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Carmen Romeo: "No es un trauma que un alumno tenga un suspenso"

Esta catedrática de Lengua y Literatura (El Frago, 1948) ha publicado recientemente la obra 'De la roca nacidas', editada por la Institución Fernando el Católico.

La catedrática de Lengua y Literatura Carmen Romeo en Zaragoza.
La catedrática de Lengua y Literatura Carmen Romeo, hace unos días en Zaragoza.
José Miguel Marco

Es usted una fragolina de pro. Su pueblo está presente en muchos de sus trabajos; el último ‘De la roca nacidas’, de relatos breves.

Es mi primer libro de creación. Hasta ahora había dedicado mis estudios a cuestiones de crítica literaria y, sobre todo, mi gran tema es la historia de las maestras de todo Aragón.

Hasta el presidente Javier Lambán ha elogiado ‘De la roca nacidas’.

Me mandó un tuit. El libro ha tenido mucho recorrido y el otro día Irene Vallejo me presentó en el Instituto Goya. Estaba haciendo sus presentaciones en los Países Bajos y vino especialmente.

Fue su alumna.

Predilecta y dilecta. Me adjudico el honor de haber sido su profesora de Literatura en COU.

Don Bruno y doña Angelita, a los que usted califica como Reyes Magos, son esenciales en la historia de su familia.

Sí. Mi historia docente tiene doble vía: una materna y otra paterna. Mi madre era hija de maestros y mi padre estudió para maestro con su apoyo. Iba a cuidar las ovejas por la mañana y por la tarde, a la escuela con don Bruno y doña Angelita. Esta aventura es enorme; se había muerto su padre y no había en su casa medios económicos para poder sacarlo de El Frago. Después volvieron los dos.

Ha dicho en más de una ocasión que la docencia es su pasión. ¿Estaba predestinada a ella?

Igual sí. Mis padres no querían.

Deseaban que estudiara Ciencias.

Sí. El día que dije que hacía quinto de Letras tuvimos un disgusto en mi familia. Mi padre me dijo que cogiera Biología, que si me arrepentía en COU podría estudiar Medicina o Farmacia. Creo que siempre que se hace una cosa con pasión se puede triunfar.

¿Qué le ha aportado la docencia durante tantos años?

Ha sido un disfrute tal que cerraba la puerta del aula y me olvidaba que existía el mundo. Empecé a dar clase en 1972 y acabé en 2009. No he tenido que mandar callar nunca y no recuerdo un mal momento. Incluso hay alumnos que no han querido estudiar –los llamaba mis insumisos–, pero han hecho otras cosas muy importantes en la vida. Es importante haberlos conducido no solo hacia lo intelectual sino hacia trabajos.

"La docencia ha sido un disfrute tal que cerraba la puerta del aula y me olvidaba que existía el mundo"
"El profesor tiene que querer mucho a los alumnos como personas. Si les das cariño, lo devuelven"

¿Qué tiene que tener un buen profesor?

Querer mucho a los alumnos como personas. Si les das cariño, lo devuelven. Ellos exigen tener un profesor competente, que les explique las cosas bien claras y que no seas blanda de regalar. Quieren que hagas justicia, pero que des muchas oportunidades.

¿Ve positivo que un país tenga tantas reformas educativas?

No. Después de la Logse me pierdo. Que una ley sea estable es muy importante para profesores y alumnos.

¿Cómo calificaría el actual sistema educativo español?

No me gusta. No es un trauma que un alumno tenga un suspenso o no pase de curso. Yo no he dado aprobados generales, pero he hecho muchas recuperaciones para que los alumnos con su esfuerzo llegaran al nivel que había que conseguir. Y cuando alguno no pasaba de curso siempre he valorado con ellos cómo había que tomarse repetir; a veces no es una maldición.

Además de la docencia le ha interesado el mundo de la mujer.

He sido feminista desde que era pequeña. Unido a mi vocación docente, te podrás imaginar que mi tema estrella son las maestras rurales y profesoras de instituto.

¿Qué le queda por hacer?

Seguir. Llegó un momento en que creí que mi etapa como docente se había cumplido, me pude jubilar a los 60 años y llevo desde 2009 investigando, publicando y trabajando jubilada. Me ha aparecido una nueva profesión que me apasiona tanto como la anterior: la creación literaria y los archivos, que son adictivos.

Tiene un nieto pequeño, ¿qué le trasmite?

El amor por la lectura y hacerle escribir. Es un gran lector y escribe muy bien. He tenido dos hijos que se han ido por las Ciencias, pero son muy lectores.

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