educación y despoblación#

Los pueblos de Teruel buscan familias para evitar que la despoblación cierre colegios

Camarena, Alacón y Griegos ofrecen trabajo a familias con niños en edad escolar

La familia asentada en Camarena, que asegura la continuidad de la escuela y del horno.
La familia asentada en Camarena, que asegura la continuidad de la escuela y del horno.
A. García / bykofoto

Diecinueve escuelas de la provincia de Teruel terminaron el curso pasado con su continuidad en peligro al tener seis o menos alumnos. Ante la perspectiva de que el próximo curso el número de escolares siga cayendo por debajo del mínimo de tres niños exigido por el Gobierno aragonés para mantener los colegios abiertos, los ayuntamientos de Alacón y Camarena de la Sierra se han movilizado este verano para garantizar la continuidad de la oferta educativa local. Los consistorios se han lanzado a la búsqueda de familias con niños en edad escolar con un puesto de empleo como principal reclamo. Por otro lado, Griegos ha tomado el mismo camino para ampliar el colegio de una a dos aulas y mejorar así la calidad educativa. La respuesta ha sido abrumadora en todos los casos, con miles de interesados.

El colegio de Camarena, que estaba condenado al cierre al pasar de los cuatro alumnos del pasado curso a solo uno, tiene garantizada la continuidad con la llegada de la familia zaragozana formada por Laura Amores y José Manuel Ortega con sus tres hijas:Carlota, de 8 años;Natalia, de 10;y Elsa, de 13. Además, como dice el alcalde, Francisco Narro, se ha conseguido «matar dos pájaros de un tiro» al asegurar con los dos padres, panaderos de profesión, la reapertura del horno municipal, que también estaba abocado al cierre. Su anterior gestor, padre de dos escolares, se marchó a vivir a Alcalá de la Selva el pasado junio.

Laura Amores explica que durante el mes que llevan en Camarena al frente de la panadería han tenido muy buena acogida del vecindario. "La relación con el pueblo es estupenda, estamos muy bien y no tenemos queja de nadie", dice la panadera. A raíz de la crisis económica derivada de la pandemia, tanto ella como su marido se quedaron en paro desde enero. La oferta les ha servido para iniciar una nueva vida. Para el próximo mes de agosto planean poner en marcha una ruta de reparto por las localidades vecinas de Cascante del Río, Cubla y Valacloche, que les ayudará a complementar los ingresos. Para el invierno, muy crudo y largo en plena sierra de Javalambre, suministrarán pan a las pistas de esquí para ampliar el mercado.

El alcalde de Camarena, Francisco Narro, compra el pan a la nueva panadera, Laura Amores.
El alcalde de Camarena, Francisco Narro, compra el pan a la nueva panadera, Laura Amores.
Antonio Garcia/Bykofoto

El Ayuntamiento de Camarena, localidad de 107 residentes, lanzó una oferta pública para alquilar el horno con la vivienda contigua por el módico importe de 132 euros al mes para atraer familias con niños, con el requisito de que tuvieran experiencia para gestionar la panadería. Cincuenta profesionales se interesaron por la propuesta. El alcalde, Francisco Narro, explica que el Consistorio dará "todas las facilidades" para que los recién llegados se queden a vivir indefinidamente. Su aspiración es mantener la escuela abierta hasta que se ponga en funcionamiento la planta embotelladora proyectada en la localidad, que creará 40 empleos y que asegurará "la salvación" de la colegio. De momento, se felicita porque la continuidad de la escuela está garantizada y porque el pueblo dispone de más variedad de panes que nunca –nueve tipos distintos–, además de bollería recién hecha.

Laura relata que sus hijas se han adaptado bien a su nueva vida, aunque la pequeña, Carlota, siente nostalgia "si Zaragoza sale a relucir". Elsa ya ha conseguido plaza en un equipo de fútbol de Teruel capital para dar continuidad a su afición a este deporte, mientras que Natalia es feliz porque le gusta "estar cerca de gallinas, conejos y caballos", un cercanía inviable en su anterior hogar del barrio de Valdefierro, en la capital aragonesa.,

Una familia dispuesta a instalarse en Alacón, con representantes municipales, en una visita al pueblo.
Una familia dispuesta a instalarse en Alacón, con representantes municipales, en una visita al pueblo.
A. U. O.

También Alacón, con 238 vecinos, salvará su escuela con la llegada de cuatro niños que se sumarán a los dos ya inscritos. Ante la amenaza de cierre para el próximo curso por falta de estudiantes, desde la asociación Apadrina un Olivo y el Ayuntamiento lanzaron la voz de auxilio hace apenas dos semanas. Recibieron más de 50 candidaturas de familias interesadas en instalarse en el pueblo y trabajar en la conservera local.

La seleccionada es una familia con ocho niños en diferentes edades que procede de Cataluña y que aportará cuatro de ellos, de 10, 8, 4 y 3 años, al aula de Alacón, perteneciente al CRA Muniesa. Para ayudar a que estos planes sean una realidad, desde Apadrina un Olivo se puso en marcha una campaña de micromecenazgo para conseguir los recursos para poner a punto la finca que trabajará la familia para abastecer a la conservera. La llamada al ‘crowdfunding’, con la que se puede colaborar todavía ya que sigue abierta hasta el 15 de agosto, ha resultado un completo éxito.

Pero la respuesta más masiva a la llamada para salvar –en este caso mejorar– una escuela es la que ha obtenido el Ayuntamiento de Griegos. Ofrece puestos de trabajo para asentar dos familias con el propósito de ampliar el número de escolares de los nueve actuales a un mínimo de 12 para pasar de una a dos aulas, una medida que reforzaría la calidad educativa. Las dos familias elegidas tendrán tres meses de alquiler gratis y luego pagarán un arriendo de 225 euros mensuales, con una rebaja de 50 por cada niño en edad escolar. La reacción al anuncio, con 3.000 familias interesadas, ha sido "brutal", como admite el concejal Ernesto Agustí. El Consistorio de este pueblo de 138 habitantes tiene planes de crecimiento si sale adelante el proyecto de una serrería que generaría una docena de empleos, aunque, de momento, la clave del empleo es el turismo.

Para evaluar a los candidatos,    se han elegido 10 familias que visitarán la zona para conocer "el pueblo, sus servicios y las carreteras de acceso" con el objeto de que la llegada «no sea flor de un día". "Sería un fracaso personal que se vayan al poco tiempo porque no han podido integrarse", advierte Agustí. El Ayuntamiento quiere que los candidatos sean conscientes de que "llegan a una zona despoblada, con un prolongado invierno y donde no es fácil vivir". Reconoce que las primeras entrevistas y visitas sobre el terreno evidencian que muchos aspirantes "desconocen" los condicionantes del destino, "un pueblo de sierra que está a mas de una hora de viaje de la ciudad más cercana, Teruel". 

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