Opiniones enfrentadas ante la medida que permite pasar de curso en la ESO sin límite de suspensos y acceder con uno a la Evau

Divide a familias y docentes entre el apoyo a esta evaluación continua y los que abogan por premiar el esfuerzo

Exámenes de selectividad a principios de julio en el campus de Zaragoza.
Exámenes de selectividad a principios de julio en el campus de Zaragoza.
Guillermo Mestre

 Ya no hay límite de suspensos para pasar de curso o titular en la ESO y repetirlo será a partir de ahora excepcional, se permitirá presentarse a la Evau (Evaluación para el Acceso a la Universidad) con una asignatura sin aprobar en bachillerato y finalmente los estudiantes de secundaria no tendrán exámenes de recuperación. Estos son algunos de los principales y más polémicos cambios que contempla el real decreto de evaluación, promoción y titulación que pone letra pequeña a lo dispuesto en la Lomloe (la ley Celaá) y que ayer aprobó el Consejo de Ministros. Las medidas se conocían desde hace tiempo, pero ahora se puede decir ya que llegan a las aulas y se aplicarán este mismo curso.

El reglamento, según el Ministerio de Educación, buscar reducir al máximo la repetición y el abandono escolar temprano, los dos grandes lastres del sistema formativo español. La ministra, la aragonesa Pilar Alegría, rechazó las críticas que desde hace tiempo vienen expresando los consejeros de las autonomías del PP y algunos grupos de docentes, que mantienen que los nuevos criterios de evaluación para ESO y bachillerato lastran la cultura del esfuerzo.

Alegría, tras dejar claro que el sistema educativo es "muy bueno", defendió que la cultura del esfuerzo "no corre ningún riesgo con esta ley". "La diferencia (con la Lomce) es que trabajamos en promover un esfuerzo basado en la motivación, no en el castigo". En opinión de la ministra, "lo que hay que hacer es detectar las necesidades de apoyo de los alumnos y dárselo cuanto antes". "Lo que hacemos es -destacó- confiar más en el criterio de nuestros profesores, que son quienes mejor conocen a los alumnos".

Curso diseñado sin recuperaciones

El consejero aragonés de Educación, Felipe Faci, siempre ha sido favorable a la ley Celaá. En una reciente comparecencia en las Cortes de Aragón defendió que repetir curso no es una solución a los problemas de aprendizaje de los alumnos que no promocionan por no haber aprobado las asignaturas necesarias. De hecho, la desaparición de la repesca en la ESO no coge a nadie por sorpresa en la Comunidad. Este curso ya se había diseñado desde el principio sin exámenes de recuperación.

La comunidad educativa aragonesa está dividida como ocurre en el resto del país. Eva Bajén, presidenta de la Asociación de Directores de Institutos de Secundaria de Aragón, abogó por la evaluación continua y por transmitir a los estudiantes que "el esfuerzo debe ser continuado, no centrarse en unos días antes del examen".

A partir de ahora, los equipos docentes, de manera colegiada, tienen la responsabilidad última para decidir si un alumno ha adquirido las competencias fijadas y alcanzado los objetivos de la etapa aunque no haya aprobado numéricamente todas las materias. Acerca de la posibilidad, en casos excepcionales, de poder titular en bachillerato pese a tener un suspenso y acceder a la Evau, Bajén subrayó que el joven debe cumplir "ciertas condiciones", como "no haber dejado de lado la asignatura", además de tener una asistencia continuada, presentarse a todos los exámenes y recuperaciones, y una nota medida de 5 o más. En bachillerato, como ahora, se pude pasar de 1º a 2º con un máximo de dos suspensos y siguen las recuperaciones.

Los padres de la pública ven con buenos ojos estos cambios, mientras la concertada los cuestiona sin ambages. Al menos desde las asociaciones de familias. Desde Fapar, que aglutina a las de los centros públicos, incidieron en que "lo importante en el proceso de enseñanza y aprendizaje es la adquisición de competencias y en eso debe ponerse todo el esfuerzo y recursos". "Tenemos que cambiar el concepto de evaluación, que no se puede reducir a aprobar o suspender", aseguraron.

Todo lo contrario esgrimen desde la Federación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fecaparagón). "Los alumnos pierden una segunda oportunidad para aprobar y si se pueden presentar a la Evau con un suspenso se rebaja el nivel y la exigencia. ¿Cómo se premia ahora el esfuerzo y la dedicación", dijo Concepción Ibáñez.

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