. "No es lo mismo montar una tienda de electrodomésticos, que te puedes ir a 100.000 euros de inversión, que una peluquería, que supone 20.000", puntualiza.

Sin duda, los que han hecho su ‘agosto’ durante meses son las grandes plataformas ‘online’ –"como Amazon"–. "Hay muchas personas que en la vida se hubiesen imaginado que iban a comprar por internet, pero al salir menos de casa, lo han hecho", explica Tornos. Ahora, desde ECOS, trabajan para digitalizar las tiendas para estar también al otro lado de la pantalla junto a sus clientes.

Grandes superficies o calles

La pandemia ha incentivado la compra en el pequeño comercio frente a los centros comerciales. "Tras el encierro pudimos abrir antes que las grandes superficies. Como en los locales entra poca gente al mismo tiempo, los clientes se sienten más seguros", asegura. A pesar de ello, según el presidente de ECOS, la zona centro de la capital aragonesa es una de las más afectadas por la pandemia. "Nuestra sociedad tiene costumbre de pasear por las calles más céntricas de las ciudades. Con la covid, esta actividad tan tradicional se frenó y afectó a los comerciantes del distrito", puntualiza. Según Tornos, en la zona rural se han reforzado las compras en el comercio local. "El coronavirus nos ha hecho aislarnos en nuestra propia localidad. No tenemos constancia de que se haya cerrado ningún negocio en la provincia de Zaragoza. Sí por jubilación pero no porque no funcionase", subraya.

‘Volveremos’ suma compras

El Ayuntamiento de Zaragoza impulsó la campaña ‘Volveremos si tu vuelves’ en las Navidades de 2020 y de 2021 con el objetivo de incentivar el consumo en el pequeño comercio. Consistía en que un día a la semana se acumulaba un porcentaje de la compra y más tarde se podía utilizar el dinero acumulado en otros establecimientos –de comida, de ropa, de belleza, de tecnología, de restauración,..–. Esta iniciativa hizo que el día de la bonificación, la facturación subiese un 30% respecto al resto de jornadas. "Sin duda, fue una ayuda muy importante para los comerciantes, al igual que el plan ‘renove’ que impulsó el Gobierno para los electrodomésticos", asegura. El presidente de ECOS apunta que, en este caso en particular, los que se benefician "no son solo los consumidores finales por comprar a menor precio". "Nosotros también salimos bien parados, porque vendemos bastante más", subraya.

En un futuro, insiste, "me gustaría llevar una iniciativa así al medio rural". El presidente de ECOS tiene la "esperanza" de que "pronto todo vuelva a ser como antes". "La buena noticia es que las grandes compañías están montando tiendas pequeñas en barrios. Eso es buena señal porque significa que eso es lo que quiere la gente y es lo que ofrecemos nosotros", asegura Tornos.

"Compramos los alimentos en las tiendas pequeñas del barrio para darles de comer"

Las redes de apoyo que de manera espontánea surgieron en los distintos barrios de Zaragoza con la irrupción de la covid cumplen en unas semanas dos años de duro trabajo. Josefa Mas es vecina de las Delicias y desde marzo de 2020 pertenece a la Red de Apoyo de este distrito. "Nosotros hacemos la compra a personas mayores que no pueden salir de casa y a personas confinadas", explica. Desde un primer momento apostaron por "dar de comer" a los comercios de la zona. "Solo compramos en las tiendas pequeñas, sobre todo en el mercado Delicias", cuenta. Con algunos establecimientos mantienen una alianza. "A veces, en la Frutería Lorenzo, si gastamos 20 euros, nos cobran solo 10 y en la pollería nos hacen descuentos en las siguientes compras", desvela. Al fin y al cabo, defiende, "es una cadena". "Nos ayudamos entre todos", sostiene. Josefa estima que han apoyado a más de 4.500 familias de la zona desde que comenzó la crisis sanitaria.

Además de hacer la compra a personas que lo necesitan de manera puntual–o de forma habitual en el caso de los mayores–, también realizan recogida de alimentos para familias vulnerables. "Con permiso de los supermercados, informamos a los usuarios de cuál es nuestra labor y tras pasar por caja donan productos que más tarde repartimos a los más necesitados. Los vecinos se involucran mucho. La mayoría ya nos conocen", explica. Josefa cobra 860 euros al mes y compra de su bolsillo comida para colaborar. "La mayoría de voluntarios lo hacemos. Yo prefiero quitármelo y dárselo a otros que lo necesitan más", sostiene. Gestos como "dar una tableta de chocolate a un niño" asegura que son "impagables".

"Es muy gratificante. Para mi supone una alegría tremenda el poder ayudar. Ves personas con tantas necesidades...", subraya. En concreto, Josefa recuerda con emoción la historia de una familia. "Una madre separada con tres hijos estuvo tres meses sin luz. Le daba apuro protestar porque no quería que se los quitasen. Conseguimos que la compañía les devolviese la luz y les ayudamos con alimentos, dentro de lo que pudimos", cuenta.

A día de hoy, son 70 las personas que colaboran con la Red de este barrio, aunque la mayoría participan de manera puntual. "Muchos estaban en ERTE y se unieron a la iniciativa. Ahora han retomado sus trabajos y siguen con nosotros pero, lógicamente, no se pueden implicar tanto", subraya. Hay algunos, añade, "que han recibido ayuda y ahora se han unido como voluntarios".

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