Un estudio del IPE descarta que el caracol manzana esté detrás del declive de las aves acuáticas del Delta del Ebro

Las medidas de control de esta especie invasora han sido muy controvertidas por sus posibles efectos secundarios sobre la conservación de las aves que invernan en la zona.

Aguja colinegra, gaviota reidora y morito común en arrozales encharcados de la Albufera de Valencia.
Aguja colinegra, gaviota reidora y morito común en arrozales encharcados de la Albufera de Valencia.
Pablo Vera

Un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) ha comprobado que la interrupción de las inundaciones invernales de los arrozales en el Delta del Ebro para controlar la invasión del caracol manzana podría no ser el motivo general de los observados declives de abundancia en las aves acuáticas. 

Se esperaba que las tendencias en la abundancia de aves acuáticas que invernan en la zona disminuyera en el Delta del Ebro por la falta de inundaciones, pero no en la Albufera, donde se sigue inundando. Los resultados muestran que 12 de las 27 especies estudiadas han tenido declives recientes en la tendencia de la abundancia en el Delta del Ebro o l’Albufera. Sin embargo, solo se observó el patrón esperado en 4 especies, sugiriendo que por lo menos la mayoría de las variaciones temporales podrían deberse a otros factores.

En 2009, tras un escape de una empresa de importación de fauna para acuarios, el caracol manzana (Pomacea insularum) invadió el del Delta del Ebro. La voracidad de la especie junto con el rápido crecimiento de su población perjudicó las producciones de arroz, principal actividad económica de la región. Para controlar los daños a los cultivos, entre otras muchas medidas, los agricultores se vieron obligados a dejar de inundar sus arrozales en invierno, una medida agroambiental que se aplicaba desde hace más de 20 años en Europa para favorecer la flora y la fauna de los humedales, incluidas las aves acuáticas invernantes. 

“El caracol manzana es una especie que ha causado muchos perjuicios económicos y las medidas que se han llevado a cabo, como el secado invernal de los arrozales, podrían chocar con objetivos de conservación”, explica Rubén Bernardo Madrid, investigador de la Estación Biológica de Doñana- CSIC, que ha liderado el estudio. “De hecho, personal del Parque Natural del Delta del Ebro ha alertado sobre el descenso de aves y su posible relación con este control del caracol manzana. Ahora, tras más de 10 años desde las primeras limitaciones de las inundaciones, hemos estudiado por primera vez el impacto de esta gestión de los arrozales en invierno sobre la abundancia de las aves acuáticas".

El estudio, publicado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution, ha analizado las tendencias en la abundancia de 27 especies de aves acuáticas en el Delta del Ebro a lo largo de 35 años. Se han estudiado especies con requerimientos ecológicos distintos, como son especies que se alimentan en aguas profundas, someras o encharcadas, así como en hábitats de agua dulce o salada. Para controlar posibles efectos locales, también se estudiaron las tendencias de las mismas aves en la Albufera, un humedal cercano, íntimamente ligado al cultivo del arroz y con un marco de ayudas agroambientales similar, donde la aplicación de esta medida agroambiental no se ha interrumpido porque no fue invadida por el caracol manzana.

“No hemos encontrado evidencias de que los declives de abundancia observados sean sólo o mayoritariamente por la interrupción de las inundaciones de los arrozales para combatir la invasión del caracol manzana”, afirma Bernardo. Estas conclusiones se verían parcialmente explicados por resultados complementarios del estudio que muestran que las inundaciones previamente ejecutadas tampoco impactaron positiva y sistemáticamente en la abundancia de estas aves en el Delta del Ebro y la Albufera.

El estudio también enfatiza que los arrozales tienen una gran importancia más allá del número de aves que atraen, así como para muchas otras especies que no han sido estudiadas en este trabajo. Por ello, el estudio recalca que los resultados no se pueden usar de forma aislada para tomar medidas de gestión. Lo que sí pone sobre la mesa es la necesidad de estudiar detalladamente el efecto de las medidas agroambientales y el cumplimiento de objetivos en la conservación de estos humedales. 

“Debido al estado amenazado de gran parte de los humedales mundiales y a la limitación de recursos para su conservación, necesitamos optimizar los esfuerzos. Por ello es necesario estudiar detalladamente bajo qué circunstancias, como a partir de qué mínima extensión de agua natural disponible, las inundaciones invernales de los arrozales son un complemento que favorece la abundancia de aves acuáticas; una gestión realizada por diferentes motivos en Norte América, Europa y Japón”, afirma Bernardo.

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