El escaño envenenado que deja Erika Sanz

Marta de Santos o Andoni Corrales, altos cargos podemistas, deberán cambiar el Pignatelli por la Aljafería para evitar que entre en las Cortes Equo, y con él, Más País

Rueda de prensa de Erika Sanz en Zaragoza
Rueda de prensa de Erika Sanz en Zaragoza
José Miguel Marco

Se va Erika Sanz de las Cortes dejando a su partido un escaño envenenado que obliga a uno de sus dos altos cargos de la máxima confianza de la líder autonómica, Maru Díaz, a cambiar el Pignatelli por La Aljafería. El relevo se decidirá entre Marta de Santos, directora general de Cambio Climático y número 2 por Huesca, y Andoni Corrales, jefe de gabinete y número 3, si se quiere evitar que el asiento recaiga en Silvia Mellado, de Equo, que concurrió en 2019 con Podemos a las autonómicas, rompió con él en febrero y trabaja ya para unirse a Más País para 2023.

Bien lo sabe Erika Sanz, que no da puntada sin hilo. Y dejaba constancia de ello en Twitter, donde afeaba a la formación que un día antes de dejar su escaño "no haya informado a nadie" de quién la sustituirá. "Es un reflejo claro del funcionamiento de Podemos Aragón: organización vertical y desconectada de sus bases con las que interactúa a través de comunicados", reprochó. Nadie esperaba una despedida a la francesa de la oscense que disputó sin éxito el bastón de mando a la consejera de Ciencia y Universidad. Salió de las Cortes por la puerta grande, dejando a su partido un nuevo marrón. Y de los grandes.

La entrega de la renuncia, efectiva desde ayer, se validará este miércoles en la Mesa de las Cortes y se activará un proceso en el que ya no hay marcha atrás. Deja sin argumentos a los podemistas que achacan el retraso a la hora de comunicar el relevo a que no sabían si Sanz se iría de verdad. Ya es un hecho. Y o De Santos o Corrales, que negociaron con Díaz su inclusión en el cuatripartito que gobierna Aragón, se verán obligados a dejar sus puestos.

Cambiar una dirección general por un escaño en las Cortes conlleva una penalización de 12.000 euros al año, de 68.874 a los 57.000 que percibió Erika Sanz en su último año. Más positivo sería el relevo para Corrales, que ganaría 2.500 euros más. El problema está en su puesto. ¿Está dispuesta Díaz a prescindir de su mano derecha?

No admite la ley electoral aragonesa que ninguno de los dos compatibilicen los cargos. Lo dejan claro los artículos 3.3.b y 3.3.d, que declaran "inelegibles" a directores generales y jefes de gabinete.

Recurrir al siguiente de la lista tiene perversas consecuencias. Lo tiene claro Silvia Mellado, de Equo, a la que nadie ha llamado. Si lo hacen, aprovechará la ocasión: no rechazaría el escaño y "no estaría en Podemos". La coalición se rompió hace meses, y Mellado se muestra convencida de que su formación concurrirá junto a Más País a las próximas elecciones con candidaturas en las tres provincias. Y la salida de Sanz en las Cortes podría dar cabida, de manera indirecta, al partido errejonista.

El tiempo dirá si la despedida de Erika Sanz de la política es para siempre. Llegó al Parlamento aragonés el 18 de junio de 2015 saboreando el éxito podemista que deparó 135.554 votos y 14 escaños. Se va seis años después con 53.468 sufragios, cinco diputados y un futuro a corto plazo que se dibuja violeta oscuro. 

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