"La Administración lo tiene claro. Ha de ser ágil. Europa está detrás y los propios fondos incorporan partidas específicas para que se actualice y se dote de los medios necesarios para poner en marcha el reparto de fondos" hacia una economía más limpia. Lo ha dicho Elías Gómez, responsable de Soluciones Sostenibles  de BBVA, en el Desayuno organizado  por HERALDO sobre 'Fondos europeos: eficiencia energética y recuperación empresarial", patrocinado por BBVA, y que ha contado con la participación de Felip Barceló, director general de la consultora Ateinsa; Fermín Serrano, responsable del Comisionado para la Agenda 2030 y Manuel Balet, director gerente de la empresa Enerland, en un debate moderado por Luis Humberto Ménendez, jefe de Economía de HERALDO.  

"Los fondos van a ser una gran palanca para incorporar la sostenibilidad al ADN de las empresas. Van a ayudar a que se decidan a hacer ese análisis de en qué situación están con respecto a consumo de energías y qué tienen que hacer para ser más eficientes y que si no saben como hacerlo se acompañen de quién les tiene que ayudar aprovechando la oportunidad que se presenta", ha manifestado el directivo de BBVA. 

Convencido de que las nuevas generaciones ya lo tienen asumido (es un "driver de movilización para ellos"), ha dicho Gómez, llega el momento ahora de que la industria "lo digiera y se mueva" cuando ya "la sociedad lo tiene interiorizado al ir a un supermercado y mira si el producto que compra es sostenible o de donde viene".

"La sostenibilidad no es una moda", ha señalado, y España, que cuenta ya con un plan nacional integrado de energía y clima (PNIEC 2021-2030),  "tiene que dar ese salto para incorporar la sostenibilidad como un valor" en todos los sectores de actividad económica. Los fondos, ha recalcado, son la herramienta para hacerlo y "tomar conciencia de que no hay marcha atrás hacia esta nueva era" .

"El reto es enorme: hay que hacer mucho en un plazo corto", ha advertido Manuel Balet, director gerente de Enerland, que ha recomendado a la Administración escuchar a las empresas y ayudarlas, con agilidad en los procesos, a subirse al tren de la descarbonización. "Las grandes empresas, que cotizan en bolsa y cuyos accionistas son fondos de inversión, están muy concienciadas, Inditex por ejemplo o H&M o Amazon o Google, pero los fondos europeos han de servir para ayudar a otras empresas que no están tan concienciadas". Algunas personas que viven en lugares que pueden desaparecer como las islas Maldivas, donde Ederland, está desarrollando un proyecto, "están muy concienciadas del calentamiento global  porque les afecta directamente, pero esto es imparable a nivel global", ha destacado.  

Felip Barceló, de la consultora Ateinsa, ha llamado también a "ponerse las pilas". Recordando que llevan 30 años promoviendo el ahorro energético en las empresas, ha reconocido que ahora la labor es ingente para acercar las ayudas y adecuarlas a las necesidades concretas de las empresas. "La receptividad es buena. Todo el mundo quiere hacer el cambio, pero la incertidumbre que existe y la situación del país", ha admitido, pueden suponer cierto freno a la hora de decidirse. Ha recomendado también salir del concepto de "moda" en que se ha convertido la sostenibilidad para que "no siga penalizando al conjunto". 

"Ha llegado el momento de que las empresas se posicionen", ha insistido Elías Gómez, de BBVA, pese a estar "en una 'tormenta perfecta' con la escalada del precio de la energía y la crisis de suministros". Si la sociedad, ha indicado, ha dado el paso de incluir la sostenibilidad en sus hábitos de consumo al demandar  productos sostenibles, el tejido empresarial no puede ir a la zaga. En la reciente COP26 o Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en Glasgow, "los grandes grupos han establecido objetivos y compromisos. Ahora esa cadena de transmisión tiene que ir aguas abajo hacia empresas medianas y pequeñas". 

José Miguel Marco

Todas, ha subrayado Gómez, han de aprovechar las ayudas para proyectos sostenibles y saber que son rentables, que dotarse de una instalación solar en sus cubiertas es muy eficiente". Y al objeto de ayudarlas, ha precisado, BBVA ha hecho una apuesta estratégica por crear una línea específica que de ese acompañamiento necesario para ayudarles en esa transición energética".

