El momento del turismo de salud y bienestar en Aragón

Numerosos famosos han optado este verano por practicar este tipo de turismo, enfocado a conectar con la naturaleza, la relajación y el cuidado de la mente.

Balneario de Sicilia, en Jaraba.
Balneario de Sicilia, en Jaraba.

Si se da un garbeo por las cuentas de Instagram de algunos famosos se puede comprobar que este verano más de uno ha cambiado el destino vacacional al que tenía acostumbrado a sus seguidores. En las historias y en el muro casi no hay ni rastro de las paradisíacas playas del Caribe ni de las imágenes de centros de ciudades atestados de turistas. La farándula ha sustituido esas postales por complejos donde cultivar el turismo de salud y bienestar.

A pesar de que en los últimos tiempos se haya puesto más en boga este tipo de turismo, o al menos el término, se practica en Aragón desde hace siglos en los balnearios de la Comunidad, por ejemplo. "El enfoque que se plantea ha cambiado. Ahora está enfocado hacia la prevención, buscamos la salud, la vida saludable, el deporte, la alimentación… Ha evolucionado a mejor, se ayuda a frenar procesos no degenerativos o, incluso, a reducir la medicación", sostiene Montse Sánchez, responsable de relaciones públicas de los balnearios de Sicilia y Serón, ambos en Jaraba.

Desde los balnearios aragoneses recuerdan que las aguas también tienen efectos sedantes y que ofrecen programas de antiestrés, belleza, masajes orientales o con aromas que se incorporan a la oferta. "La gente viene los fines de semana para algo más allá del baño de burbujas", añaden.

La tradición termal también se extiende al Pirineo: en 1934 se abrió el balneario de Vilas del Turbón. "Hace décadas este turismo era el peregrinaje a por agua", indica José Franch, al frente del complejo en la provincia oscense. "Frecuentar los balnearios en Aragón es algo muy arraigado. No obstante, ha habido épocas más doradas y otras menos. A veces, se ha considerado que era para un público más mayor, otras menos…", añade Franch.

Paraje donde se encuentra el balneario de Vilas del Turbón.
Paraje donde se encuentra el balneario de Vilas del Turbón.
J.M.F.
"Me dicen que un masaje en Zaragoza no es como aquí, lo que sienta bien es el conjunto"

El turismo de bienestar supone "una ruptura con el día a día, en un contexto de naturaleza", valora Sánchez. "Me dicen que un masaje en Zaragoza no es como aquí, lo que sienta bien es el conjunto", reproduce José Franch. Desde los balnearios mencionan que se trata de “espacios poco saturados y abiertos”. "Es un regalo porque la zona es preciosa", así define Sánchez el entorno de Serón y Sicilia, con parajes cercanos como el embalse de la Tranquera, donde se ha intensificado la actividad a raíz de los confinamientos perimetrales.

"Estamos a 1.500 metros de altitud y el 95% de los clientes busca la habitación, el masaje, el agua, la comida, el entorno…", es la carta de presentación que ofrecen en Vilas del Turbón. En este complejo termal han percibido mucha demanda, incluso de clientela nueva y de un perfil variado, lo que podría ser un termómetro de que se ha incrementado el interés por el turismo de salud y bienestar.

A pesar de ello, defienden que es un turismo menos masificado del que se acostumbra durante la época estival en algunos puntos de España, e incluso de Aragón. "El público en otoño, invierno e, incluso, primavera tiene una edad más alta que en verano, pero ahora suelen venir clientes más jóvenes, familias con niños, parejas… También siguen estando, aunque cada vez quedan menos, señoras que vienen desde siempre al balneario y que se hospedan durante quince, veinte días o un mes –menciona Montse Sánchez-. Sin embargo, este tipo de público tiende a desaparecer. Ahora predominan escapadas de tres o cuatro días y gente mucho más joven".

También ha cambiado su procedencia, aunque predomina el turismo de interior. "Nuestro cliente mayoritario es madrileño, aunque también había cierta tendencia de proximidad. Antes no venían a estos espacios", explican desde Sicilia. En este caso, consideran que los encierros perimetrales impidieron los viajes al Pirineo o a la playa y se ha conocido más la provincia de Zaragoza. En este balneario de la comarca de la Comunidad de Calatayud están potenciando la combinación de alojamiento rural, es decir, que vengan a comer y a la piscina exterior, o que sea comida con baño termal.

La primera semana de agosto abrió sus puertas de nuevo Sicilia, regresa la vida en verano a este complejo tras más de un año: "Hicimos una valoración con clientes antes del verano de 2020 y detectamos que todavía había cierto miedo". En 2021 el panorama ha cambiado y se prevé un agosto bueno, con las esperanzas puestas en el puente de la Virgen. "Junio fue bueno, julio un poco más bajo tal vez por el tema de los rebrotes y lo que llevamos de agosto está bien", coinciden en Vilas del Turbón, donde llevan por bandera el trato individualizado.

A la muestra anterior, se le suman enclaves naturales, como el Salinar de Rolda, en Naval. Este verano estrena unas renovadas instalaciones que gestionan el Ayuntamiento, la parroquia y los vecinos. Se trata de cinco piscinas: tres de poca profundidad y adaptadas a todos los públicos, y otras dos muy profundas, pero donde es imposible sumergirse mucho por la salinidad.

José Franch, al frente del balneario oscense, agradece la respuesta de los clientes, pero lamenta que no puedan atender al 100%: "Estamos luchando con el tema de protocolos. Podríamos estar trabajando más. Por ejemplo, el comedor lo tenemos al 50%". "Sobre el papel está bien, pero llevarlo a la práctica es complicado", concluye.

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