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¿Quién es realmente Papá Noel?
Es el protagonista incontestable en los adornos navideños, su aparición en la pantalla inunda de felicidad a los niños que espera con ansia sus regalos ¿De dónde viene esta tradición?
Se acerca la Nochebuena y con ella, la ilusión de los más pequeños. Ya falta menos para que el bueno de Papá Noel pase por nuestras casas y deposite junto al árbol (o junto al lugar que debidamente se le indique) los esperados regalos. Algunos colocan calcetines para que deje dentro pequeñas sorpresas. Otros no olvidan un refrigerio para que Santa y sus renos repongan fuerzas. Cada familia, cada casa tiene su ritual. Probablemente todos deriven de las mismas fuentes aunque algo combinadas.
El pasado 6 de diciembre se celebró San Nicolás, una fiesta más popular por el norte y este de Europa. Es la antesala de la Navidad y en este día, los niños también reciben presentes. Esta tradición honra la memoria de San Nicolás de Bari, un obispo que no era de la turística población italiana, si no de la región turca de Anatolia y que vivió allá por el siglo IV.
Cuenta la leyenda que este señor quiso ayudar a una familia con pocos recursos que no podía casar a sus tres hijas. Para ello, se colaba por la ventana y depositaba monedas en el interior de los calcetines. De esta manera consiguió que las mozas acumularan una dote digna para sus esponsales. En algún momento de la Historia, a esta fábula se añadió otra vivencia de San Nicolás. Por lo que se cuenta, resucitó a unos niños que un malvado carnicero había matado y puso en salazón. Así es como se asoció a este personaje con la idea de protección a la infancia.
Todos estos elementos se aproximan bastante al Papa Noel actual, amigo de los niños y portador de regalos.
Parece ser que el nombre que manejamos ahora es una mutación que el término fue adquiriendo en Estados Unidos. A principios del XIX, el escritor Washington Irving, inspirado en el folclore holandés, introdujo en su novela 'Historia de Nueva York' a un personaje rechoncho y a lomos de un caballo volador que repartía regalos la víspera de San Nicolás. La historia se popularizó tanto, que los colonos ingleses la fueron adoptando como propia y de San Nicolás, mezclado con la voz holandesa Sinter Klaas y un poco de acento inglés, la cosa fue derivando en Santa Claus.
En España somos más de variante francesa que viene de Père Noël (Padre Navidad), que a su vez procede de la inglesa Father Christmas (Padre Navidad). Así llegó a España y de allí, al resto de países que hablan nuestro idioma.
En cuanto a la imagen del simpaticón bonachón vestido de rojo se la debemos a la empresa Coca-cola, que en 1931 encargó al ilustrador Haddom Sundblom una versión de Papá Noel para su campaña publicitaria. Este artista lo que hizo fue una revisión del personaje creado por el sueco Thomas Nast para un cómic de la revista Harper’s Weekly, publicado en 1881.
El de Papá Noel es un claro ejemplo de que en la mezcla está el éxito. Así, se ha convertido en un personaje universal. Lleva una combinación de tradiciones cogidas de aquí y de allá y ha ido evolucionando con el tiempo. Quién sabe qué futuras mutaciones le esperan en el nombre, en la historia o en la fisonomía. Esperemos que no se cumpla la visión de Matt Groening, el creador de los Simpsons, quien en la serie de Futurama imaginó a un terrorífico robot Santa Claus que quería destruir la Navidad y del que todos se escondían.
