crecida del ebro

UAGA cifra en "unas 14.000" las hectáreas de cultivo dañadas por la riada del Ebro

El Gobierno rebaja a fase de alerta el nivel de emergencia por la crecida y ya no es necesaria la intervención de la Unidad Militar de Emergencia (UME

Imágenes de la riada en Pradilla de Ebro, este lunes.
Imágenes de la riada en Pradilla de Ebro, este lunes.
Guardia Civil de Zaragoza

Las organizaciones agrarias comienzan a realizar las estimaciones de daños que la riada ha dejado en los cultivos de la ribera del Ebro. Los primeros cálculos los ha realizado UAGA que cifra en "unas 14.000" las hectáreas siniestradas, una cifra superior a las 12.000 que estima el Gobierno de Aragón, pero inferior a las 15.063 hectáreas que quedaron anegadas en la histórica crecida de 2015. Asegura la organización que las pérdidas económicas también son, según las cifras iniciales, menores que las soportadas hace seis años ya que las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro hicieron posible el desalojo y traslado a zonas seguras de todos todos los animales de las explotaciones ganaderas de la zona de riesgo evitando así lo sucedido en 2015 cuando, según datos de Sarga, murieron 6.400 cerdos, 3.220 ovejas y 661 vacas y terneros.

Sin embargo, que no haya que lamentar muertes de animales no significa que los ganaderos no hayan sufrido pérdidas. UAGA señala que los desplazamiento suponen un coste extra en transporte y alimentación, que se mantendrá en los próximos días ya que unas 4.000 hectáreas de pastos están anegadas por lo que mientras no se retire el agua y se recuperen los eriales, los animales no podrán salir a pastar.

El momento en el que se encontraban los cultivos –alguno de ellos en parada vegetativa– también ha ayudado a minimizar los daños. Con todo, UAGA indica que hay en torno a 4.500 hectáreas recién sembradas de trigo, cebada y avena principalmente, en las que habrá que esperar a ver cómo se comportan tantos días bajo el agua. "El mayor riesgo es que la semilla, al no estar fijada al suelo (enraizada), se hinche y salga a la superficie", explica.

Las 6.000 hectáreas de alfalfa están en reposo invernal, pero existen riesgos, ya que la acumulación de lodos podría asfixiar la planta e impedir su rebrote.

El agua ha anegado también 250 hectáreas ocupadas por producción hortícola (col, brócoli, acelga, borraja,...). "Y aquí las pérdidas son del 100%", destaca la organización agraria que señala que falta todavía por contabilizar la superficie afectada de leñosos (frutales, almendros y olivos) que en los últimos años se ha incrementado notablemente en la zona con nuevas plantaciones, cuyo comportamiento preocupa tras tantos días dentro del agua.

No solo los cultivos han salido malparados. Hay daños también en las infraestructuras (acequias, instalaciones de riego, naves ganaderas...) que, según la organización agraria, solo se podrán calcular una vez que se retire el agua de las parcelas.

Con todas estas cifras en la mano, el representante de la Comisión Ejecutiva de UAGA, Javier Fatás, lamenta que profesionales de la agricultura se sienten "doblemente castigados". Porque dado que las riadas son cada vez más frecuentes (ha habido en 2013, 2015, 2018 y 2021) contratar una póliza para asegurar un cultivo en la ribera del Ebro es cada vez más caro. A ellos se suma que en las crecidas extraordinarias "las autoridades siempre toman la decisión de romper motas e inundar parcelas de cultivo para mitigar la fuerza del río y salvaguardar así el casco urbano de algunos pueblos y sobre todo, para causar el daño mínimo en la ciudad de Zaragoza". Por todo ello, y a pesar de que el tanto el consejero de Agricultura como el director general de la entidad aseguradora aseguraron el jueves que todos los daños serán compensados, la organización agraria denunció ayer en que "el sacrificio que hacen las gentes del campo al perder toda su cosecha y por tanto, su fuente de ingresos, no se ve recompensado".

Mientras, el Centro de Coordinación Operativa Integrada presidido por la consejera de Presidencia Mayte Pérez ha decidido ayer rebajar a fase de alerta la emergencia por la crecida del Ebro, por lo que ya no es necesaria la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Además, Cruz Roja ha desmantelado el albergue provisional que instaló en Bujaraloz para posibles desalojos y las personas dependientes y con movilidad reducida de la Ribera Baja del Ebro que fueron trasladados a distintas residencias volverán a sus domicilios el próximo lunes. Se estima que la A-127a de acceso con Gallur podría reabrirse a lo largo del fin de semana, mientras que en la A-1107 en Pina de Ebro se estudiará si es necesario acometer alguna obra de emergencia, por lo que no es probable que pueda abrirse al tráfico este fin de semana.

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