HOSTELERÍA

Las tapas vuelven a la barra: "Se me pone la piel de gallina al ver a 15 personas acodadas en el mostrador"

El levantamiento de restricciones anticovid en los bares vuelve a llenar las calles del Tubo y dificulta encontrar reservas para comer en los restaurantes del centro.

La vuelta de los aforos y el consumo en barra ha animado los bares este mediodía.
La vuelta de los aforos y el consumo en barra ha animado los bares este mediodía.
FRANCISCO JIMENEZ

En los bares y restaurantes zaragozanos parece que hay consenso en que desde la semana anterior al Pilar se está animando la demanda de almuerzos, vermús, comidas… Con la liberación de las muchas restricciones anticovid que aún pesaban sobre la hostelería, esta mañana de sábado se ha revelado propicia para salir a tomar algo, ya sin aforos y con la posibilidad de consumir en la barra.

“Es una gran alegría, nuestra filosofía son las tapas bien trabajadas servidas en barra”, explicaba este sábado por la mañana Ángel Díez, del Méli Mélo (C/Mayor, 45), ya con mucha animación a la hora del vermú. “Se me pone la piel de gallina de ver la barra llena con 15 personas, que son las que hasta hace poco nos dejaban tener en todo el local”, añadía, al tiempo que explicaba que “durante el Pilar teníamos que dejar a la gente fuera, lo que era contraproducente y aún más perjudicial cuando se formaban aglomeraciones en la calle”. “Ahora volvemos con ilusión, un sentimiento compartido por todo el Tubo”, explicaba Díez, sin dejar de atender comensales en un intenso goteo durante todo el mediodía.

Ramón Luque, del Asian Caffe (Madre Vedruna, 9) se mostraba algo más prudente ante el fin de las restricciones. “Nosotros, de momento, vamos a mantener las distancias de las mesas y los aforos, porque creo que los clientes lo agradecen”. Aunque en su local podría entrar más de un centenar de comensales, los propietarios lo siguen limitando a 60 para evitar problemas. “El objetivo es que vuelva el cliente de toda la vida, no las mesas de 25 que suelen ser por celebraciones puntuales. Así es más cómodo para todos”, indica Silvia Lumbier, la otra mitad del Asian. En las dos últimas semanas sí han visto más animación por toda la zona de León XIII y aseguran que, desde el Pilar, se está retomando la demanda “casi igual que en tiempo prepandemia, quizá estemos facturando apenas un 10% menos de lo que hacíamos antes de que todo esto comenzara”, afirman.

En su caso el tema de consumir en barra no les afecta tanto -es una práctica más habitual del Tubo y el Casco- y lo que sí perciben es que desde hace unos días han regresado con fuerza los almuerzos. Hasta ahora, según cuentan, muchos oficinistas y empleados de bancos no descansaban a eso de las 11.00 o no tenían permitido dejar sus puestos de trabajo y esta sana costumbre parece estar retomándose. “Lo único que queda, en realidad, es la molestia de tener que llevar en casi todo momento la mascarilla, y creo que para olvidarnos de eso tendrá que pasar mucho más tiempo. Hay quien dice que quizá hasta primavera. Ojalá”, apunta Luque.

En otra zona de tapeo de la ciudad, la plaza de San Francisco, ha aflorado nuevos restaurantes y con mucho tirón y esta mañana era imposible encontrar una mesa en las terrazas. El Mott, Leone, Nómada o el SanGüich se suman al tradicional Nevada, en una animada plazuela en la que sí se podían encontrar, no obstante, muchos huecos en el interior de los establecimientos sin necesidad de reserva siquiera. “Aún hay cierta confusión porque las normas son de cada Comunidad y, por ejemplo, clientes de Barcelona se sorprenden de que no puedan fumar en las terrazas, porque allí sí está permitido y aquí no”, comentaba un camarero del Laurel Spiritual. El sol y las temperaturas aún agradables hacía que en algunos momentos hubiera que, incluso, pedir la vez para acceder a un velador, en los que algunos clientes debatían sobre si la prohibición de fumar en las terrazas se iba a quedar para siempre. “Sospecho que sí, y no me parece mal, pero lo que no puede ser es que tengan que hacer los camareros de policías”, decía Marcos Valero, en la terraza del Mar de Cádiz, con un cigarro en la mano y a distanciado los dos metros de rigor -la sanción en caso contrario es de 300 euros- de sus compañeros de mesa.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión