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El año en que el Gordo de la Lotería de Navidad cayó en Calatayud tras más de 20 años sin pasar por Aragón

A un mes del día de la Lotería, echamos la vista atrás para recordar una jornada, llena de anécdotas, marcada en la memoria de los miembros de la Peña Rouna de la capital bilbilitana.

Hasta en 22 ocasiones ha tocado el Gordo de la Lotería de Navidad en Aragón. En concreto, 14 en la provincia de Zaragoza, cinco en Huesca y tres en Teruel. La primera vez que tocó el 'Gordo' en Aragón -el sorteo se celebra desde 1812- fue en 1815, en la capital aragonesa.

Pero la suerte se ha fijado en otras muchas localidades aragonesas a lo largo de la historia del Sorteo Extraordinario de Navidad (Huesca, Jaca, Tarazona, Teruel, Alcañiz...). Destaca Grañén (Huesca) por haber repartido numerosos premios en los últimos años, incluyendo el Gordo de Navidad de 2011. Por algo le llaman la Bruja de Oro aragonesa.

El ‘Gordo’ llegó a Calatayud en 1992. Un premio muy esperado, ya que llevaba más de 20 años sin caer en Aragón. La peña La Rouna, que había adquirido 50 series del número premiado (el 31.466), repartió 10.000 millones de pesetas correspondientes al primer premio del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Tal y como relatamos al día siguiente en las páginas de este periódico, un adivino sevillano había augurado que el Gordo iba a tocar a otra peña bilbilitana, por lo que los miembros de La Rouna no consiguieron desprenderse de todas las participaciones que sacaron a la venta.

El número se cantó a las 9.26, nada más empezar el sorteo, con lo que la fiesta se prolongó durante todo el día en Calatayud y los lugares a los que había llegado la suerte desde allá en forma de participaciones y décimos.

Recorte de la portada de HERALDO publicado el 23 de diciembre de 1992.
Recorte de la portada de HERALDO publicado el 23 de diciembre de 1992.

Pero además de festiva, fue una jornada que no estuvo exenta de anécdotas. La más curiosa fue la que vivió Miguel Ángel Artal, que tenía entonces 34 años y era el presidente de la peña. Se enteró de que se había hecho millonario (él y su familia) y de que había repartido una fortuna entre sus conocidos y vecinos mientras se encontraba en Zaragoza tras una noche de juerga. Pero su regreso fue de lo más complicado, ya que "como se había quedado sin un duro", ningún taxista quería llevar al peñista de regreso a Calatayud, relataba Ramón J. Campo. Aunque buscaba desesperadamente un taxi en la calle Pignatelli que lo quisiera llevar a su casa, donde prometía pagar la carrera, hasta cuatro taxis se negaron a llevarle. Finalmente, Alfonso Fuerte confió en él y lo trasladó a Calatayud: “Me ha dicho que había vendido el Gordo y que se había enterado en un bar”, comentaba el taxista mientras esperaba que su cliente se deshiciera de los abrazos y le abonara las 9.000 pesetas de la carrera, unos 54 euros actuales. 

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