Tres décadas surcando el desierto de Monegros en trineo de perros

La trigésima edición de la Transmonegrina de Mushing. la travesía de esta disciplina más longeva de España, acabó el pasado 8 de diciembre.

Imagen de la celebración de la Transmonegrina de Mushing
Imagen de la celebración de la Transmonegrina de Mushing
Transmonegrina de Mushing

Aunque se trata de un deporte desconocido, el mushing continúa captando adeptos en Aragón. Algo que demuestra el hecho de que su cita más conocida en tierras aragonesas, la Transmonegrina de Mushing, acabe de cumplir nada más y nada menos que tres décadas. Se convierte en la travesía más longeva de España. Creada en 1991 por el club Esperit nordic a modo de entrenamiento de cara a la temporada de nieve, poco a poco ha ido evolucionando y creciendo. La primera edición discurrió entre Zaragoza y Fraga. Once años después, en 2002, nace el Club Mushing Monegros para continuar con la organización de la travesía y promoción de este deporte en tierras aragonesas.

Durante años la travesía fue una de las principales competiciones a nivel nacional hasta que en 2015 abandona la modalidad competitiva primando, sobre todo, el bienestar animal. “En este deporte lo más importante es el perro, para nosotros está por encima de cualquier cosa”, explica Fernando Lebrero, presidente del Club Mushing Monegros que, año tras año, organiza esta cita.

Pero, ¿qué es exactamente esto del mushing? Se trata de un deporte de invierno consistente en una carrera de trineos tirados por perros. Aunque actualmente está considerado como un deporte, no hay que olvidar que sus orígenes nacen de una forma de transporte nórdica caracterizada por la combinación del uso de perros de tiro y esquís, que servía para desplazarse por superficies nevadas con rapidez. “A lo largo de la historia distintos pueblos han utilizado al perro como medio de transporte, habiendo referencias de su uso datadas de 2.000 años antes de Cristo”, añade.

La fiebre del oro del Noroeste de Canadá o, a principios de 1.900 la exploración del por aquel entonces inescrutable Polo Sur o la epidemia de difteria que asoló la ciudad de Nome en Alaska en 1925, fueron algunos de los hitos en los que estos trineos tirados por perros jugaron un papel fundamental: “En este último caso, se logró trasladar el suero necesario para salvar a su población gracias a 20 mushers y 120 perros que debían recorrer 1.100 km en 5 días, una distancia que solían cubrir en un mes”, asegura el zaragozano.

En 1967 se realiza la primera competición de mushing de la historia de la mano de Dorothy Page y Joe Redington, hoy en día considerada como una de las carreras más míticas del panorama internacional. “Así comienza a evolucionar de una necesidad a un deporte”, explica Lebrero. Un deporte que, además, ha de enfrentarse a un nuevo reto: adaptarse a todo tipo de espacios y superficies para seguir creciendo.

La Transmonegrina de Mushing
cumple tres décadas
La Transmonegrina de Mushingcumple tres décadas
Transmonegrina de Mushing

De la nieve a la tierra: más cerca del desierto

De hecho, con su expansión surgirán nuevas modalidades que hoy se entremezclan en este tipo de competiciones, en las que podemos encontrar al musher o guía montado en una bicicleta - o bikejoring-, patín, triciclo o cart - vehículo de cuatro ruedas que generalmente se utiliza con 6 o más perros-, en incluso por un corredor que va enganchado al animal por un arnés.

Ésta última, una de las más conocidas y practicadas, es la que se conoce como canicross. “En la edición de la travesía de Monegros de 2001, Lluis Culi completó los 100 km. del recorrido haciendo canicross con sus dos huskys”, rememora el zaragozano.

En Aragón hay una docena de clubes de mushing, y tan solo en el monegrino cuentan con más de 60 socios. En cuanto a su prueba local, consistente en una travesía de cinco días, este año partía de Farlete el pasado día 4 de diciembre. Reunió a 29 equipos -un total de 70 personas entre mushers y handlers que son los cuidadores de los animales- y 100 perros llegados de Aragón, Andalucía, Asturias, Cataluña, Navarra y País Vasco. Perdiguera, Peñaflor y Villamayor completaban la ruta de 170 kilómetros, como añade Lebrero.

En cuanto a los requisitos que deben cumplir estos perros, los verdaderos protagonistas de la prueba, deben estar microchipados, vacunados y desparasitados. El resto, ni siquiera la raza, importa. “Se suelen ver perros de raza nórdica pero también hay quien compite con podencos o perros de caza como bracos. Lógicamente cada perro tendrá unas capacidades para hacer según qué cosas”, concluye.

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