Heraldo del Campo

fruticultura

Melocotón de Calanda: una cosecha etiqueta negra

La Denominación de Origen Melocotón de Calanda está inmersa en la campaña de recolección. Habrá menos producción, por los daños provocados por las heladas y el pedrisco, pero la calidad del fruto es "excelente".

Es la etiqueta negra la que garantiza que el fruto ha cumplido los exigentes controles que requiere poder lucir el sello de la Denominación de Origen Melocotón de Calanda.
Es la etiqueta negra la que garantiza que el fruto ha cumplido los exigentes controles que requiere poder lucir el sello de la Denominación de Origen Melocotón de Calanda.
M. C.

Cuando la campaña frutícola de Aragón está dando sus últimos coletazos, en los campos de cultivo de los 45 municipios del Bajo Aragón integrados en la Denominación de Origen Melocotón de Calanda se intensifica el trabajo. Unos 2.500 trabajadores recogen estos días la fruta más tardía de la Comunidad, la que se presenta en el mercado cuando está asomando ya el otoño, la única que cuenta con un sello de calidad y la que llega a los consumidores vestida de etiqueta, un distintivo negro que garantiza que el fruto es (de verdad) un auténtico Melocotón de Calanda.

Eso significa que durante su ciclo productivo ha sido mimado en el campo con el aclareo, una técnica con la que se reduce el 70% de los frutos existentes en el árbol para dejar que entre uno y otro ejemplar exista una cómoda distancia de 20 centímetros y conseguir así ejemplares carnosos y voluminosos.

Significa que en los últimos dos meses de crecimiento cada fruto ha sido embolsado uno a uno en el propio árbol para que madure dentro de una bolsa protectora que garantiza su pureza ya que no entra en contacto con ningún tipo de producto fitosanitario ni con agentes externos.

Y significa que ha superado unos estrictos controles que garantizan que cumplen los más altos estándares de calidad: una dulzura mínima de 12 grados Brix -el mínimo a partir del cual los melocotones emiten su atractivo aroma-, una gama cromática en la que predominan el amarillo crema y el pajizo; una textura carnosa y un calibre (diámetro o circunferencia) que tiene que superar nada menos que los 73 milímetros.

Aunque hasta que la campaña de recolección no termina, el consejo regulador de esta denominación se muestra cauto con las previsiones de cosecha, es consciente de que este año no habrá tanta producción certificada como en años anteriores. Las heladas y el pedrisco dejaron huella en distintas fincas y mermaron su producción, pero también ha sido el clima el que ha propiciado la "excelente calidad" con la que llega al mercado un fruto que (no lo olviden) siempre luce una etiqueta negra.

No se repetirán la cifras de años anteriores, cuando la Denominación de Origen Melocotón de Calanda vivía en un continuo aumento de producción hasta llegar a certificar los 4,5 millones de kilos.

"Ha sido una campaña complicada", señala el presidente del consejo regulador, Samuel Sancho. Y es que las heladas primaverales primero y después las intensas tormentas de pedrisco provocaron daños en algunos cultivos, especialmente en el Bajo Aragón Histórico, que hacen prever una merma de cosecha. "Hasta que la campaña no termina no se sabe con certeza el descenso de producción", comienza advirtiendo con cautela Sancho. Pero reconoce que los agricultores calculan ya que se recogerá entre un 20% o un 30% menos que el pasado año. "Incluso el porcentaje podría ser mayor", añade. Porque si en lo que resta de campaña se produjeran precipitaciones persistentes, podría resentirse la calidad del fruto ya que "las lluvias continuas" producen una descenso del nivel de azúcar.

Una de las características técnicas de este cultivo es el embolsado, que garantiza la pureza del fruto y el contacto con fitosanitarios.
Una de las características técnicas de este cultivo es el embolsado, que garantiza la pureza del fruto y el contacto con fitosanitarios.
M. C.

Por eso, para conocer los datos concretos y definitivos habrá que esperar hasta comienzos del mes de noviembre, porque es entonces cuando finaliza el trabajo de los alrededor de 2.500 trabajadores que ahora se afanan en la recogida del fruto en los 45 municipios que integran esta denominación. Una cosecha que este año comenzó alrededor del 20 de agosto y no porque lo decidieran factores externos, sino porque a las ya habituales variedades de melocotón amarillo tardío incluidas en la certificación (jesca, calante y evaisa) se han sumado dos nuevas (pro 570 y pro 504) con las que la D. O. puede alargar una campaña que habitualmente comenzaba ya entrado el mes de septiembre.

"Llevamos años trabajando con el Centro de Innovación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) del Gobierno de Aragón para encontrar variedades que nos permitan mantener durante más tiempo el melocotón de Calanda en el mercado", detalla Sancho, que explica que la introducción de estas dos nuevas especies ha llevado un tiempo porque fue preciso incluirlas en el pliego de condiciones de la denominación de origen y que este cambio contará con el visto bueno de Bruselas.

