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El número de pisos turísticos en Zaragoza se dispara un 40% en dos años y la DGA endurecerá los requisitos
En la capital aragonesa ya hay 439 viviendas registradas, la mayoría en el Casco Histórico. El Gobierno autonómico prevé modificar la norma para garantizar la calidad del alquiler.
El sector de las viviendas de uso turístico no deja de crecer en la capital aragonesa. En los últimos dos años, el número de pisos registrados para esta actividad se ha disparado un 40%, y ya hay operativos 439, la mayoría en el Casco Histórico. La tendencia es "imparable", según apuntan los propietarios, que en todo caso descartan que Zaragoza se encuentre saturada, como ocurre en otras grandes urbes del país. Sin embargo, el Gobierno de Aragón, encargado de su control, sí comienza a ver alguna señal de alerta, por lo que está trabajando ya en una actualización del reglamento para hacer más exigentes los requisitos que deben cumplir estos alojamientos.
Desde que la DGA regulara esta actividad a través de un registro de pisos de uso turístico, su número, como era de esperar, no ha dejado de crecer. En 2018 ya había en Zaragoza 138 censados, que se convirtieron en 315 en 2019, hasta llegar a los 439 actuales. En el conjunto de la Comunidad la evolución es similar, y la cifra alcanza los 2.200 inmuebles, la mayoría ubicados en la provincia de Huesca.
"El decreto que regula esta actividad es de 2015 y sirvió para que aflorasen las viviendas que se alquilaban con un uso turístico sin control", señalan fuentes de la DGA, que apuntan a la necesidad de "endurecer" ahora la normativa con el objetivo de ofrecer el mejor servicio posible y de evitar posibles abusos por parte de los propietarios.
"Para nosotros es positivo que se controle la actividad, es un negocio y debe estar regulado", explica Daniel Lardiés, responsable de Alojamientos Zaragoza, empresa que gestiona una cartera de 30 pisos en el Casco Histórico de Zaragoza y que próximamente abrirá otros 25. "Es evidente que la evolución está siendo positiva, la gente cada vez tiene más información y facilidades a la hora de reservar por internet sin temor alguno", relata.
Asegura que es un tipo de alojamiento "especialmente cómodo" para familias, que encuentran además "independencia" en sus viajes, y "más ahora que la gente busca menos contacto por la pandemia". De hecho, aunque el sector se vio afectado por las restricciones de movilidad y algunos inmuebles volvieron al mercado de alquiler ordinario, la mayoría ha recuperado la demanda con el auge del turismo de interior. En consecuencia, según Lardiés, "los precios han vuelto a la normalidad, después de haber estado un 70% por debajo de lo habitual".
Menos riesgo
La proliferación de pisos turísticos en los cascos urbanos ha sido motivo de crítica por la posible presión que ejercen sobre un mercado del alquiler con precios disparados y la gentrificación de zonas céntricas de las grandes ciudades. Frente a estas acusaciones, desde la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur) detallan que el sector cuenta con más de 246.000 pisos en España, lo que "apenas representa el 1,2% del parque total de viviendas", explica el presidente de la entidad, Tolo Gomila.
A su juicio, algunos proyectos inmobiliarios han supuesto "oportunidades de regeneración urbanística en barrios degradados", aunque recuerda que el 93% de los propietarios de pisos turísticos son personas individuales, fruto de la "cultura del ahorro en España". Gomila comenta que "más allá de la rentabilidad, que ha bajado" con las diferentes regulaciones, el sector es atractivo porque permite arrendar una vivienda "con más seguridad que el alquiler residencial". "Los propietarios –añade–, se fían más, porque ven que pueden recuperar el piso a corto plazo y no se enfrentan a problemas de ocupación ilegal o de otro tipo", argumenta.
