El otoño se prevé ligeramente más cálido de lo habitual y con menos precipitaciones

Las diferencias entre el norte y sur de la Comunidad se han acentuado en un verano en el que Teruel ha batido los récords de calor, lluvias y tormentas.

La entrada del otoño ha venido acompañado de un descenso de las temperaturas
La entrada del otoño ha venido acompañado de un descenso de las temperaturas
Guillermo Mestre

El otoño comenzó este pasado miércoles a las 21.21 y, aunque este fin de semana conviene tener a mano el paraguas o el chubasquero, de momento parece que no va a hacer falta sacar del armario las prendas de más abrigo. El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Aragón, Rafael Requena, adelantó este viernes que será una estación ligeramente cálida respecto a la media de otros años, salvo en las comarcas pirenaicas, y con menos precipitaciones cuanto más al este aunque, como viene siendo habitual, con contrastes entre el norte y el sur de la Comunidad.

La última DANA (depresión aislada en niveles altos de la atmósfera), que ha puesto en alerta de fuertes lluvias a gran parte de la península, apenas se va a notar en Aragón, salvo en Huesca y el Pirineo donde hoy las tormentas pueden ser intensas. "El lunes se espera la llegada de un frente que afectará a la cara norte del Pirineo y a algo de Teruel", explicó Requena.

En el balance del verano, Teruel se ha convertido en el bate récords meteorológicos de la Comunidad. Tras registrar la temperatura más baja vivida en la ciudad en un mes de enero, el termómetro descendió hasta los 20,8 grados bajo cero el día 12, este verano ha logrado tres marcas históricas. Por un lado, los 41,3 grados de temperatura máxima registrados el pasado 14 de agosto en plena ola de calor, superando los 40,2 de 2017. Por otro, una precipitación total de 222 litros por metro cuadrado, por encima de los 187 de 2002 que eran hasta ahora el valor más alto. Y la capital turolense también vivió 26 días de tormentas, frente a los 22 que se contabilizaron en 2017.

Además, Requena destacó que este verano se han acentuado las diferencias entre el norte y el sur de la Comunidad. Ello, explicó, es fruto de una "influencia mediterránea" que afecta a la zona turolense y provoca que llueva más respecto a su valor normal que en las comarcas pirenaicas.

Una alteración del patrón pluvial "significativo" que se puede asociar al cambio climático. "Los frentes mediterráneos llegan con más episodios intensos y asociados a las DANA y tormentas que los frentes atlánticos que cruzan la península desde el norte", señaló. Otra tendencia que se ha confirmado es el aumento de noches tropicales, que son aquellas en las que las temperaturas no bajan de los 20 grados. Entre junio, julio y agosto se han soportado 29 madrugadas de calor nocturno extremo y en Zaragoza este septiembre ya se han vivido otras cinco. "Ahora mismo podemos estar entre 30 y 35 al año, cuando en los años 80 estábamos en torno a cinco", recordó Requena.

En términos generales, el verano aragonés ha tenido un carácter ligeramente húmedo gracias a que ha sido el más lluvioso de Teruel desde que se tienen datos y, en contraste, casi "normal" en cuanto a temperaturas, con una temperatura solo tres décimas por encima de la media.

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