No serán las únicas incorporaciones que en un futuro realice esta denominación, porque, como reitera Sancho, desde hace cuatro años la D. O. y el CITA colaboran en un campo de experimentación en el que existen otras variedades en estudio. "Cuando consideremos que son óptimas y que dan la calidad exigida también las introduciremos, bien junto a los cultivos ya existentes y donde haya huecos o bien para sustituir a producciones que no están dando los resultados esperados", puntualiza el presidente del consejo regulador.

Calidad "excelente"

Habrá menos cosecha que en 2020, pero la calidad del fruto no solo será igual que la del pasado año sino que incluso podría superarla. Y eso que, como recuerda Sancho, entonces ya fue "excelente".

De nuevo, el clima ha tenido mucho que ver con las "espectaculares" cualidades que presenta ahora el Melocotón de Calanda. "Que el tiempo sea seco y haya mucho sol, como sucedió en verano, es una gran ayuda", explica Sancho, que recuerda que estos factores son los que proporcionan a esta fruta sus características más apreciadas.

Así, con menos cantidad, pero con muy elevada calidad, esta denominación de origen mira al mercado con confianza, porque las expectativas y las primeras cifras de ventas permiten que las perspectivas comerciales para este año sean similares a las de la pasada campaña. Y eso es más que bueno, porque en el complicado y atípico 2020, el Melocotón de Calanda vivió un año "muy positivo". "Se consumió mucho Melocotón de Calanda y hubo una gran demanda nacional", asegura Samuel Sancho, que esperan mantener también este ejercicio. Y los precios también acompañaron entonces, como también espera el consejo regulador que así suceda este año.

No es igual, sin embargo, la respuesta de los clientes internacionales. Sancho explica que los efectos de la pandemia dejaron mucha huella y fueron muy evidentes en la exportación. "Las ventas en los mercados exteriores están un poco estancadas", reconoce el presidente de la D. O., en la que alrededor del 15% de la producción certificada han conquistado los paladares de Alemania, especialmente, pero también de Suiza, Portugal, Italia, Francia y Holanda. Un porcentaje que, matiza, varía en función del volumen de cosecha y, sobre todo, de la demanda interna, como sucedió el pasado año cuando las compras en territorio español fueron muy superiores a las habituales.

No todo el melocotón que se recoge en estas fechas es Melocotón de Calanda, ni siquiera lo es todo en el se recolecta en los pueblos que forman parte de la denominación. De hecho, desde la D. O. dejan claro que la producción certificada -y que cumple unos elevados estándares de calidad- solo supone entre un 10% y un 15% de la producción total de estos municipios, que eso sí, está identificada claramente para que el consumidor no tenga duda de que lo que le venden es realmente lo que quería comprar.

"Sigue habiendo fraude"

"Lamentablemente sigue habiendo fraude y gente que sigue intentando engañar al consumidor", señala Sancho, que asegura que todo el constante trabajo realizado por la denominación, sus continuas campañas y las denuncias han conseguido que cada este fruto de especiales características sea conocido y reconocido por el consumidor. A pesar de ello, añade, todos los años, sin excepción, a partir de junio comienza a detectar cómo en algunos puntos de venta se oferta melocotón de Calanda aunque su recolección ni siquiera ha comenzado en esas fechas.

Por eso, Sancho recuerda a los consumidores que para disfrutar de este producto tan exclusivo y tan típicamente aragonés hay que esperar a los meses de septiembre y octubre, porque antes no es posible encontrarlo lejos del árbol. Y para identificarlo solo hay que recordar que en sus envases se utiliza "obligatoriamente" la mención la Denominación de Origen Melocotón de Calanda con el sello del Consejo Regulador, junto a una etiqueta negra numerada que sirve tanto como certificado del producto como para permitir el seguimiento del producto en la comercialización.

Por los jóvenes

La campaña de recolección es ahora el inmediato presente de esta denominación aragonesa. Pero su presidente también tiene planes de futuro. Samuel Sancho asegura que su reto "incluso personal" es conseguir que la D. O. sea atractiva para atraer el interés de las nuevas generaciones. "Que seamos capaces de instalar unas variedades consistentes dentro del territorio y que dejemos un empleo de futuro para las nuevas generaciones, que puedan seguir con este trabajo" desea Sancho. Para lograr este objetivo también considera necesaria la colaboración de las administraciones, a las que pide apoyo para proyecto de calidad como son las denominaciones de origen, porque asegura que eso ayudará a mantener el medio rural poblado, contribuirá a que los jóvenes vean atractiva su tierra "y no se tengan que desplazar, a otros territorios como tuvieron que hacer nuestros padres", puntualiza.

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