Dueño de una discoteca: "Ya hay un turismo de fiesta de gente que se va a otras comunidades"

Miguel Hernández reclama que los locales de ocio nocturno puedan abrir en su horario habitual y más tiempo que la hostelería tradicional. Cerrar a las 4.00 se queda corto.

Miguel Ángel Hernández, este martes, repara un foco en su discoteca Reset Club de Zaragoza
Miguel Ángel Hernández, este martes, repara un foco en su discoteca Reset Club de Zaragoza
Guillermo Mestre

Desde que empezó la pandemia hace 18 meses, Miguel Hernández solo ha podido abrir su discoteca Reset Club, en Zaragoza, menos sábados de los que pueden contarse con los dedos de las manos. Algunos el pasado junio, pero volvió a bajar la persiana en julio. Coincidiendo con la conmemoración del noveno aniversario del local, y "porque hay que trabajar», se animó a retomar la actividad el pasado sábado y está decidido a seguir adelante.

"La ampliación del horario hasta las 4.00 es solo un pequeño paso. Se nos equipara a los restaurantes y pubs, pero perdemos parte de la clientela. Además, un negocio nocturno de estas características conlleva más gastos en cuanto a seguros y personal de seguridad por aforo», dice.

Critica que en estos momentos "ya hay un turismo de fiesta de gente de aquí que se va a otras comunidades porque han abierto más la mano que Aragón». Madrid ha anunciado que el próximo 20 de septiembre acabará con los límites horarios en hostelería y ocio nocturno.

Hernández explica que le han denegado la terraza en dos ocasiones (diciembre y mayo) mediante silencio administrativo, "por el mero hecho de ser ocio nocturno, estando en una calle sin vecinos y con espacio para hasta 20 mesas». La única ayuda que ha recibido hasta ahora son los 3.000 euros de la DGA. A las últimas subvenciones estatales procedentes de fondos europeos no va a poder acceder porque "solo son para cubrir las deudas, de acreedores financieros y no financieros, y yo he ido pagando todo». Ha perdido el 80% de su facturación habitual y ha tenido que "vivir con el sueldo de mi pareja y vendiendo el segundo coche».

Tras el cierre de algunos locales nocturnos hay historias dramáticas, como la de Ester Contreras, que desde hace 14 años regenta el zaragozano Belvedere. Desde que empezó la pandemia ha podido trabajar 40 noches. "Ahora estoy contenta porque el jueves voy a abrir de nuevo, pero me han tenido que dejar el dinero para comprar el alcohol. He llegado a tener que comer de caridad y tengo la suerte de que la dueña del local no me ha cobrado el alquiler, si no, no sé cómo habría podido subsistir. Si hay otra marcha atrás, abandono», concluye.

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