El interés que despierta la Formación Profesional (FP) entre el alumnado aragonés continúa al alza y, según los últimos datos facilitados por Educación, en el curso actual se han alcanzado los 26.750 matriculados. Hasta 2.947 corresponden a los ciclos de FP Básica y el resto se divide casi a partes iguales entre los grados medios (11.185) y los superiores (12.618). Este incremento ha sido paulatino desde que en 2018 se lograron los 23.000 estudiantes y se ha percibido tanto en los ciclos medios como superiores (casi 2.000 más en cada una de las etapas). También ha crecido la oferta, que ya supera los 130 ciclos. «Son datos importantes porque se está ofreciendo una FP de calidad», recalcó Eva Bajén, presidenta de la Asociación de Directores y Directoras de Institutos de Educación Secundaria de Aragón (Adiaragón), quien incidió en que se trata de una «opción muy interesante» para el alumnado, aunque destacó la necesidad de «actualizar la oferta».

Fuentes del Departamento de Educación señalaron la «satisfacción» existente con el incremento de la demanda, que ha ido «acompasada» por un aumento paulatino de la oferta, con más de 70 nuevos ciclos en la pasada legislatura, 19 en este curso –entre los que desatacó la implantación en Calatayud del grado superior en Termalismo y bienestar– y la puesta en marcha de los cursos de especialización de forma pionera en Aragón. «El trabajo realizado con las empresas para determinar sus necesidades e implantar estudios para satisfacer sus demandas ha traído consigo también un aumento de la empleabilidad», apuntaron. Según los últimos datos del Ministerio de Educación y FP, la mitad de los estudiantes que acaban una FP superior consigue empleo el primer año y en el 43% de los casos este es indefinido.

Mayores vocaciones

Esta empleabilidad y una mejor percepción de los ciclos de FP por parte de familias y jóvenes ha permitido que cada año aumenten los matriculados. También lo ha hecho la eliminación del examen de acceso para pasar de un ciclo medio a uno superior de la misma rama. «Así se crea un itinerario formativo y para los docentes es un logro que los alumnos de grado medio continúen su formación en un grado superior, ya que encontrarán un trabajo con mejores condiciones», recalcó Bajén.

Explicó que cada vez hay más «vocaciones». Jóvenes que tienen claro que quieren estudiar determinada FP y dedicarse a ello. «No es la mayoría y, en la actualidad, es más común que muchos alumnos de FP superior se decanten por ella porque creen que no van a ser capaces de hacer una carrera universitaria o directamente son alumnos que han probado la universidad y se dan cuenta de que no es lo suyo», reconoció.

Lo mismo ocurre en el caso de los ciclos medios, impulsados generalmente por alumnos que no hacen un bachillerato porque «no les gusta estudiar u otras razones». «Necesitamos que las familias y los alumnos se den cuenta de que es una salida muy adecuada», señaló.

Respecto a la oferta existente en la Comunidad, Bajén consideró que hay que «actualizarla» y que el Departamento de Educación debe de seguir trabajando para adaptar los grados que se imparten a las necesidades de cada una de las zonas. «Hay que ir un poco más allá», insistió.

También abogó por potenciar la «labor educativa» de las empresas en la FP dual, que deberá ser una realidad con la nueva Ley de Formación Profesional. Esta previsto que se apruebe próximamente en el Congreso y la intención de la ministra, la aragonesa Pilar Alegría, es que se ponga en marcha para el próximo curso. Bajén detalló que la FP Básica se «ha consolidado», aunque incidió en que «lo ideal» es que los alumnos salgan con el título de la ESO, no a través de la FP Básica porque «la formación es diferente».