Lugares donde encontrar la tranquilidad y darse un respiro en Aragón

Escapadas en remansos de paz y respiros espirituales son bazas de un turismo alternativo que gana adeptos en Aragón.

Monasterio de Veruela
Monasterio de Veruela
Guillermo Mestre

La rutina, la barahúnda urbana y el agobio del día a día debe ser compensado de alguna manera durante los ratos libres, fines de semana y vacaciones. Así pues, la tranquilidad es lo que más se busca en tiempos de libertad. Lugares en los que encontrar el silencio y hacer olvidar los elementos estresores de trabajo, cargas familiares y otras ocupaciones. Se trata de un turismo concreto, que cada vez gana más adeptos. El reconocimiento de la importancia de la salud mental y la difusión de información acerca de esta también ha promovido el interés por los remansos de paz en Aragón.

Clásicos son los diferentes monasterios que salpican el mapa del territorio. Uno de los más populares donde abstraerse es el Monasterio de Veruela, en Vera del Moncayo (comarca de Tarazona y el Moncayo). Toda una oportunidad turística donde Bécquer se inspiró en su obra ‘Cartas desde mi celda‘. El aire del Moncayo cura todos los males. ¡Qué decir del Monasterio de Piedra! Otro de los templos más tradicionales para los que buscan la calma y el sosiego. Aquí, en Nuévalos, el sonido del agua descendiendo por las cascadas es algo especial. Pura naturaleza donde desconectar. Además de los saltos de agua y su naturaleza, su entorno es ideal para un pequeño retiro.

El Monasterio de San Juan de la Peña, cerquita de Jaca, asume un encanto diferente al resto. Su emplazamiento bajo la roca, lejos de transmitir inseguridad, lleva el sosiego por bandera. Un lugar donde aprender y descansar a partes iguales. Volviendo a la provincia de Zaragoza, la Cartuja de Aula Dei se engalana con pinturas de Francisco de Goya y se suma a la lista de lugares silenciosos. Con hospedería, en la provincia de Teruel destaca el Monasterio de Santa María del Olivar, en Estercuel. Templo que da pie a la reflexión, momentos de soledad e inspiración.

En definitiva, los monasterios están hechos para los más puristas. Pero en Aragón existen otro tipo de alternativas. No solo turísticas, también curativas. Es el caso de Casa Cuadrau, cerca de Vió (Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido). El primer retiro de la temporada tendrá lugar en Semana Santa. Una mezcla de yoga, meditación y senderismo perfecto para reencontrarse con uno mismo. A este turismo alternativo se suma La Casa Toya, cerca del Monasterio de Piedra, donde se realizan cursos de yoga, tantra, gong o inspiración, entre otros. La casa, con edificio principal, está dotada de habitaciones, jardín y comedor.

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