Coronavirus

Expertos y sanitarios admiten preocupación por las residencias y rechazan levantar restricciones en Aragón

Advierten que la inmunidad de las terceras dosis administradas a finales de septiembre podría estar próxima a 'caducar'.

Anciano en una residencia
Anciano en una residencia
Aránzazu Navarro

La otra cara de esta séptima ola está en las residencias. Expertos y sanitarios admiten preocupación por el alto número de contagios que se viene registrando desde la irrupción de la variante ómicron. Los últimos datos, con 179 brotes activos y 2.540 infectados, apuntan a que la efectividad de las terceras dosis –que comenzaron a administrarse a finales de septiembre en Aragón– podría estar próxima a caducar. "Empieza a abrirse una ventana de riesgo de infección. Las residencias pueden ser un polvorín. Habrá que ver cómo evoluciona la curva en las dos o tres próximas semanas", apuntó ayer el epidemiólogo veterinario Nacho de Blas.

Jesús Gómez Gardeñes, profesor titular del Departamento de Física de la Universidad de Zaragoza, también las ve como lugares "críticos" para la transmisión. "Hablamos de espacios interiores, con bastante concentración de personas y en los que resulta muy difícil aislar los casos", dijo.

En su opinión, sin la tercera dosis, la situación sería ahora "dramática". Aunque desde la DGA se descarta una cuarta y se achaca el actual volumen de contagios a la mayor capacidad de transmisión de la variante ómicron, el debate está sobre la mesa, con países como Dinamarca, Chile, Grecia o Israel que ya han apostado por esta fórmula para proteger a la población más vulnerable.

Todo esto hace que resulte "prematuro" empezar a levantar restricciones como están haciendo Francia, Reino Unido –que ha optado por eliminar casi todas– o algunas comunidades españolas. "Quien debe marcar el ritmo es el virus, no nosotros", expuso De Blas. A su entender, "no es el momento oportuno" para comenzar a quitar "las pocas restricciones que ya hay". "Seguimos en invierno y los datos son altísimos", añadió.

Gómez Gardeñes, por su parte, incidió en que el descenso de casos "aún no es pronunciado" y mostró su preocupación por el número de positivos que no se están detectando.

Por su parte, la presidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza, Teresa Tolosana, cree que una relajación tendría sentido siempre que se produjese "poco a poco" y fuera acompañada de "la responsabilidad social de la gente". "Sigue siendo importantísimo que cualquier persona que tenga síntomas se quede en casa", recalcó.

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