erupción volcánica

Javier Stabilito, aragonés en La Palma: "He preparado una mochila por si tenemos que desalojar"

El zaragozano, que ha podido ver de cerca la erupción, regenta en la isla un restaurante en el que se cuelan recetas aragonesas.

Javier y sus socios, escoltados por un cachirulo, la Virgen del Pilar y un retrato de Labordeta.
Javier y sus socios, escoltados por un cachirulo, la Virgen del Pilar y un retrato de Labordeta.
HERALDO

La erupción volcánica en la isla de La Palma ha pillado por sorpresa a casi todos. A quienes lo ven desde la cómoda distancia, sobre todo, pero también a muchos de los habitantes de la ‘isla bonita’. Los palmeros llevan varios días sintiendo movimientos sísmicos, preparados para cualquier circunstancia. Y aunque la expulsión de lava por una o varias bocas del volcán de Cumbre Vieja se consideraba una posibilidad remota, finalmente ha acabado por centrar todas las miradas.

Entre los vecinos de la ínsula se encuentra, desde hace seis años, el aragonés Javier Stabilito, de ascendencia italiana pero nacido en Zaragoza. Allí se mudó con su sobrina y la pareja de esta y entre los tres abrieron en 2015 el restaurante ‘La isla de Goya’, uno de los más valorados en la zona -varios premios gastronómicos lo atestiguan- gracias a su cocina, en la que se cuelan platos y productos aragoneses, así como vinos de la tierra. El local lo rematan imágenes de Francisco de Goya, la Virgen del Pilar, José Antonio Labordeta y un cachirulo.

Javier, de 50 años, está viviendo estas jornadas “sin miedo, pero con incertidumbre”. Su negocio hostelero y su vivienda se encuentran “a unos 20 kilómetros del volcán”, lo que le permite ver la emergencia con cierta distancia. “Vemos la situación tranquilos, pero con respeto. Estos días atrás sentimos dos terremotos, aunque leves, y tras conocer la erupción no cundió el pánico, al menos en nuestra zona”, explica. De hecho, hasta se ha acercado al volcán de forma voluntaria: “El domingo fuimos a casa de un amigo para poder ver de cerca un fenómeno que es impresionante y que, quizá, solo se nos presente una vez en la vida. Lo más sobrecogedor son los ríos de lava”. 

Por el camino hacia el cráter se cruzó con numerosos conciudadanos que, precisamente, huían del evidente peligro que supone quedarse en sus viviendas en la zona. “Hay unas 5.000 personas que han tenido que salir de casa. Está habiendo muchísima solidaridad y se está prestando toda la ayuda a esta gente desde las instituciones y a través de organizaciones y particulares”, relata el aragonés.

El zaragozano, pese a no verse en peligro, solo ha salido de casa para ver el fenómeno. Y lo tiene todo listo por si llegase el momento de salir corriendo. “Hay cierto riesgo de que esto se alargue, de que haya más y distintas afecciones, como por ejemplo que caiga lluvia ácida. El pasado sábado por la tarde, antes de la erupción, preparé una mochila con ropa, medicinas y el cargador del móvil, entre otros objetos básicos. Así nos lo aconsejaron las autoridades”, cuenta.

Pilar Traver, palmera en Zaragoza: “No puedo dejar de ver las noticias”

La pediatra Pilar Traver observa la situación desde el ángulo inverso al de Javier. La doctora, natural de La Palma, reside en la capital aragonesa desde que tenía ocho años, pero su extensa familia -su abuelo tenía nueve hermanos- y su empeño por mantener vivos los vínculos con su tierra le llevan a viajar cada año a la isla, donde visita a sus numerosos primos.

Por eso está viviendo estos días “encogida”. “Estoy siguiendo las noticias al minuto, no puedo dejar de verlas. La verdad es que está siendo una situación sobrecogedora, cuenta la médico, cuyos familiares “viven en el este, bastante alejados de las zonas afectadas, en las que hay desperdigadas muchas casas de campo con huertos y plantaciones que están desapareciendo bajo la lava”. Por ahora, ya se han visto afectadas 166 viviendas.

La facultativa tiene previsto coger un avión el mes que viene para visitar a su familia. “Ahora lo haré con más motivo, para poder dar apoyo moral. Los canarios somos todos como hermanos, el hecho de vivir en una isla se nota. Entre ellos se están ayudando muchísimo, ofreciendo sus casas y segundas residencias a aquellos que han tenido que salir de las suyas”.

Su familia por ahora no tiene prevista la evacuación ni tiene preparadas las maletas. “El plan de evacuación que se ha programado está muy bien”, valora Pilar. Lo que le llega de La Palma es que “desde esta mañana se están organizando barcos para ver la erupción y hay a quien le puede sentar mal, pero hay que entender que, aunque hay gente que lo está pasando mal, no deja de ser un espectáculo de la naturaleza y quienes acuden a verlo lo hacen sin mala intención”.

Pilar agradece las muestras de apoyo que está recibiendo de sus colegas zaragozanos y del resto de España: “Me están llamando mis amigos y conocidos de muchos sitios. Gente que hacía mucho tiempo que no me llamaba, lo cual me da muchos ánimos”. Y es que, aunque la doctora es una zaragozana más que quiere “con locura” a la Virgen del Pilar y participa cada año en la ofrenda de frutos “junto a otros palmeros”, mantiene un gran vínculo con su tierra natal, en la que estos días no deja de pensar.

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