Covid-19

Los banquetes se alían con servicios de prevención para hacer test de antígenos a los invitados en sus salones

La DGA exigirá desde mañana pasaporte covid o una prueba diagnóstica en todos los eventos que superen las 90 personas.

Carlos y Mamen, a las puertas de la Basílica de Santa Engracia de Zaragoza este sábado.
Imagen de una de las bodas celebradas este verano en Aragón.
Oliver Duch

Los novios que quieran a partir de mañana una boda de más de 90 personas tendrán que exigir a todos sus invitados el pasaporte covid, una PCR hecha hace menos de 72 horas o un test de antígenos realizado en las 48 horas anteriores al evento. La medida, pensada para frenar la transmisión de la sexta ola, ha hecho que los restaurantes se alíen con servicios de prevención para hacer las pruebas en sus propias instalaciones y a un mejor precio.

Se trata de un ofrecimiento "sin compromiso", según precisaron desde el sector, ya que los asistentes también pueden recurrir a laboratorios privados.

Las parejas, ‘reconvertidas’ en promotores del evento, tendrán que firmar un documento en el que se comprometen a acreditar ante el establecimiento y las autoridades sanitarias que cumplen con este requisito. "En el momento en que proporcionen la lista de invitados, también obligatoria, tendrán que poner al lado qué tiene cada uno. Y si sale algún positivo, lógicamente no podrá ir a la celebración", explicó José María Lasheras, CEO del grupo La Bastilla y presidente de la Asociación de Restaurantes de Zaragoza.

Esta vez, destacó, la medida se ha anunciado "bien y con tiempo", por lo que, en su opinión, "no será difícil de cumplir". "El coste no será excesivo y dará una mayor tranquilidad a todos", agregó. El principal temor es que este gasto extra termine repercutiendo "en los menús o las recenas". Según Lasheras, el grueso de los contrayentes "no se lo han tomado mal". "Ojalá se hubiera implantado hace un año. Nos hubiéramos arruinado menos y se podrían haber celebrado más eventos", dijo.

En esta línea, apuntó que ha de tenerse en cuenta que sigue habiendo bodas bastante pequeñas. "Muchas corresponden a las que se aplazaron en 2020. Ahora bien, quedan dudas por resolver. ¿Qué ocurre con los niños menores de seis años? ¿También tienen que hacerse una prueba? Lo hemos preguntado y estamos a la espera de una respuesta", incidió.

Lasheras espera que el sistema funcione y se puedan ir eliminando restricciones, desde poder recuperar las barras y la pista de baile hasta ampliar aforos y horarios. Sobre todo de cara a septiembre, cuando hay previstas bodas de mayor tamaño.

El sector sigue castigado por las restricciones de estos últimos meses. También por las medidas anticovid que requiere la situación actual. "Las mesas han de estar separadas, se necesitan camareros, gel hidroalcohólico... Todo esto conlleva un coste, y lo estamos asumiendo nosotros", comentó.

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