Escritores, estadistas y pintores, nombres que trufan el discurso de Lambán

En su intervención en la primera sesión del debate sobre el estado de la comunidad ha aludido a más de 40 aragoneses ilustres que muestran el Aragón más culto, dinámico y adelantado a su tiempo.

Debate sobre el estado de la comunidad
Debate sobre el estado de la comunidad
Oliver Duch

Dada su formación (licenciado en Filosofía y Letras), el presidente de Aragón, Javier Lambán, suele utilizar frases célebres de ilustres aragoneses para sus discursos más solemnes, y también hacer referencia al legado que decenas de hombres y mujeres han dejado en la cultura, la política o la ciencia en Aragón.

Su intervención de este miércoles en la primera sesión del debate sobre el estado de la comunidad no ha sido una excepción y, a lo largo de la hora y media de su discurso más de cuarenta nombres de esos aragoneses ilustres se han asomado a la tribuna de oradores de las Cortes, un elenco que muestra el Aragón más culto, dinámico y adelantado a su tiempo, aunque haya algún romano del primer siglo de nuestra era entre esas personas.

Ha empezado Lambán, ya en el primerísimo tiempo, hablando de los escritores Javier Sierra (Teruel, 1971) y Manuel Vilas (Barbastro, 1962), dos de los primeros autores que ya han escrito novelas relacionadas con la pandemia de la covid-19: "El mensaje de Pandora" y "Los besos", respectivamente.

Y de los Titiriteros de Binéfar, que han entretenido a niños y mayores en los peores días del confinamiento.

Entre la nómina de escritores, ha citado a Josefa Amar y Borbón (Zaragoza, 1749), y a Irene Vallejo (Zaragoza, 1979), de quien ha usado parte del celebrado discurso que pronunció cuando recibió, el pasado 23 de abril, el Premio Aragón.

Citar a Vallejo le ha servido a Lambán para recordar, a través de las palabras de la escritora, a su vez, "el humor somarda de Marcial" (poeta nacido en Bilbilis en el año 40, las brujas de Trasmoz, el exilio del escritor Ramon J. Sender (Chalamera, 1901), la "silenciosa rebeldía" de la lingüista María Moliner (Paniza, 1900), la cárcel del escritor Félix Romeo (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011), y los dragones.

Lambán también suele referirse a políticos y estadistas que le precedieron en soñar un Aragón mejor, y su discurso tampoco ha sido una excepción. Desde Fernando II de Aragón (Sos del Rey Católico, 1452) , hasta el noble, militar y estadista ilustrado español Conde de Aranda (Épila 1798), pasando por Ramón Pignatelli (Zaragoza, 1734), Joaquín Costa (Graus, 1846) o el también empresario Basilio Paraíso (Laluenga, 1849).

Al recordar a los notables científicos que ha dado esta comunidad, Lambán ha citado al nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, 1852), al naturalista Ignacio Jordán de Asso (Zaragoza, 1742) o Félix de Azara (Barbuñuales, 1742), precursor de la teoría de la evolución de Darwin.

Científicos de hoy día también han tenido su hueco al ser recordados por Lambán por su nivel, tal es el caso del químico Luis Oro (Zaragoza, 1945), Alberto Schuhmacher (Zaragoza, 1980), Elías Campo (Boltaña, 1955) o Cristina Crespo (Zaragoza, 1973).

El cine también ha dado grandes nombres en Aragón que el presidente ha recordado, empezando por Luis Buñuel (Calanda, 1900), seguido de Carlos Saura (Huesca, 1932) o de la joven talento Pilar Palomero (Zaragoza, 1980).

Francisco de Goya (Fuendetodos, 1746) es el maestro en el que se miran todos los pintores, pero además del gran artista, Aragón ha dado pintores como Francisco Pradilla (Villanueva de Gállego 1848) y José Manuel Broto (Zaragoza, 1949).

Los músicos Antón García Abril (Teruel, 1933-Madrid, 2021) y Enrique López Banzo (Zaragoza, 1961) también han sido recordados por el presidente, al igual que la deportista Teresa Perales (Zaragoza, 1975) el historiador Julián Casanova (Valdealgorfa, 1956), el filólogo José Carlos Mainer (Zaragoza, 1944), la académica Aurora Egido (Molina de Aragón, 1946), la directora de la de Biblioteca Nacional, Ana Santos (Zaragoza, 1957), o el ensayista Agustín Sánchez Vidal (Cilleros de la Bastida, 1948).

Lambán, mirando el recuerdo pasado y presente de estas gentes, pretende "otro momento epifánico", hacer posible "otra explosión histórica del talento aragonés".

Y recuerda el axioma del catedrático de Historia Guillermo Fatás (Zaragoza, 1944): "Los aragoneses hemos sido siempre pocos, pero nunca poco".

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