coronavirus

"Habría que saber la inmunidad de cada persona antes de poner las terceras dosis"

El inmunólogo del CSIC Balbino Alarcón señala que una inmunización excesiva con la misma ‘fórmula’ puede ser contraproducente ante la llegada de nuevas variantes.

Fotos de los sanitarios recibiendo la tercera dosis de la vacuna conta la covid
Fotos de los sanitarios recibiendo la tercera dosis de la vacuna conta la covid
Toni Galán

“Si usamos repetidamente la misma vacuna de la misma variante estamos especializando al cuerpo para defenderse solo de esa cepa”. Así resume de forma clara Balbino Alarcón su estudio sobre la inmunidad que generan las vacunas ante la llegada de nuevas variantes. Este investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) defiende, al igual que hacen otros científicos, que la tercera dosis de la vacuna de la covid (y la cuarta o quinta si las hubiera) no deberían ponerse de manera indiscriminada, sino atendiendo al grado de inmunidad de cada persona.

Alarcón explica que la actual vacuna frente al coronavirus se diseñó para combatir el virus original, el que surgió de la ciudad china de Wuhan. Esa ‘fórmula’ no ha cambiado con la llegada de las nuevas variantes. A pesar de que la eficacia de la vacuna se ha probado con las diferentes cepas, este inmunólogo señala que “la repetición de la vacunación con la misma cepa produce una especialización del sistema inmune que hace que se reconozca muy bien esa variante, pero que se reconozcan peor las modificaciones de esa variante”.

Este científico del CSIC recalca que la vacuna “es eficaz” y que ha servido “para que en estas últimas olas tengamos tasas de fallecidos y de hospitalizados muy bajas”, pero se pregunta “hasta qué punto se tiene que seguir una y otra vez con la misma vacuna”. Según asegura, en algunas ocasiones la tercera dosis “no solo no es necesaria, sino que puede ser inconveniente”. “No creemos que la tercera dosis haya que darla de forma masiva, para todo el mundo. Habría que tener un conocimiento previo sobre cuál es la respuesta humoral (inmunológica) de cada uno”, justifica.

Alarcón recalca que hay personas vacunadas con dos dosis que aún pueden tener una buena respuesta ante el virus (a pesar de que la OMS ha alertado de que esta dura unos seis meses), y recalca que las personas que han sido infectadas tienen “de forma natural una respuesta inmunológica amplia”. “En cambio, si usamos repetidamente la misma vacuna de la misma cepa nos estamos especializando solo en esa cepa”, afirma.

El inmunólogo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa cree que “si una persona no ha respondido bien con las dos primeras dosis”, sí que “es conveniente que reciba la tercera”; pero en otros casos, la insistencia en la misma vacuna “puede hacer que la respuesta sea un poco menos buena que la que teníamos”.

A su juicio, “es mejor tener un conocimiento del estatus individual de cada persona”, y para ello recomienda que los pacientes se hagan pruebas serológicas antes de recibir la tercera dosis. Su consejo es claro: “Mira a ver si estás bien y, si tienes muchos anticuerpos y aún se pueda elegir, no te pongas la tercera dosis; no vas a ganar más y puede que hasta pierdas algo”, mantiene.

Alarcón admite que las vacunas son “el único instrumento que tenemos” actualmente contra el virus, aunque lo ideal sería que se pudieran diseñar específicamente para cada variante. “Las vacunas de gripe se hacen con las cepas que están predominando en el hemisferio sur ese mismo año, no con las cepas de años anteriores”. Sin embargo, es consciente de “la dificultad de diseñar una vacuna específica para una variante que igual dentro de cuatro meses ya ha sido sustituida por otra”.

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