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Gallocanta lleva dos años sin poder utilizar el agua del grifo

En noviembre de 2019 el Ayuntamiento alertó de que no era potable y recomendó el consumo de líquido embotellado.

Vista general de la localidad de Gallocanta.
Vista general de la localidad de Gallocanta.
Laura Uranga

En noviembre de 2019, el Ayuntamiento de Gallocanta colgó un bando que decía: «Se comunica a todos los vecinos que a la vista del resultado del último análisis (…), el agua no es potable. No es apta para el consumo humano». Casi dos años después la situación sigue siendo la misma. Entonces se produjo, según reza el aviso, porque «los parámetros de nitratos, coliformes totales y enterococos están por encima de sus respectivos límites». Fuentes del Gobierno de Aragón confirman que «según los datos de Salud Pública en 2015 ya hubo un incumplimiento por nitratos de 51 miligramos por litros (1 miligramo por encima del nivel permitido)». Esta contaminación, ratifican desde el Ejecutivo autonómico, se ha repetido en 2019 y 2020.

A día de hoy quienes quieren beber o cocinar con el líquido indispensable para la vida humana tienen que recurrir a la embotellada, un consejo que también consta en el anuncio municipal que apuntaba que estaría en vigor «hasta nuevo aviso».

Ante este escenario, fuentes del departamento de Agricultura y Medio Ambiente de la DGA recuerdan que «la gestión y la competencia en el abastecimiento de las aguas es municipal». Por su parte, el Consistorio gallocantino, del que está al frente la alcaldesa del Partido Popular Raquel Pardos, ha declinado hacer declaraciones sobre esta situación que afecta al pueblo, a sus alrededor de 150 habitantes y los turistas que se acercan a su entorno. En esta época la laguna empieza a recibir el paso de las grullas y aumenta la afluencia de visitantes.

Vulnerable a la contaminación

En la localidad, lindante con la comarca turolense del Jiloca, el problema, reconocen desde el Ejecutivo autonómico «no es nuevo». En 1997, el municipio y su entorno quedaron incluidos en la declaración de «zona vulnerable a la contaminación por nitratos».

En Gallocanta, la captación para el abastecimiento de agua se toma del manantial denominado ‘Los Huertos’, de titularidad y gestión municipal. La otra toma, de uso extraordinario, es de un pozo con la misma denominación. Desde la DGA se recuerda que no existe una planta potabilizadora y que «solo se realiza un tratamiento de desinfección». Todo ello, además, en una cuenca endorreica, lo que implica que las aguas no tienen salida o la tienen limitada y la mayor parte se produce por evaporación.

Con su declaración de zona vulnerable, los agricultores y ganaderos de este área cuentan con mayores restricciones en el uso habitual de fertilizantes y esparcimiento de purines. Sin embargo, estas limitaciones no se han traducido hasta ahora en un cambio en la indicación de no usar el agua del grifo ni para beber ni para cocinar.

El Gobierno de Aragón detalla que entre 2005 y 2015 el Consistorio recibió casi 400.000 euros en ayudas para mejorar el abastecimiento y renovación de redes y que en la última convocatoria de ayudas para mejorar el suministro, Gallocanta no cursó ninguna solicitud.

La DGA ofrece ayuda técnica

Mientras tanto, desde el Instituto Aragonés del Agua (IAA), apuntan que este organismo ha ofrecido al Ayuntamiento «ayuda técnica», si bien este considera «que no necesitaban apoyo técnico, puesto que conocen el problema».

Por otra parte, desde la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente recuerdan que el IAA pondrá en marcha antes de que finalice este año una convocatoria de subvenciones de 5,5 millones para mejorar el abastecimiento en el medio rural. Esta línea se dirigirá a poblaciones de menores de 20.000 habitantes. El consejero, Joaquín Olona, lo anunció hace unos días con motivo de la inauguración de Smagua 2021 en la capital aragonesa.

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