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La cita previa llegó para quedarse: "Se puede ir a las discotecas pero aquí no te atienden"

Algunas de las medidas de control que se implantaron en las oficinas y administraciones de atención al público se mantienen (y se mantendrán) casi por completo.

Control de acceso con cita previa a las oficinas de la Agencia Tributaria en Zaragoza, este martes.
Control de acceso con cita previa a las oficinas de la Agencia Tributaria en Zaragoza, este martes.
Oliver Duch

Mari Carmen Cetina llega a las oficinas de la Agencia Tributaria en la calle Albareda de Zaragoza. “¿Tiene cita previa?”, le recibe el guardia de seguridad. Ante su respuesta negativa, el empleado le remite al teléfono donde hay que llamar para concertar un día y una hora para hacer la pertinente consulta. Algunas de las medidas de seguridad implantadas durante la pandemia siguen vigentes en oficinas y administraciones de atención al público, a pesar de que las restricciones de aforos y horarios en bares y comercios han desaparecido.

En algunos casos, como en el citado de la Agencia Tributaria con esta vecina de la capital aragonesa, estas limitaciones generan un cierto enfado. “No puedo entender que dejen entrar a las discotecas y aquí no te atiendan como antes, es increíble”, comentaba Cetina. Otros, en cambio, lo ven como una medida prudente y adecuada: “A mí me parece muy bien, la covid todavía existe y la atención es más ordenada si se viene con cita previa”, señalaba a su lado Inmaculada Casedas, que también había acudido a la Agencia Tributaria a hacer gestiones.

En estas oficinas las medidas se han ido modulando conforme ha cambiado la situación sanitaria. El aforo sigue estando limitado, y se controla mediante un sistema de cita previa que ya existía -al menos para algunos trámites- antes de la pandemia. Durante las peores etapas del coronavirus, no se permitía acudir acompañado a las consultas, algo que ahora sí se puede hacer. Otras medidas se han mantenido tal cual, como la distancia de seguridad, las pantallas, la ventilación, la mascarilla, la limpieza de manos y la localización de la atención al público en la planta baja, para evitar la circulación de personas por zonas no controladas.

Algunas instituciones también se plantean mantener la cita previa incluso cuando pase la pandemia. Defienden el sistema como una manera más eficaz para organizar los flujos de ciudadanos que acuden a hacer una consulta. Es el caso, por ejemplo, del Gobierno de Aragón, donde se está trabajando actualmente en un protocolo para suavizar las restricciones en la atención al público que se aplicará más pronto que tarde, pero donde la cita previa se va a dejar. “Se ha demostrado como un sistema más eficaz”, defienden desde el Ejecutivo aragonés.

En el Ayuntamiento de Zaragoza señalan que la cita previa “ha mejorado la atención al ciudadano y la seguridad del funcionario”. También en sus ventanillas se mantienen las medidas de protección frente a la covid, como los aforos, las pantallas, las mascarillas… y la atención concertada previamente, que de momento pervive -salvo para el Registro- para evitar que entre demasiada gente en las salas de espera de las estancias municipales.

En las oficinas de la Seguridad Social ocurre algo parecido. Hace meses que se recuperó la atención presencial, pero sigue siendo imprescindible concertar un día y una hora para ser atendido. Lo mismo que en la Delegación del Gobierno, donde también se hacen un buen número de trámites de cara al público. Allí también hay que ir con cita previa, aunque -señalan fuentes de la Delegación- en la medida de lo posible tratan de atenderse casos que se consideren urgentes. 

En las oficinas del Inaem también confirman que se va a continuar con el sistema de cita previa "porque se está valorando positivamente tanto por parte del personal como por los usuarios", señalan desde este servicio. Según aseguran, se suele dar cita para el día siguiente al que la solicitan, así que "resulta ágil", afirman.

En los centros de salud también se han aplicado medidas que se van a quedar de forma permanente. Cuando se pide una consulta en Atención Primaria, ahora se da a elegir entre una atención telefónica o presencial. Si solo hay opción de concertar de las primeras, es el médico quien decide si el paciente acude al centro de salud. El objetivo es aliviar la carga de trabajo y reducir la presencialidad para trámites que se pueden hacer por teléfono. 

En otras oficinas de cara al público ha regresado una cierta normalidad. En Correos, por ejemplo, ya no hay restricciones de aforo, por lo que las filas en la calle han desaparecido. Se mantienen las recomendaciones de mantener el metro y medio de distancia de seguridad (y la mascarilla, como en cualquier interior), pero nada más. Allí la normativa de aforo ha ido oscilando en función de las normas que dictaba la DGA, por lo que ahora las limitaciones interiores casi han desaparecido. “La verdad es que se agradece, porque tener que hacer fila fuera ralentizaba todo mucho, y además ahora que viene el frío”, comentaba María Dolores Soler, tras hacer un envío en las oficinas del paseo de la Independencia.

En otros establecimientos también han desaparecido esas largas esperas exteriores. En casi todas las oficinas de las entidades bancarias, por ejemplo, ya se puede entrar a esperar turno en el interior, aunque algunos trámites tratan de sacarse -ya desde antes de la pandemia- a los cajeros automáticos o a la banca por internet. Los bares y comercios, por su parte, ya disfrutan de los horarios y los aforos que tenían antes de la crisis sanitaria. Pese a ello, aún no es raro ver en muchos de ellos carteles en los que se fija el aforo máximo permitido del local y las obligaciones a la que siguen estando exigidos por la actual normativa.

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