Un 64% de los colegios de municipios aragoneses de menos de 5.000 habitantes pierden alumnos

El Consejo Escolar de Aragón alerta también en su último informe de la falta de escuelas y aulas infantiles en el medio rural y de la inestabilidad del profesorado. Pide un plan estratégico para esta red educativa e incentivos para los docentes.

Aula de infantil con niños de 2 años en la escuela de Arén, una de las primeras que se puso en marcha en el medio rural
Aula de infantil con niños de 2 años en la escuela de Arén, una de las primeras que se puso en marcha en el medio rural
Heraldo

La despoblación, el envejecimiento y las bajas tasas de natalidad ponen en riesgo la continuidad de aulas y escuelas en los municipios de menos de 5.000 habitantes. Un 64% de los centros de infantil y primaria de estas poblaciones (todo el territorio aragonés menos 24 localidades) han perdido alumnos en los últimos 12 cursos. De ellos, tres de cada cuatro sufren una caída de la matrícula significativa que supera el 10% y llega a alcanzar el 60%. Si la lupa se pone sobre los institutos, un 56% ven también cómo se vacían sus clases.

De esta realidad vuelve a alertar el Consejo Escolar de Aragón en su último informe, aprobado el 25 de enero. El documento traza la evolución de casi 190 centros educativos entre los cursos 2007-2008 y 2019-2020. Configuran una red variada, desde escuelas de tres y cuatro alumnos (unitarias multigrado) a CRA (Centros Rurales Agrupados) y colegios con todos los cursos. En su mayoría son públicos y el estudio solo cita seis de carácter privado que impartan enseñanzas de régimen general en el medio rural.

"Los casos en los que el alumnado ha aumentado son excepcionales, como mucho permanece estable"

"Los casos en los que el alumnado ha aumentado son excepcionales, como mucho permanece estable. El incremento se focaliza alrededor de las tres capitales y en comarcas donde hay industria y servicios y cerca de grandes poblaciones", apunta Jesús Garcés, presidente del Consejo.

Aragón cuenta este curso con 48 escuelas de entre tres y seis escolares, la cifra más alta desde que, en 2015, la DGA redujo la ratio para mantener abierto un centro educativo. "Está muy bien como una medida más, pero la clave es sujetar a las familias con trabajo en la zona. Si no estas aulas fluctúan de un año para otro y no tienen continuidad", señala.

De los colegios de la provincia de Zaragoza, la mayoría mantienen el número de escolares e incluso aumentan. Hay excepciones como el ceip de Illueca, que registra una pérdida en torno al 44% (de 322 a 180 niños) vinculada "con el declive de la industria del calzado", señala el informe. La caída en el ceip de Villamayor de Gállego se cifra en un 45% (de 261 a 143), relacionada con su segregación de Zaragoza en 2006 y la proximidad de la capital. El CRA (Centro Rural Agrupado) turolense de Campo de Bello es de los más pequeños, con una veintena de alumnos entre Bello, Torralba de los Sisones y Odón. Desde 2007-2008 ha perdido las tres cuartas partes de su alumnado.

Nuevos modelos organizativos

Las escuelas infantiles (la mayoría funcionan con convenios entre la DGA y los ayuntamientos), y las aulas de 2 años se encuentran en expansión. Hay en unas 160 localidades del ámbito rural. Para el Consejo resultan insuficientes, ya que más de la mitad de poblaciones donde hay colegio carecen de esta oferta. Las tasas de escolarización en toda la Comunidad en estas edades son inferiores a la media del país. En Aragón, en el curso 2019-2020 para los menores de 1 año era del 11,4% (en España, el 13,1%) y para los de 1 año del 39% (frente al 43,9). Para los dos años el índice aragonés es del 56,9%, por debajo también del 63,1% español.

Lejos de adoptar medidas puntuales o aisladas, este órgano propone impulsar un plan estratégico de la escuela rural "con un modelo propio, adaptado a nuestro contexto demográfico, abierto y flexible que dé coherencia al sistema en los próximos años". En el caso de los CRA (aulas dispersas en diferentes localidades, más o menos próximas, que se constituyen como un único centro), plantea que se "experimenten" otros modelos organizativos que existen en Cataluña o Canarias.

La escasa estabilidad de los docentes interinos es otro problema. Sugiere que para que los maestros permanezcan más tiempo en destinos rurales tengan incentivos económicos, puntuación extra en el concurso de traslados y la bonificación en el seguro del coche en los profesores itinerantes.

La Universidad de Zaragoza hace un esfuerzo para estrechar lazos con la escuela rural. El Consejo reclama que en los grados de Magisterio, donde hay asignaturas optativas sobre esta educación, tenga más peso formativo y se incluya como especialización, además de ampliar las prácticas.

Aulas de 2 años, vitales para la pervivencia de las escuelas

Los colegios ribagorzanos de Arén y Montanuy fueron pioneros en la implantación de las aulas de escolarización anticipada para niños de dos años en el curso 2019-2020. Y aunque este año la de Montanuy no cuenta con ningún pequeño de esta edad, en ambos municipios no dudan en calificar la experiencia como "un exitazo".

Es la expresión literal que utiliza Álex Guijosa, profesor de Arén, para quien esta iniciativa "es capital para la propia pervivencia del colegio a medio plazo porque nuestra experiencia en estos tres cursos es que todos los alumnos que han ido entrando en el centro con dos años han seguido luego aquí y no han salido fuera".

Este docente destaca también su papel en la conciliación laboral y familiar de los progenitores. "Para la gente de Arén la guardería más cercana está en Pont de Suert y es de pago; está también la de Benabarre pero dista casi 40 kilómetros y tenemos el problema añadido de un hipotético transporte escolar para niños de dos años que no sé cómo lo soportarían", reflexiona.

"El aula de 2 años es capital para la propia pervivencia del colegio de Arén a medio plazo, los que entran con esa edad siguen aquí"

Los beneficios también son académicos ya que, según apunta Guijosa, al ser tan pocos los alumnos de dos años que se incorporan cada curso –este año en Arén han sido dos-, las clases de preescolar son mixtas y conviven niños de dos a cinco años, por lo que los más pequeños comparten espacio y actividades con compañeros más mayores y "al tenerlos cerca se ha constatado que es un factor que impulsa su desarrollo de forma más que notable".

Como ocurre este curso en Montanuy, no todos los años tienen la fortuna de contar con nuevos nacimientos. Sus alcaldes aplauden la garantía de poder escolarizar a los niños de dos años. Para la alcaldesa de Montanuy, Esther Cereza, se trata de "un servicio excelente, especialmente para zonas rurales y poco pobladas las que no hay servicio de guardería ni posibilidades de atender a los más pequeños que no cuentan con el paraguas de unos abuelos o unos tíos que se puedan hacer cargo de ellos en la jornada laboral de sus padres".

Una opinión que comparte el alcalde Arén y presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, para quien esta iniciativa viene a reforzar "el papel vertebrador" de las escuelas en el medio rural.

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