economía

Recibo de 250 a 650 euros al mes por la calefacción: "Pagamos más de comunidad que de hipoteca"

La escalada de precios del gas ha obligado ya a los administradores de fincas a girar derramas en diciembre y enero para pagar los gastos, que se prevén altos al menos hasta marzo.

La calefacción supone casi la mitad del gasto energético de los hogares españoles en invierno.
La calefacción ha disparado el gasto de las comunidades de vecinos.

La cuota de la comunidad suele ser un gasto fijo con el que una familia cuenta todos los meses. Sin embargo, en diciembre y enero algunos presupuestos familiares han temblado al recibir cobros extraordinarios, en forma de 'derrama', para hacer frente a los gastos de calefacción central, en los edificios que no cuentan con contadores individuales.

Los administradores de fincas han empezado a girar los recibos que han venido avisando que iban a ser necesarios para afrontar la escalada de precios del gas. Algunos están poniendo en aprietos a los propietarios.

"Como la calefacción es central, el pago está incluido en la cuota de la comunidad, que es de 250 euros al mes", cuenta un vecino de un edificio del centro de Zaragoza de unas treinta viviendas, que pagan también un portero. "Nunca había habido una derrama por calefacción", afirma. Nunca hasta que los recibos de diciembre y enero casi se han triplicado y han pasado a subir a 650 euros. "Pagamos más de comunidad que de hipoteca", confiesa, preocupado. "Y no somos los que más pagamos", añade, ya que hay viviendas mayores que abonan una factura más elevada. Cree que tienen que abonar un mayor incremento porque no son una comunidad muy grande. "Estamos sufriendo el impacto porque es central y no somos muchos vecinos", señala, resignado a que es un gasto necesario, pero teme que no todos los propietarios puedan hacer frente al incremento.

Crisis de Ucrania

Los administradores de fincas venían advirtiendo de que el aumento de precios del gas iba a poner en problemas a algunas comunidades de vecinos. Siguen incluso con atención la crisis diplomática entre Rusia, Ucrania, la UE y EE. UU. para saber si el coste de la energía puede seguir multiplicándose. "Todos los presupuestos se han desfasado un 6% en servicios generales por la subida del IPC y gas hasta un 60%", calcula Miguel Ruiz, presidente del colegio que agrupa a estos profesionales en Aragón. Las derramas o subidas de cuotas calcula que se prolongarán hasta marzo. "Cada comunidad es un mundo. Va en función del consumo de cada una", explica. "Si la guerra sigue adelante va a subir bastante más", augura, sobre la repercusión en los precios de un hipotético enfrentamiento armado por el conflicto en suelo ucraniano.

Mientras, los vecinos tratan de reorganizar sus cuentas. En la comunidad citada anteriormente se calcula que hasta abril los recibos seguirán siendo altos, aunque esperan que menos que ahora porque la comunidad ha cambiado de compañía del gas para intentar ahorrar algo. La derrama se aprobó en una junta presencial que celebraron en un salón de actos cercano alquilado, la primera que se tiene lugar desde el estallido de la pandemia de covid-19, que restringe todavía los aforos de estas reuniones. Se planteó reducir las horas en las que se enciende la caldera, pero "en la comunidad vive gente mayor y no es cuestión de que haga frío", reconoce.

Estas facturas tan elevadas podrían distribuirse mejor con la instalación de contadores individuales, que serán obligatorios a partir de octubre de 2023, aunque en algunas comunidades con más antigüedad seguirán sin ser obligatorias. Se trata de aquellas en las que la inversión no se pueda amortizar con la eficiencia lograda en cuatro años.

Desde Aessia (Asociación de entidades del sistema de la seguridad industrial) creen que la reforma, aunque se tarde más tiempo en recuperar el dinero invertido, puede ser una ayuda a largo plazo. "A lo mejor en cuatro años no resulta, pero sí en seis", señala Luis Ángel Carbó, ingeniero y gerente de la organización.  Estos sistemas permiten poner "repartidores de costes", pequeños contadores que se colocan en cada radiador de cada habitación "para que cuando ese aparato se da cuenta de que está encendido, empiece a contar", explica de forma sencilla. Con ello, "cada vecino pagaría por lo que estaría consumiendo", señala, porque ahora "estamos tirando la calefacción en estos edificios en algunas zonas", lamenta.

Sin embargo, reconoce que hay casos en los que el coste de remodelar toda la instalación sería demasiado costoso porque se trata de un edificio antiguo. "No en todos los edificios se pueden hacer porque hay temas técnicos que harían cambiar todo", afirma.

 

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