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Carlos Aparicio: "Afganistán es un gran fracaso para la política de EE. UU. y para la sociedad occidental"

El general de brigada, que estuvo destinado en la Brigada de Montaña de Jaca y en el cuartel de Huesca, permaneció con la OTAN durante un año y medio en aquel país.

El general de brigada Carlos Aparicio, durante su misión en Afganistán en 2013 en un cuartel general de al OTAN.
El general de brigada Carlos Aparicio, durante su misión en Afganistán en 2013 en un cuartel general de al OTAN.
Heraldo

El general de brigada Carlos Aparicio Azcárraga (Valencia, 1956) estuvo destinado 17 meses en 2009 y 2013 en sendos cuarteles generales de la OTAN en Afganistán, uno de ellos en Kabul. Aunque insiste en que es un militar retirado, su experiencia le llevó a ser asesor de comunicación de un general de división en la OTAN. Además, durante su carrera estuvo destinado en la Brigada de Montaña de Jaca (de 1988 a 1992) y en el antiguo cuartel Alfonso I, con el grupo de Artillería en Huesca (1996-1999), además de haber cumplido destinos en Navarra y San Sebastián. Desde su experiencia en Afganistán afirma que «Occidente debe asumir este fracaso».

¿Cómo fueron las dos misiones que desempeñó con la OTAN en Afganistán?

Eran dos cuarteles generales de la OTAN, pero diferentes por la estructura de mando del ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad). Yo resumiría mi experiencia en que he estado comisionado dos veces: una en 2009 como Jefe de Estado Mayor del mando regional oeste en Herat (mandado por un general italiano) y otra en 2013 como adjunto al Jefe de Estado Mayor para la comunicación estratégica, con un Jefe de Estado Mayor británico y estaba al mando un teniente general estadounidense.

¿Cree que la salida de Afganistán es un fracaso por haber perdido a muchos compañeros allí?

Perder a los compañeros no lo tildo como un fracaso porque los españoles que murieron (desde 2002 a 2021 fallecieron 102 militares) fue en el cumplimiento de su deber y no hay que darle más vueltas ni otra lectura. Los muertos siempre salen caros, aunque al final ganes la guerra.

¿Cómo puede interpretarlo la sociedad occidental?

La sociedad occidental debe asumir el fracaso en Afganistán por los criterios del siglo XXI. La OTAN dirigió este esfuerzo en el que hubo 50 países involucrados. Esa fuerza estaba lideraba por Estados Unidos, que invocó el artículo 5 de la OTAN cuando ocurrió el atentado de las Torres Gemelas, alegando que fue agredida. Y fue coherente. Ningún país ha puesto tanto dinero, esfuerzo ni ha quemado tantas naves militares y políticas ni ha sufrido más muertos en la misión que los norteamericanos. Es un gran fracaso para la política de Estados Unidos. Algunos dirán que el mundo occidental se cae; es posible, pero estas cosas no se pueden saber. También pasó lo mismo cuando los norteamericanos salieron por piernas de Saigón en 1975...

¿Qué diferencias ve entre la salida de Vietnam y de Afganistán?

Desde la perspectiva histórica, hay similitudes y evidentes diferencias, como que el comunismo en aquella etapa estaba en expansión y ahora el fundamentalismo islámico no está en ese proceso.

¿Qué diferencias detectó en sus misiones, desde el 2009 al 2013, sobre la esperanza en el futuro del pueblo afgano?

Ni en el 2009 ni en el 2013 llegamos al pesimismo de lo que al final ha pasado. Había insatisfacción con el resultado conseguido. La seguridad se deterioró entre esos años, pero había ciertas esperanzas sobre la consolidación del sistema político con el paso del tiempo, después de las famosas conversaciones de Helsinki y los procesos electorales, que eran muy recientes. Se confiaba que la población afgana pudiera imponerse a su inestabilidad congénita. Nunca ha sido un país estable, excepto cuando lo han mandado tiranías como los mongoles.

La OTAN tuvo que empezar a hablar con los talibanes en 2013…

Efectivamente, esa fue una de las diferencias entre esos años. Lo que era impensable en 2009, hablar con los talibanes, al final se hizo posible en 2013. Había que negociar con ellos porque había aumentado su violencia y no paraba. Creció la secuencia e importancia de sus atentados.

¿Y en 2021, se ha pasado de hablar a entregarles el país?

Este resultado final no se planteaba nunca, ni siquiera entre los talibanes. La estructura de seguridad creada con la asistencia de Occidente, la OTAN y Estados Unidos, era mucho más endeble de lo que pensábamos todos.

¿El sistema imperante ante los talibanes ha sido una alternativa sin suficiente base?

En los dos últimos siglos y medio, en Afganistán se han probado algunas soluciones que han tenido éxitos limitados y de corta duración. Desde los dominios tribales del siglo XIX, que expulsaron a los británicos sin constituir un Estado fuerte porque no fueron capaces de dominar Afganistán tras lograrlo en la India.

¿Por qué ha sido tan débil el Ejército afgano?

Era claro que (el ejército afgano) era débil porque es un problema endémico en países con pocas estructuras sociales tradicionales y permanentes. Así pasa también en otros de África, como los del Sahel, donde es difícil crear un ejército con valores patrióticos de servicio social, no de mercenarios.

Borrell ha declarado que han tenido que hablar con los talibanes para que la repatriación sea segura. ¿Qué le parece?

Entiendo que para crear una fórmula de salida hay que hablar con los que tienen la autoridad actualmente en Kabul, que son los talibanes. Sobre la seguridad ahora es complicado opinar desde la distancia y tantos años después.

Habrá que reflexionar mucho después de lo que se ha vivido en Afganistán en veinte años…

Por supuesto, hay que reflexionar, aunque a Occidente no le falta un rosario de fracasos desde tiempos de los romanos en la historia, como con los franceses, los británicos o los españoles. No es el primero ni será el último. Pero habrá que pensar en la inversión de la bárbara cantidad de dinero, de esfuerzo y sacrificio. Los talibanes que mandan hoy en Kabul no son los mismos que los que se opusieron a la invasión soviética. Ya veremos cómo responden a su experiencia de haber vivido lujosamente en los Emiratos Árabes o acogidos por otros países. Tienen más experiencia internacional y pueden ser más endebles.

¿Cómo ha afectado la corrupción en la derrota del Gobierno afgano, criticado por su pueblo?

Más todavía que de Occidente, el fracaso es de los afganos, que habían tenido una ilusión reformista para que Afganistán fuera un país equiparable a los del siglo XXI en los que ellos se fijaban, como el Reino Unido, Estados Unidos y los países del centro y norte de Europa, que era a donde emigraron. Para esos afganos, cuando se estableció en 2002 la expulsión de los talibanes, la Constitución y el sistema electoral, con un esquema de Estado, esto ha sido un gran fracaso. No pueden decir que Occidente no le ayudó y que sacrificó vidas. La vuelta de los radicales islámicos al poder supone la derrota de esa sociedad.

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