La esperanza de vida se acorta un año y medio en Aragón por la pandemia y baja hasta los 82,4
La mortalidad se disparó un 22,5% en 2020 respecto a los decesos de 2019. La Comunidad suma 33 fallecimientos durante la última semana por covid.
La covid-19 ha tenido un fuerte impacto sobre la mortalidad y ha reducido un año y medio la esperanza de vida al nacer en Aragón, que se sitúa en 82,4 años. Así se desprende de las cifras provisionales que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), y donde se refleja que se produjeron 16.680 decesos durante el primer año de la pandemia, un 22,5% más que en 2019, y un 19,3% más que el promedio de los tres años anteriores, con un exceso de mortalidad que supera las 2.704 personas (3.060 más respecto a 2019). La incidencia de la covid sigue descendiendo en la Comunidad, mientras continúa alta la presión asistencial tanto en hospitalización convencional como en uci y se siguen notificando fallecimientos por esta enfermedad. En la última semana, se han registrado 33, lo que eleva a 3.668 la cifra de muertos por este virus desde el inicio de la emergencia sanitaria (2.630 se contabilizaron el año pasado). Desde inicios del pasado mes de julio, la sexta ola en Aragón, considerada más leve, por el efecto de la vacunación, se ha cobrado 117 vidas.
Gráfico elaborado por el CESA con información del INE.
El Consejo Económico y Social de Aragón (CESA), que ha analizado el impacto demográfico de esta crisis sanitaria a través de los datos tanto del INE como del Instituto Aragonés de Estadística (Iaest), refleja en uno de sus informes que se ha producido un repunte de la tasa bruta de mortalidad (defunciones por cada mil habitantes) de 2,2 puntos porcentuales (del 10,3 por mil al 12,5 por mil en 2020). Respecto a la natalidad, se evidencia una caída de 602 nacimientos en relación al año precovid, para quedarse en 9.042. Este comportamiento ha repercutido en la tasa bruta de natalidad, que se ha aminorado en 0,5 puntos porcentuales (del 7,3 al 6,8 por mil). Con todos estos datos estadísticos, desde el CESA aseguran que los efectos de la crisis de covid-19 "han sido especialmente importantes en lo que se refiere al estado de salud y el bienestar de la población".
Ha provocado, de hecho, un empeoramiento en las cifras del saldo vegetativo –la diferencia entre los nacimientos y las defunciones, con un balance de -7.638 personas–, lo que se ha traducido a su vez en un significativo descenso de la esperanza de vida al nacer, que pasa de 83,9 a 82,4 años, como sucede también con la media española (de 83,6 a 82,3). En los hombres, la esperanza de vida no alcanza los 80 años (79,8), mientras que en las mujeres, más longevas, se queda en los 85,1 años (bajó 1,4). Por provincias, es Huesca la que mantiene mejores cifras con 82,9 años (frente a 84,1 de 2019); seguida de Teruel, 82,5 (84,2); y de Zaragoza, 82,3 (83,8). Aragón se mantiene ligeramente por encima de la media nacional (82,3) y de la mayoría de los países de la Unión Europea.
La tasa de letalidad del SARS-CoV-2, que pone en relación la cifra de fallecidos respecto a los casos confirmados, es mayor en Aragón que en España (3,3% frente a 2,6%), como sucede con la mortalidad, que se sitúa en torno a 20 defunciones por cada 10.000 habitantes, frente a 10,9 de la media nacional. Esta cifra estaría estrechamente vinculada a una pirámide poblacional mucho más envejecida en la Comunidad.
En 2019, recuerdan desde el Consejo Económico y Social de Aragón, la primera causa de muerte en la Comunidad se relacionaba con enfermedades del sistema circulatorio, seguida de los tumores. En el avance proporcionado por el INE, de enero a mayo de 2020, estos motivos ocupan la misma posición pero cobran peso las patologías infecciosas, donde se englobaría el coronavirus.
La covid también se ha dejado notar en el ámbito social. Entre los indicadores analizados por el CESA, baja la tasa bruta de nupcialidad, que pasa de tres matrimonios por cada mil habitantes en 2019 a 1,7 en 2020, como consecuencia de las limitaciones a la movilidad y las restricciones impuestas en las celebraciones durante la pandemia. Muy lejos queda que hace dos décadas la tasa de nupcionalidad se elevaba a cinco.