Fermín Serrano, responsable del Comisionado para la Agenda 2030, ha señalado que "en Aragón se está trabajando bien para sacarle partido a los recursos que tenemos y que se está haciendo con diálogo social y colaboración con todos los agentes para que esta gran oportunidad que suponen los fondos europeos se aproveche". Sobre este punto, ha incidido en que "hay que utilizar las energías renovables para amortiguar la pérdida de la minería en Aragón". El desafío, ha señalado, es conseguir que estas ayudas que vienen de Europa lleguen al más pequeño municipio de Aragón y contar con un plan bien trazado y transversal que aproveche todas las energías que produce la comunidad desde la solar a la eólica pasando por el hidrógeno, para llevar la transición justa a todos los sectores: el transporte, la industria, la agricultura, y aprovechar, ha reiterado, "esta gran oportunidad".

Las conclusiones de los invitados:

"Lo que no puede ser es que la Administración tarde año y medio para dar una licencia a una instalación de autoconsumo, como sucedida hace dos años y medio. Cuando les dieron la licencia de obras, la empresa la habían comprado y ya no pudo hacerse. Eso sigue pasando", ha advertido el director gerente de Enerland, una empresa aragonesa en la que trabajan 150 personas y que ha realizado instalaciones de fotovoltaica en México, El Salvador, Costa Rica, Colombia, Honduras, Portugal y Filipinas. "Los plazos hay que cumplirlos", ha pedido, junto con una mayor agilidad y respuesta rápida. "Que pongan más recursos o que contraten a alguien más" para que se haga bien el reparto. "Si pudiéramos hacerlo más lento", ha reflexionado este ponente, pero "es muy rápido y hay que saber aprovechar esa ventaja diferencial que tiene España frente a otros países y es que tiene abundante sol  y podemos ser exportadores de energía" para no tener tanta dependencia del petróleo y el gas. Los fondos europeos, ha concluido, son "el acelerón que hacía falta para avanzar en la transición energética". 

"La llegada de esos 70.000 millones desde Europa obliga a las empresas a invertir en un corto periodo de tiempo, ante de 2023", ha apuntado Felip Barceló, de Ateinsa. "Necesitamos agilidad", ha dicho, porque una vez que estén identificadas las necesidades de las empresas hay que actuar con celeridad y ha demandado "cierta centralidad" para que no haya retrasos y se pierdan meses en el reparto a las las distintas comunidades autónomas de dichos fondos para que los gestionen. "La llegada de fondos supone una oportunidad hacia la descarbonización, pero creo más en los procesos a medio plazo, ya que esto no se hace de un día para otro", ha avisado. 

"Esta guerra va a ser difícil ganarla", ha apostado Elías Gómez, del BBVA, "si cada uno va por su lado". Y ha apostado por sumar esfuerzos entre las empresas, la Administración y los bancos (aportando los productos financieros adecuados a las empresas) para crear ese ecosistema necesario que permita la colaboración pública privada y que se gestione bien el máximo aprovechamiento de estos fondos. El cambio hacia energías más limpias no puede esperar. "Estamos en un escenario de eclosión de modelos. Hace unos años teníamos que ir a las tiendas de videoclubs para ver películas y ahora contratamos plataformas como Netflix. Todo cambia a gran velocidad" y hay que estar preparados, ha insistido. 

"La pandemia ha servido para crear una nueva Europa y la apuesta es salir de la crisis económica que ha generado apostando por una economía verde, digital y con mayor cohesión social", ha recordado Fermín Serrano, representante del Gobierno aragonés. "Lo que tenemos que hacer es movilizar todos los fondos que podamos porque además de los 'Next Generation' puede haber un programa adicional. Ojalá necesitemos más fondos", ha indicado, pero "hay que generar más confianza y colaboración público privada".   

Hay que hacerlo sí o sí, según Barceló, de la consultora Ateinsa, porque "las empresas están sufriendo incrementos de precios por la escalada del coste de la luz y está afectando a su cuenta de resultados". Elías Gómez, de BBVA, ha reconocido, que se nota una evolución y que las compañías están incorporando figuras ligadas a la sostenibilidad y la reducción de emisiones. "Tal vez la solución no sea un leasing o renting, pero sí un préstamo. Hay que buscar la solución adecuada y hacerlo". No cabe otra, ha recordado, si se quiere conseguir que la temperatura del planeta no suba grado y medio, que esos fondos permitan ganar terreno en la transición energética. "Si no lo conseguimos de forma fácil, puede llegar de forma obligatoria y por la vía de la penalización", ha avisado.