La Navidad en el ‘banco rider’ de Zaragoza

Las horas más familiares del año son clave para aumentar los exiguos ingresos de los repartidores de comida rápida. "Este sistema te obliga a trabajar sí o sí, sin fiesta, para ganar dinero", cuentan.

Adalberto Arias, Luis Fernando y Gabriel José León esperan en la plaza de España a que les entre en el móvil algún viaje.
Adalberto Arias, Luis Fernando y Gabriel José León esperan en la plaza de España a que les entre en el móvil algún viaje.
Toni Galán

"Sí, claro". Es la respuesta de la mayoría de los ocupantes del ‘banco rider’ de Zaragoza cuando se les pregunta si trabajan en Navidad. En la plaza de España, mientras esperan a que entre en su móvil alguna entrega, cuentan que la aplicación apenas deja de funcionar unas pocas horas en Nochebuena, a partir de las 22.00, y otras tantas en Nochevieja. El resto del tiempo, en los momentos más familiares del año, ellos salen a la calle para intentar levantar sus exiguos ingresos a base de kilómetros, frío y horas, muchas horas.

Este punto se ha convertido en el lugar no oficial de concentración de los ‘rider’ zaragozanos. A escasos metros de los locales de hamburguesas, pollo frito, pizza o ‘noodles’, ellos llegan con sus grandes mochilas de colores, se sientan y charlan con el móvil en la mano por si sale algún viaje. "Para este hay que ir muy lejos y pagan muy poco. 5 kilómetros para 3 euros", señala Adalberto Arias mientras desecha un viaje que le ha entrado al móvil.

Este dominicano de 29 años lleva cuatro meses en esto y en Navidad trabaja "todo lo que pueda" para ganarse un dinero. "Hay trabajo en Nochebuena y Nochevieja, porque la gente se pide algo mientras prepara la cena, y al día siguiente también, porque de resaca no quieren cocinar", augura. Él gana unos "600 o 700 euros al mes" trabajando unas cinco o seis horas "todos los días de la semana".

Adalberto Arias, 'rider', con su bicicleta.
Adalberto Arias, 'rider', con su bicicleta.
Toni Galán

Hay empresas que pagan un fijo. Con un horario definido, los empleados cobran un salario quincenal que puede crecer ligeramente en función de los viajes que hagan. Otras no. Estas pagan directamente por cada servicio que haga el ‘rider’, que debe pagarse por su cuenta los impuestos. Así, la cantidad limpia que le queda a cada cual depende directamente de los viajes que haga.

Mohamed Beucekine es casi veterano. Lleva tres años en esto y consigue que le queden, limpios, unos 1.000 euros al mes, después de pagar el 21% del IVA, el 15% del IRPF, la Seguridad Social… "Por la mañana estoy de 11.00 a 17.00, más o menos; luego como algo, vuelvo a salir a las 19.00 y estoy hasta las 23.00, hasta 0.00, hasta la 1.00… Así todos los días", cuenta. Argelino de 39 años, tiene dos hijos de 1 y 4 años. "La mayoría de los días no puedo estar con ellos casi nada, ni llevarlos al parque… Con este trabajo no puedes hacer las cosas de la gente normal", explica.

Mauricio Colón, colombiano de 28 años, es de los que exprime la aplicación. "Los ingresos dependen de cada persona. Hay gente que se saca 600 o 700 euros… yo llego a 1.600 pero porque le doy muy duro". Trabaja de 9.30 a 15.00 y de 17.00 a 23.00 "todos los días del año". "Es un sistema que te obliga a trabajar sí o sí, sin fiesta, para ganar dinero. Cuanto más trabajas, más ganas, te vuelve un enfermo del trabajo. Estás en casa descansando y piensas en lo que estás dejando de ganar", reflexiona.

En su caso, logra un sueldo muy alto para lo que es habitual, pero "a base de exprimir un sistema que está hecho para trabajar, trabajar y trabajar". Por eso, y pese al dinero que alcanza, no se ve mucho tiempo en esto. "No es vida", lamenta.

El perfil más habitual en el ‘banco rider’ es el de un chico joven, de 20 a 30 años, y de origen extranjero, generalmente sudamericano. Las chicas son la excepción, aunque se empiezan a ver cada vez más. Una de ellas es María Alejandra Rodríguez, venezolana de 28 años. Lleva dos años como repartidora, y cree que hay pocas mujeres porque "muchas no se atreven ni a probarlo". Gana unos 1.000 euros al mes –de los que tiene que quitarse los impuestos– con "como mucho un día libre a la semana". "No es el trabajo que quiero para mi vida, pero mientras consigo algo mejor me ayuda a salir adelante", valora.

"Gente callejera"

Joel Asensio es de los pocos acentos locales de la plaza. Zaragozano de 23 años, lleva dos semanas en una de esas empresas de reparto que sí contratan a los ‘rider’. En su caso, cobra fijos al mes 600 euros, más una pequeña comisión por kilómetro recorrido. Trabaja cuatro horas al día de miércoles a domingo, y valora de este empleo "que no tienes a nadie encima que te atosigue". Eso sí, tiene que hacer un mínimo de ocho entregas al día y sin festivos libres: "En Navidad me tocará trabajar, claro... Espero que al menos en casa me guarden alguna sobra de la comida", bromea. Más que de extranjeros, cree que es un oficio "de gente callejera". "Me he criado en uno de los peores barrios, sé lo que digo", afirma.

Embaye Ndiaye, nacido en Zaragoza y de origen senegalés, también trabaja para una empresa de las que ofrecen salario y horario. Sus renovaciones de contrato dependen del resultado de unas métricas quincenales que se hacen de su trabajo. Él está contento. Calcula que la hora trabajada le sale a 8,93 euros, y que llega a unos 1.000 al mes. "El frío es horrible, pero conoces la ciudad, ganas dinero… A veces es estresante, pero te acostumbras", valora.

La tarde-noche avanza y se forman pequeños grupos en la plaza de España. Luis Fernando (peruano de 24 años) y Gabriel José León (venezolano de 26) se unen a Adalberto en el banco. Se protegen del frío y comentan su día. El primero de ellos trabaja, además de ‘rider’, repartiendo periódicos a primera hora de la mañana y limpiando la terraza de un bar. Entre los tres trabajos, unas 9 o 10 horas al día. "Nos pagan muy mal, cada vez peor. Antes por llevar un pedido a la avenida de Goya te pagaban al menos 4 euros. Ahora a veces 2,9 euros, no llega a 3", lamentan quienes cobran por viaje.

Edison Ramírez, 'rider', en la plaza de España.
Edison Ramírez, 'rider', en la plaza de España.
Toni Galán

Edison Ramírez, colombiano de 38 años, se une a ellos y cuenta que también se saca dinero por otro lado. Edita vídeos, hace publicidad, actúa como dj… En Navidad trabaja "todo lo que se pueda". De la vida ‘rider’ ve positivo "los ingresos" que genera, que son "directos". Lo peor, "el frío" que sufre encima de la bici. "Pero hay que ganarse la vida, amigo", sentencia.

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