Aragón

"Con la pandemia, me quedé en paro y cobraba 215 euros al mes"

Melania Starkmann tiene 40 años y trabaja desde los 16 en hostelería. En 2020, se quedó sin trabajo y el desempleo que cobraba solo le daba para la mitad de la hipoteca.

Melania Starkmann, en la sede de Cáritas Zaragoza.
Melania Starkmann, en la sede de Cáritas Zaragoza.
Francisco Jiménez

Matemáticamente es imposible llegar a fin de mes cobrando 215 euros de paro con dos hijos (Daniela de 9 y Nicolás de 3) y una hipoteca de más de 400 euros al mes. Por suerte, Melania Starkmann, tuvo el apoyo de su hermano pequeño -de 23 años-. Cuando comenzó la crisis sanitaria de la covid, esta aragonesa de 40 años, nacida en Alemania, se quedó en el paro ya que el sector donde trabajaba, el hostelero, bajó sus persianas durante meses, y en algunos casos, de forma definitiva.

"Yo he trabajado prácticamente toda la vida en bares y restaurantes. Cuando las cosas van bien se suele ganar mucho dinero, pero la realidad es que nunca me han asegurado todas las horas. Entonces, cuando me quedé en paro, el desempleo que me correspondía era una miseria", señala Melania. En concreto, estuvo cobrando ese dinero durante unos 10 meses hasta que, por suerte, encontró trabajo. "Acudí a las asistentas sociales y les dije que necesitaba trabajar sí o sí", cuenta. En ese momento le recomendaron acudir a la Asociación Rey Ardid de Zaragoza para elaborar un currículum profesional. "Me dieron una lista de diferentes compañías y por suerte me cogieron en 'A todo trapo'", relata. "Es una empresa de reinserción laboral y solo puedo estar un máximo de tres años, pero estoy muy agradecida de esta oportunidad", señala.

En concreto, su labor consiste en recoger con una furgoneta la ropa que depositan los zaragozanos en los contenedores rojos de Cáritas. Se dedican especialmente a reunir, reutilizar y reciclar textiles con el objetivo de darles una segunda vida. En marzo cumplirá un año en la empresa y espera "ansiosa" su renovación.

Ahora, aprovechando las diferentes oportunidades que le brinda la empresa y Cáritas Aragón, está en proceso de sacarse los diferentes carnés de camión para ampliar su formación. "En ‘A todo trapo’ me facilitan mucho la vida. Trabajo por las mañanas y puedo cuidar a mis hijos por las tarde. Me he colocado, me estoy formando y puedo conciliar. Qué más se puede pedir en la vida", apunta.

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