Heraldo del Campo

entrevista

Jorge Jordana: "Innovación y formación son los dos pilares en los que se basa el futuro de la agroalimentación"

El director del Máster de Gestión de Empresas Alimentarias participó en la presentación en Zaragoza de un curso de postgrado dirigido al sector.

Jorge Jordana es un gran experto del sector agroalimentario.
Jorge Jordana es un gran experto del sector agroalimentario.
J. J.

Ha impartido en Zaragoza una conferencia sobre los retos del sector agroalimentario. ¿Cuáles son los que necesitan una respuesta más urgente?

Los retos son infinitos. Si algo caracteriza la situación actual es que tanto los factores estructurales como los coyunturales son enormemente móviles y, por lo tanto, lo único constante que hay es el cambio. Por eso, lo que hace falta es que las empresas se preparen para estar mejor adaptadas a poder solucionar los cambios que se vayan presentando.

¿En eso tiene mucho que decir la tecnología? ¿Dependerán esos cambios de la adaptación tecnológica del sector?

Naturalmente. Dependerá de dos factores. Por un lado, la innovación para poder incorporar herramientas tecnológicas y todo el cambio producido la ciencia, que es básico. Por otro lado, dependerá de que las empresas tengan gente preparada para entender todos estos cambios tecnológicos y científicos y acometerlos. Así, los dos pilares en los que se basa el futuro es la innovación y la formación.

¿Qué perfiles profesionales necesita el sector para hacer frente a estos desafíos?

El cambio en las empresas no lo realiza una persona, lo tiene que hacer todo el equipo, con lo cual la formación tiene que ser adecuada al puesto que cada uno ocupa en la empresa. Si el director es la persona más importante, tiene una mentalidad poco innovadora, poco atrevida y prefiere quedarse en la zona de confort, evidentemente la empresa no cambiará nunca. Pero si él quiere cambiar y su equipo no tiene puestas las pilas, tampoco logrará nada. La formación se tiene que hacer a todos los niveles de la empresa y cada cual en la parte correspondiente a su desempeño. Y no tiene que ser en un momento determinado, sino de forma continua.

¿Y cómo es la radiografía del sector, está suficientemente formado, tiene inquietudes formativas?

Me da rabia decirlo, pero estamos muy atrasados y es una de las asignaturas pendientes.

Como experto en nutrición, ¿ve con buenos ojos el Nutriscore, el semáforo de colores para calificar las cualidades de cada alimento?

Me parece que es el camino hacia la absoluta mediocridad a la que vamos. Cuando somos incapaces de enseñar a las personas a que sean capaces de hacer multiplicaciones, divisiones, sumas y restas y permitimos que puedan avanzar en el bachillerato sin saber matemáticas, porque al fin y al cabo suspender una asignatura no es importante, pues estamos creando unos consumidores realmente ignorantes y esa ignorancia la tienen que mover con colorines porque es la única información que pueden utilizar. Para mí el Nutriscore es una necedad, no puedes meter en cuatro o seis colores la complejidad que tiene la nutrición. Lo que tiene que hacer un buen dirigente político es formar a la población y que sean ello, con esa formación, los que sean capaces de elegir por sí mismos.

Carnes vegetales, de laboratorio, sintéticas... ¿La industria alimentaria tendría que pensar en estos productos como una línea de negocio más?

Sin duda, lo es. Aunque la nutrición es algo muy complicado, hay mucha gente que vive de dar consejos sobre ella y así se van acumulando los mantras que hacen que, de repente, hasta el Ministerio de Consumo se atreve a decir que hay que dejar de comer carne. Ante estas situaciones se van creando modas y, entonces, ¿por qué no aprovecharse de las mismas? A mí me parece estupendo y es una oportunidad de negocio que hay que aprovechar. Mientras haya gente que compra estos productos, ¿por qué no va a haber gente que los produzca? Lo que me sorprende es que se tenga que imitar, no hay que hacer una hamburguesa que parece de carne pero no es de carne.

¿Está aprovechando el tirón que el comercio ‘online’ ha tenido en la pandemia?

Todo lo que ha pasado en la pandemia vuelve otra vez a una cierta normalidad. La compra ‘online’ de alimentos creció un 30% o 40%, una auténtica barbaridad, pero ahora se está volviendo otra vez a cifras más conformes con lo que debería ser. Se ha dado un paso adelante y se está reafirmando ventas por correo electrónico, muy beneficiosas para las pequeñas y medianas empresas tanto agrarias como industriales cuyo acceso al mercado es cada vez más complicado, que deberían intensificar esta tendencia en la medida de su posible, atendiendo bien y cuidando a los consumidores. Es cierto que eso que solemos llamar de forma muy cursi omnicanalidad se está convirtiendo en una cultura de todas las empresas del sector agroalimentario.

El sector demostró durante los momentos más duros de la crisis sanitaria su carácter esencial, su fortaleza, su capacidad de adaptación y lo hizo en un escenario de exigentes medidas de seguridad sanitaria. ¿Se está olvidando ese papel o ha conseguido que su imagen saliera reforzada?

¿Alguien se acuerda de todo lo que has enumerado? La agroalimentación es un sector invisible. A mí se llevan los demonios. Pero todo el sector es culpable, porque no sabemos hablar bien de nosotros, no utilizamos bien los medios de comunicación, no hacemos campañas... Si no te vendes a ti mismo, cómo demonios te van a reconocer. Segundo, la industria alimentaria es el primer sector industrial de España, cuatro veces mayor que la industria del automóvil y solo la industria cárnica es más grande que toda la industria química española, pero la gente no tiene conciencia de nuestra importancia porque somos 40.000 industrias, miles y miles de ratoncitos en los que nadie se fija. Nos falta presencia y densidad. Pero hay un tercer factor, los políticos se mueven en el corto plazo y toman medidas para su mayor logro y el sector agroalimentario ya no les aporta mucha bendición, así que legislan sin contar con él. Es lo que más me enfada, que después de demostrar que es un sector eficaz, competitivo, sacrificado, competente, capaz de suministrar sin rotura de stock, se dictan normas que le cambian la vida sin contar con él y a base de mantras.

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