Tecnología para envejecer en casa: "Me siento mucho más tranquilo en el día a día y cuando me quedo solo"
César Belsué es uno de los diez aragoneses que participa en un programa piloto del IASS y Fundación DFA para probar nuevas tecnologías que favorecen la vida independiente de los mayores.
César Belsué y María Isabel Millán recuerdan como si fuera ayer aquel 24 de octubre de hace 27 años en el que él sufrió un infarto. "Me quedé muero y me devolvieron a la vida", cuenta este policía local. Dos paros cardíacos, 25 días en la uci y tres meses interno en el Hospital Miguel Servet a los que han seguido otras operaciones y complicaciones. "En agosto hizo tres años sin estar ingresado, todo un logro. Ya pensábamos en irnos a vivir a Zaragoza para estar más cerca de los hospitales", dice.
Su hogar está en el barrio zaragozano de Peñaflor y gracias a este proyecto de vida independiente César se siente "mucho más tranquilo en el día a día y cuando me quedo solo". "Estoy controlado en todo momento y eso te da seguridad". María Isabel ya no se va "con el alma en vilo" cada vez que tiene que salir a hacer un recado. "Ahora hasta salgo a caminar un rato con amigos porque sé que está localizado en todo momento y puede avisar si ocurre algo", explica.
César es metódico y lleva a rajatabla su rutina. Al poco de levantarse empieza con las mediciones (la glucosa solo una vez a la semana porque no tiene problemas de diabetes) que le llevan una hora. La tensión toca tras el paseo diario de unos dos kilómetros "por un sitio llano" . Por si acaso, guarda unos apuntes escritos a mano de cómo utilizar los aparatos aunque asegura que su funcionamiento es "sencillo". Lo más llamativo para él son los 12 sensores que han colocado en las estancias de la planta baja en la que viven. El reloj solo se lo quita algún rato por el día para cargarlo. Estos dispositivos son motivo de broma. "Nuestros hijos nos dicen que ahora tenemos que tener cuidado con lo que hacemos".
