pasaporte covid

Cuando el coronavirus te deja en tierra de nadie

En plenas Navidades, con un sistema desbordado por los contagios, muchos infectados se 'autodiagnosticaron' con una prueba de antígenos sin haberse hecho una pcr. Para los que, además, tienen la segunda dosis ya prescrita y no han recibido la tercera, esto supone quedarse sin pasaporte covid, esencial en muchos países europeos.

Patrizia di Monte.
Patrizia di Monte.
Heraldo.es

La arquitecta italiana afincada desde hace años en Zaragoza Patrizia di Monte dio positivo en covid-19 el pasado 30 de diciembre. Una más de miles, en una ola que parece que ahora está remitiendo pero que entonces alcanzó cifras de contagios nunca antes vistas. 

El número de infectados por la velocidad explosiva de la transmisión desbordó al sistema de salud aragonés, no tanto en cuanto a ingresos (la mayoría de los casos fueron leves), sino en lo que se refiere al diagnóstico. No había manos para hacer tantas pcrs. Tampoco, incluso, para dar bajas. Así las cosas, a muchos enfermos en Aragón se les indicó (y aún se hace) que se autodiagnosticaran con un test de antígenos y, de dar positivo, se notificase informáticamente al sistema en forma de declaración responsable, que, a su vez, figuraría en el historial clínico del paciente.

Así lo hizo Di Monte, que señala que en ningún momento se le avisó de que ese paso no serviría como prueba oficial de la infección más allá de la fronteras aragonesas: "Hablamos de un momento en el que era prácticamente imposible contactar con el Salud, estuvimos horas intentando conectar con el teléfono de información sobre el coronavirus y en seis días nunca respondieron". Sí lo hicieron en el centro de salud, donde se le explicó que era prácticamente imposible una atención presencial, incluida una prueba pcr. "Yo me ofrecí a ir, pero me explicaron que tal y como estaban las cosas era mejor que ni me acercara por ahí".

Ya recuperada, la arquitecta se ha encontrado con un 'efecto secundario' del coronavirus, que no tiene que ver con su salud, sino con ese terreno en el que hacen intersección lo sanitario y lo burocrático.

Si bien Di Monte tiene un certificado expedido digitalmente por el sistema aragonés de salud que da cuenta de que ha pasado la enfermedad, no sirve para obtener el pasaporte covid, un documento que, aunque en España ha resultado prácticamente papel mojado, en países europeos de nuestro entorno es exigido para casi todo, desde bares al transporte público. Es así, justamente, en la mayoría de los países vecinos: Portugal, Francia o Italia.

Situación kafkiana

Es en el país transalpino donde Di Monte tiene trabajo estos días como profesora en una universidad de Milán a lo largo de un mes. Y se encuentra con una situación kafkiana: ha pasado la enfermedad, pero para que el hecho figure como probado en el pasaporte covid solo vale una vía oficial: la pcr. 

Desde el Gobierno de Aragón explican que la normativa que rige la obtención de pasaporte covid es europea y la misma desde la instauración del documento. La carga de la prueba de recuperación de la enfermedad es únicamente la pcr. Ni siquiera un test de antígenos hecho en un hospital o centro de salud sirve para obtenerlo.

En el caso de Di Monte confluye otro problema. Haber pasado la enfermedad le impide, además, vacunarse de la tercera dosis, que estaba a punto de inocularse, un hecho que coincide, por si fuera poco, con la pérdida de vigencia de la segunda ¿Resultado? A Di Monte le es imposible obtener el pasaporte covid, imprescindible para moverse en Italia.

Di Monte no puede acreditar ninguno de los tres requisitos: ni el haberse recuperado de la enfermedad, ni las dos dosis en vigor ni la triple pauta.

De esta manera, para poder moverse por Italia debe hacerse una prueba de antígenos, que allí tiene validez de dos días. Tiene por tanto que acudir a un laboratorio un día sin otro. "Esto me supone alrededor de 500 euros, porque debo estar un mes en Milán y los antígenos en un laboratorio privado, que son los oficiales, cuestan 35 euros. Pero sobre todo para mí es una pérdida de tiempo, ya que en Italia todo va con cita previa. Es un gran trastorno".

"Es una situación surrealista", se queja esta profesional. "A mí nadie me avisó de las consecuencias de no certificar el contagio con una pcr, si no me hubiera ido a un laboratorio privado", sostiene. Y añade: "La única que está en esta situación de los diez profesionales de toda Europa con los que voy a trabajar en Milán soy yo"

Siente que está siendo pagana de unas exigencias que "el sistema no ha sido capaz de atender previamente y que tampoco puede solucionar a posteriori". De nada sirve a nivel oficial un certificado expedido por un médico (que, por otro lado, debería hacerlo prácticamente de buena fe) y tampoco el documento que se genera tras comunicar telemáticamente la prueba de antígenos. Para generar un código QR válido para el pasaporte covid solo valen tres requisitos: o una prueba pcr, o las dos dosis en vigor o las tres dosis.

Ante esto en el Gobierno autónomo explican que el certificado que se obtiene tras la comunicación de un positivo en antígenos fue puesto en marcha, precisamente, para casos de este tipo. Que afectan también, por ejemplo, a personas que no pueden vacunarse por prescripción médica. Igualmente, son conocedores de que ese certificado ha sido utilizado en aeropuertos. Asimismo, aunque el consejo es que se dejen pasar cinco meses, desde el sistema aragonés de salud se abre la posibilidad de que se pueda adelantar la vacuna a personas en  estas situaciones. Di Monte, sin embargo, ayer lunes aún no había sido autorizada por la web para pedir cita y está pensando, incluso, en la manera de vacunarse en Italia.

A estas alturas, ya en Milán, Patrizia da por perdido su caso, pero pide dos cosas. Una, "que me indemnicen" por el gasto extra que le está suponiendo una situación de la que, considera, no es en absoluto responsable. Por otro, como mínimo, que su coyuntura se dé a conocer y no le suceda a más personas.

Podría ser el caso de la zaragozana Sonia Sin que, si bien comparte elementos comunes con Di Monte, varía en algunos aspectos. Sin tiene previsto viajar en marzo a Dinamarca. "Aún queda tiempo, pero me preocupa no poder obtener el pasaporte, a la vez que los constantes cambios en la normativa, tanto aquí como en cada país de Europa".

Ella no solamente reportó a principios de enero su positivo al sistema tras prueba casera de antígenos, sino que llegó a visitar Urgencias, donde quedó registro de su dolencia. Pero en ningún momento se le hizo una pcr. Y, sin pcr, no hay certificado de recuperación para el pasaporte europeo. Sin aún disfruta de la vigencia de la segunda vacuna, si bien decaerá para finales de marzo. 

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