Nombrevilla acoge una planta para tratar 12.500 toneladas anuales de residuos de obra

El proyecto abrirá en enero después de tres años de trámites y una inversión de 800.000 euros para generar 7 empleos

Los terrenos en los que ubicará la planta de la empresa Reciclados de Obra de Campo de Daroca
Los terrenos en los que ubicará la planta de la empresa Reciclados de Obra de Campo de Daroca
Macipe

La empresa Reciclados de Obra de Campo de Daroca ha concluido los trabajos para abrir este mes una planta de tratamiento de residuos no peligrosos de la construcción y la demolición. Tras tres años de trámites, las instalaciones se sitúan finalmente en el término municipal de Nombrevilla, a pie de la carretera autonómica A-1506 entre esta localidad y Romanos. En total, la inversión, según cifra la compañía, supera los 800.000 euros y cuando esté en funcionamiento dará trabajo a siete personas. A pleno rendimiento, cuenta con una capacidad para procesar unas 12.500 toneladas anuales de escombros y otros restos.

«Nos lanzamos a ponerla en marcha por la necesidad que había. Nosotros nos dedicamos a la construcción desde hace treinta años y con el cierre de las escombreras había un problema para tirar los escombros», reconoce el gerente del proyecto, Alfonso Abián. Ante esta situación, reconoce que es una forma de «solucionarlo para nosotros pero también para la comarca, porque no hay nada en funcionamiento en la zona». De esta forma, puntualiza que «hay muchos alcaldes que ya nos han mostrado interés». 

A través de esta iniciativa, que cuenta con un terreno de 17.000 metros cuadrados vallados y una parcela total de unos 70.000, saldrán zahorras para caminos y tierra vegetal. «Muchas de las casas de los pueblos son de tapial y ese material es muy aprovechable. Además, vamos a intentar valorizar casi todo lo que venga», indicaba Abián. Así, el proceso es simple: o bien ellos dejarán contenedores en varias localidades para residuos menores o bajo demanda en el caso de intervenciones de mayor envergadura u otros constructores acudirán a la planta.

«Aquí se pesarán y se analizará la densidad. Dependiendo de esta se aplicará una tarifa u otra que abona el propietario. De la báscula se pasa a un triaje manual, después a una criba, otra separación y finalmente la trituración», detalla el responsable de la empresa. Sus planes, después de tres años de proceso, pasan por estar abiertos en enero. Tienen previsto contar con una machacadora de mandíbulas, separador magnético de partículas metálicas y cintas transportadoras y maquinaria diversa.

Para ello están pendientes de que el Inaga curse visita de inspección, les conceda el número de gestor autorizado y la autorización para el transporte, ya que en febrero del año pasado se emitió el informe perceptivo de impacto ambiental. De igual forma, Abián especifica que el siguiente paso del proyecto es la apertura de una cantera de gravas en la misma parcela, material que se podrá mezclar con el obtenido del reciclaje para alcanzar el grado de compactación deseado.   

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