Otra acepción a cámara lenta del ‘Silencio, se rueda’

Los 63 kilómetros que unen Cantavieja con Gargallo por la A-1702 se han convertido en una ruta predilecta para conductores cerebrales y moteros que, enamorados de esa esquina turolense, aprecian además el rodar sinuoso entre montañas.

Massimo, napolitano, vive en Calpe (Alicante) desde hace 20 años. Debuta con su hija Chiara en la ‘Silent Route’ que une Gargallo con Cantavieja, en el suroeste turolense; también es el bautismo de fuego para su moto Benelli, y ambos están encantados con el escenario. Todo gracias a una ilusión mancomunada entre territorios vecinos, y personalizada en dos mujeres: Cristina y Mariángeles. 

Mariángeles Tomás es técnico de Cultura y Turismo de la Comarca de Andorra-Sierra de Arcos. En una conversación con su colega de la comarca vecina del Maestrazgo, Cristina Mallén, surgió la idea. «El personal técnico de las comarcas cercanas solemos juntarnos para intercambiar ideas. En el Maestrazgo querían señalar una ruta de ‘slow driving’ y la habían planteado desde Cantavieja hasta los Órganos de Montoro. Como acabar ahí en medio de la carretera quedaba un poco raro, le dije a Cristina que se plantearan alargarla a toda la A-1702, hasta la Venta La Pintada de Gargallo, y quedamos en comentarlo con nuestros responsables políticos. Ambos estuvieron de acuerdo en que trabajáramos conjuntamente, y fuimos armando el proyecto, que ya no tuvo en cuenta fronteras comarcales; esfuerzo común en todo momento». Así nació la Silent Route; el nombre en inglés levantó ampollas, pero se hizo con la idea de llamar la atención del público internacional.

La idea empezó a buscar soportes. «Encargamos un reportaje para alimentar la web y las redes sociales. Los permisos de la señalización tardaron un poco más de lo deseable y decidimos arrancar con este proceso por internet; al fin y al cabo, la gente necesita información previa más que otra cosa. Cristina y yo hemos transitado muchísimo por esa carretera, y nos encanta; pensábamos que era una pena carecer de un proyecto que le diese el valor que merece su belleza. Lo que para muchos era una mala carretera, estrecha y muy revirada, podía ser muy atractiva para gente que se aburre con las autopistas y las carreteras llenas de tráfico».

Dos motores tiran más que uno, y dos aportaciones presupuestarias permiten ser más ambicioso. «Al estar dos personas involucradas en el aspecto técnico, era fácil asumir nuevas ideas o matizar las del otro; inauguramos la ruta en el verano de 2018. La figura caprina del logotipo, Silencioso, se convirtió en un símbolo; el pedazo de mi comarca quedó afectado por el gran incendio de 2009 y aunque está recobrándose cada vez más y mejor, pensamos que sería bueno poner algo de interés en ese punto de Ejulve una zona de descanso y fotos, ya que el alto de los Degollaos tiene muy buenas vistas. Se aceptó y la verdad es que ha sido un éxito».

Mariángeles recalca que «el paisaje es fantástico, y muy variado; en solamente 63 kilómetros tienes vistas muy diferentes, desde las planicies de la zona del Campillo entre Gargallo y Ejulve a las curvas de la Cañada o la alta montaña en el Cuarto Pelado, con el verdor y las vacas pastando. Además, se nota mucho el paso de las estaciones, siempre descubres algo nuevo. Los moteros enseguida mostraron su entusiasmo, y también los vehículos familiares. Habíamos indagado otros ejemplos, un sano espionaje industrial -ríe- y nos encantó un proyecto noruego que realmente abarcaba todo el país, una carretera costera con aportaciones de artistas famosos, pero esta idea tiene personalidad propia».

Carmen Olague y su Montoro de Mezquita

Las pasarelas de Valloré constituyen otro gran aliciente de la ruta. Gracias al empeño de Carmen, una jabata, se han recuperado senderos y se ha preparado un Bosque de Hadas, que se nutre de aportes populares; el instituto de Alcorisa, por ejemplo, ha hecho trabajos específicos en plástica para el Bosque. También se hizo un mapa del tesoro con los 36 puntos más chulos del pueblo, con logotipo de Joaquín Macipe, y se va a hacer de cara a 2022 un campo de mariposas con reproducciones de fauna y flora e información lectiva.

Soñadoras al ataque.

Mariángeles y Cristina siguen en la brega. Se está preparando un club de producto para que los vecinos y los negocios de la ruta se involucren; se ofrecerán desde platos ‘silent route’ en los establecimientos de restauración hasta ofertas en los hospedajes o lotes ‘silent route’ en las tiendas. Se les dará un distintivo para las puertas y se les hará publicidad en las redes sociales; la idea tomará forma en los próximos meses. Además, habrá otro símbolo rutero en la zona del Maestrazgo; el autobús El Caimán, que iba en su día de Alcorisa a Cantavieja.

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