ARAGÓN

Vuelven los juegos de mesa: "Se crean unos vínculos personales que trascienden a la partida de guiñote"

Parchís, rabino, mus, dominó, ajedrez... En centros sociales, asociaciones y casinos de los pueblos se retoma una tradición arraigada en Aragón.

Varios hombres jugando al dominó este miércoles en la Agrupación Artística Aragonesa, en Zaragoza.
Varios hombres jugando al dominó este miércoles en la Agrupación Artística Aragonesa, en Zaragoza.
A. A. A.

Comenta Carlos Losilla, presidente del Casino de Aguarón, que hace unos meses cuando aún no estaban permitidos los juegos de mesa por la pandemia del coronavirus un vecino octogenario del pueblo, Julián, le pidió una baraja solo por el mero hecho de estar en contacto con ella. "Le di una nueva con la condición de que hiciera solitarios", recuerda Losilla, quien muestra su satisfacción de que algo tan arraigado socialmente en pueblos y ciudades de Aragón como echar la partida de guiñote o de mus haya vuelto tras la flexibilización de las medidas sanitarias con una Comunidad en fase 1. "Que la gente vuelva a jugar a las cartas supone un reencuentro social tremendo; lo estaban deseando. Es bonito y gusta verlo. Hemos comprado un montón de barajas nuevas", dice.

Cada día y de lunes a viernes, entre 16 y 20 personas (principalmente hombres) acuden al Casino de este municipio de la Comarca Campo de Cariñena a echar la partida con sus amigos y demás parroquianos. Lo habitual es que jueguen al guiñote y al rabino aunque tiempo atrás -cuando Losilla era un adolescente- el dominó, las damas y el ajedrez tenían predicamento. "Jugar a las cartas es una tradición y no solo viene gente mayor, también de 40 a 50 años. Nosotros contamos con 400 socios y cada año organizamos dos concursos de guiñote y rabino para julio y septiembre y uno solo de guiñote para la festividad de San José", explica el presidente, que añade que ya a finales del verano le empezaron a pedir las cartas. "Se sacaban con todas las medidas de seguridad: lavado continuo de manos, mascarillas, cada mesa utilizaba todos los días la misma baraja... No había casos de covid en el pueblo", indica.

Sala principal del centenario Casino de Aguarón, de 200 metros, donde se juega a las cartas.
Sala principal del centenario Casino de Aguarón, de 200 metros, donde se juega a las cartas.
C. L.

También en la Agrupación Artística Aragonesa, una asociación cultural ubicada en el centro de Zaragoza, se retomaron en septiembre los juegos de mesa con aforos limitados, cambio de cartas cada semana, espacios bien ventilados y filtros Hepas, entre otras actuaciones de seguridad. Fundada en 1918, cuenta con 200 socios (veinte de ellos colectivos), un club de ajedrez, una sala de exposiciones y una sección de modelismo. "Aquí sobre todo se juega al guiñote, al rabino francés, al mus, al dominó, al ajedrez y parchís. Los que vienen suelen ser jubilados y las señoras tienen un vicio con el parchís", señala su gerente, Dionisio García.

Absortos ante las cartas

"¡De buena te has librado bandida!", se escuchaba este martes por la tarde en una mesa donde varias mujeres jugaban absortas al rabino francés. Alguna de las ahí presentes lleva viniendo a esta asociación nada menos que 40 años. Junto a ellas, otros grupos de hombres estaban inmersos en sus respectivas partidas sin que nada alrededor les lograra despistar. "Lo que aquí se juega es de perrica gorda, que se dice", apuntaba uno de los socios.

"Con el coronavirus muchos socios dejaron de venir a la Agrupación y han perdido las relaciones sociales. Algunos terminaron en centros de día o en residencias"

Para Dionisio García, que los socios vayan a jugar es la excusa para relacionarse con los demás. "Se crean unos vínculos personales que trascienden a la partida y les hace mucho bien. Es una manera de buscar entrentenimiento, comunicarse con los otros y también un ejercicio mental. Con el coronavirus mucha gente dejó de venir y han perdido las relaciones sociales; hemos tenido varios socios que han terminado en centros de día o en residencias. No venir ha resultado fatal", destaca el gerente de la Agrupación, que entre sus servicios ofrece ocho periódicos de prensa diaria.

Por otro lado, la pandemia ha relanzado el juego 'online'. En pleno confinamiento cada día hasta 13.000 personas echaban una partida a través de la app Guiñote Pro, creada en 2017 por el ejeano Iván López, socio de Guiñarte, la Asociación Aragonesa de Guiñote. "Nuestra idea, cuando fundamos en 2015 la asociación, era crear una comunidad virtual, poder reunirnos en torneos y hacer otras actividades. La covid nos vino bien para promocionar la aplicación y llegamos a hacer varios torneos 'online'. Tenemos una comunidad muy maja", explica su presidente, Alberto Planas. 

"Aquí sobre todo se juega al guiñote, al rabino francés, al mus, al dominó, al ajedrez y parchís. Los que vienen suelen ser jubilados y las señoras tienen un vicio con el parchís"

Este profesor de educación física advierte de la gran tradición que hay en Aragón por este juego de mesa y subraya que el guiñote es azar disfrazado de estrategia. "En Rusia es el ajedrez y aquí, el guiñote. Siempre se ha dicho que es aragonés, aunque también se juega mucho en otras partes como en Tarragona, Castellón o Soria. Aunque tenemos socios de todas las edades (150) y nuestro ámbito es toda España, queremos acercar a la gente más joven y que todos se diviertan y hagan relaciones con los demás", señala Planas. Durante este tiempo, la asociación que preside ha organizado actividades presenciales puntuales (con cartas de pvc, uso de guantes y otras medidas de seguridad); la última ha sido un torneo al exterior con 24 parejas a mediados de septiembre en Caspe.

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