Lamineros, este es el truco perfecto para hacer un roscón de Reyes

El roscón es el postre que corona la Navidad, aunque no es un dulce exclusivo del 6 de enero.

Los trabajadores del obrador del Horno Ismael a pleno rendimiento.
Los trabajadores del obrador del Horno Ismael a pleno rendimiento.
M.M.M.

Reyes es la campaña más grande de los roscones, aunque sin olvidar San Valero (29 de enero) y San Blas (3 de febrero). De un obrador artesanal de Zaragoza pueden llegar a salir entre 4.000 o 5.000 roscones. Su elaboración supone varias horas.

El primer ingrediente, del que parte todo es una masa madre. "Lleva agua, harina y levadura prensada", revela Carlos Usón, segunda generación del familiar Horno Ismael. "Amasamos todo junto, intentando que quede una masa consiste, que dejamos reposar", añade el pastelero. Una vez ha reposado, que incluso puede ser de un día para otro, se procede a elaborar la masa del roscón: "Huevos, azúcar, sal, harina, levadura prensada, leche, mantequilla de vaca y la levadura madre que hemos hecho anteriormente".

El roscón es el postre que corona la Navidad, aunque no es un dulce exclusivo del 6 de enero.

Carlos y sus compañeros, entre los que también está la siguiente generación, dan forma con rasmia a los roscones, uno tras otro. Se deja reposar, se decora, se hornea y se corta. "Si está muy blandita se rompe", cuenta Augusto Israel Aladrén, otro de los trabajadores del obrador. Por último, se rellena y se pone la tan querida sorpresa. Que el roscón acompañe a las familias en momentos felices da "satisfacción" a los Usón, regalan "momentos dulces". Carlos hace más de 40 años que trabaja en el obrador familiar.

Cuando se fundó Horno Ismael, no hacían roscones para Reyes, recuerdan, pero las modas lo llevaron al sexto día del año. A pesar de ello, se trata de un dulce con una larga tradición en la cultura europea. "En la época romana, en las Saturnales, se escondía un haba por la casa y el esclavo que la encontraba tenía libertad hasta la primavera", contó la historiadora del arte María Uriol en una entrevista a HERALDO.

La entonces gerente Museo Diocesano de Zaragoza señaló que con el paso del tiempo esa costumbre se trasladó a las familias y el hijo que hallaba el haba se convertía en "rey por un día". Otras fuentes señalan una historia que une ambas versiones: que amos y servicio lo comían para celebrar la llegada de los días de sol y que el esclavo tenía derecho a un día libre. ¿Y por qué son redondos? "También son fundamentales para la historia del roscón los pasteleros dela corte de Luis XV, que hacían un dulce con forma de anillo, imitando una corona, y lo decoraban con frutas escarchadas como si fueran joyas. Isabel de Farnesio lo importó a España", añadió Uriol. 

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