Zaragoza-Kabul, contacto directo las 24 horas

Un centenar de militares del Ala 31 y del Escuadrón de Apoyo al Depliegue Aéreo están desplegados entre Dubai y el aeropuerto de Kabul. Mantienen un contacto permanente con sus cuarteles de la Base de Zaragoza. Los disparos de los talibanes se escuchan en sus llamadas dentro de una operación histórica para Aragón.

Militares del EADA suben al avión A400M en la Base de Zaragoza el pasado martes.
Militares del EADA suben al avión A400M en la Base de Zaragoza el pasado martes.
Ministerio de Defensa

Cuando llaman los militares del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) desde el aeropuerto de Kabul a su sede en la Base de Zaragoza para comunicar la evolución de la repatriación de los afganos y españoles hacia España se escuchan muchos disparos de los talibanes de fondo. Un centenar de militares procedentes de la base aragonesa están superando con su preparación y profesionalidad la fuerte tensión que los rodea en un operativo histórico. Los aviones A400M aterrizan y despegan utilizando procedimientos tácticos entrenados, que implican una combinación de maniobras evasivas con virajes ceñidos para evitar ataques de tierra, mientras que los encargados de la seguridad del aeropuerto y control del personal a evacuar se enfrentan con los talibanes armados en la capital de Afganistán. El objetivo del Gobierno español es evacuar a unas 800 personas, entre españoles y afganos, de un país tomado por los fundamentalistas islámicos, tras 20 años fuera del Gobierno. Empezó el pasado lunes y puede durar cerca de dos semanas. Está marcando la historia del EADA, que nació hace 27 años, así como del Ala 31, que cambió su querido Hércules en 2016 tras cuatro décadas por los actuales Airbus A400M.

Las dos unidades de la Base de Zaragoza han entrenado muchas veces este tipo de operaciones de rescate de ciudadanos, como hicieron en junio en las maniobras Sirio, y ahora llega la realidad. Sus jefes están «muy satisfechos» con los resultados provisionales. Hasta el momento han rescatado ya a 163 ciudadanos españoles y afganos, en los dos primeros vuelos entre Kabul, Dubái y la Base de Torrejón, aunque la operación continúa.

El contacto del Ala 31 y EADA con su personal destacado en Kabul y Dubái es continuo, implicando jornadas maratonianas de 24 horas que obligan a dormir en la propia oficina para un mejor seguimiento y control de lo que está ocurriendo y ofrecer un apoyo permanente a los suyos en Afganistán y Emiratos Árabes. La diferencia horaria de cuatro horas y media con Afganistán y los horarios de los movimientos aéreos todavía dificultan más el seguimiento.

Niños y adultos afganos llegan en un A400M desde Kabul a Dubái el pasado viernes.
Niños y adultos afganos llegan en un A400M desde Kabul a Dubái el pasado viernes.
Ministerio de Defensa

Operaciones continuas

La Base Aérea de Zaragoza está en plena convulsión y la crisis afgana ha supuesto activar los apoyos a las dos unidades de una forma continuada. La mensajería sobre la operación es constante para conocer y planear las operaciones sobre lo que ocurre en Afganistán. Todo se sigue desde los edificios contiguos del Ala 31, que se encarga del apoyo a sus tres aviones A400M y personal desplegado, y el EADA (ubicado en la antigua sede del Regimiento Antiaéreo), entregados a vigilar la inestable seguridad del aeropuerto. Entre las dos unidades disponen de 680 militares. Más de un centenar de ellos se han desplegado en este operativo, lo que obligó suspender muchas vacaciones en agosto para integrarse en esta operación.

El Mando de Operaciones y su general Francisco Braco Carbo dirigen desde Madrid toda la estrategia. Desde la Base de Zaragoza se llama a los familiares de los militares destinados en la zona para tranquilizarles en una semana tan crítica para todos.

El riesgo evidente en las puertas del aeropuerto provocó que la ministra de Defensa, Margarita Robles, reconociera el drama que se vive en Kabul con la muerte de una niña de una familia afgana que trajeron a España o el tremendo control de los talibanes en las calles de la capital para evitar la salida de colaboradores con la OTAN.

A pesar del peligro real que se está viviendo en el aeropuerto, un oficial admite que esto no impidió que hubiera «fila para apuntarse a esta operación en Afganistán», entre los militares del EADA y el Ala 31. El papel del EADA se ha duplicado porque al control de seguridad del aeropuerto de Kabul, que conocían por su dilatada experiencia allí desde 2002, se ha sumado ser los receptores e identificadores de los afganos que colaboraron con las Fuerzas Armadas. Son la Force Protection (Fuerza de Protección), según los militares.

Disponen de una lista remitida por Defensa y Exteriores para comprobar y verificar la identidad de los afganos que huyen de su país con sus familias. Tras un chequeo sanitario y de seguridad son embarcados rápidamente en los A400M aprovechando los reducidos ‘slots’ (espacios) que disponen estos aviones para estar en el aparcamiento del aeropuerto. «Para acceder a la ventana de oportunidad en el aeropuerto tienen un tiempo bastante limitado y deben estar preparando a las personas que van a meter en el avión», detallan fuentes militares conocedoras de la tarea del escuadrón aragonés.

EADA ha enviado 57 militares

Se ha elegido a hombres y mujeres para que reconozcan a las familias afganas que aparecen en el listado de los colaboradores con España. Esta unidad ha estado destacada casi veinte años en Afganistán, como el Ala 31, en una operación liderada por la OTAN. Si en el primer A400M se desplegaron en Kabul una treintena de militares de esta unidad, en el segundo se llevaron otros veinte. Actualmente hay 37 en el aeropuerto de Kabul y 20 en el de Dubái para auxiliar a las tripulaciones y apoyar la carga y descarga.

Algún oficial destinado en EADA viajó a Kabul en el primer contingente del Ejército español el 22 de enero de 2002, con la Brigada de Montaña de Jaca, y su experiencia de dos décadas se utiliza desde la Base para la reacción de sus compañeros.

Mientras tanto, fuentes militares reconocen que los A400M están realizando una excelente labor en esta crisis, aunque ya han participado antes en otras operaciones en los apenas cinco años desde su entrega al Ejército del Aire, como con la Operación Balmis donde llevaron material sanitario desde China a España o recogieron a los últimos 24 militares españoles destinados en Afganistán, en abril de 2021.

Defensa ha utilizado hasta ahora cuatro aeronaves (de los diez que dispone), ya que una de ellas sustituyó al primer avión que trajo a los 53 afganos y españoles el pasado jueves. En la Base se decidió ese cambio para optimizar las horas de vuelo y además aprovecharon para refrescar la tripulación. Desde el viernes, Defensa ha utlizado un avión comercial de Air Europa para trasladar a más de 200 afganos entre Dubái y Torrejón. Así, se puede concentrar a los A400M en los vuelos tácticos ante el escenario delicado por las amenazas talibanes.

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