FESTIVALES

Los cambios en las restricciones anticovid comprometen algunos espectáculos de verano

Programar en pandemia es una operación de riesgo. Los cambios en las medidas anticovid hacen que citas como las actuaciones de Ara Malikian en Jaca hayan tenido que suspenderse. 

Los conciertos en el Jardín de Invierno se pueden ver comprometidos por las nuevas restricciones.
Los conciertos en el zaragozano Jardín de Invierno, con aforo para 700 personas, pueden verse afectados.
FRANCISCO JIMENEZ

Parecía claro que el de 2021 no iba ser un verano de grandes fastos ni espectáculos. Los que se presumen masivos tuvieron que ser cancelados (véase el Slap!, Vive Latino, Pirineos Sur…) y los que se atreven a seguir programando han de hacerlo con unas restricciones que no siempre son sencillas de sobrellevar. De hecho, uno de los problemas principales es que, como la pandemia, los aforos y las medidas contra el virus suelen ser volátiles. ¿La prueba? Que en Jaca hayan tenido que reprogramar para dentro de un par de meses los conciertos previstos de Ara Malikian.

“Sus actuaciones tenían un aforo previsto de 700 personas cuando en la plaza, que es enorme, caben más de 1.500. Las últimas medidas del Gobierno de Aragón impedían hacerlo con más de 500, así que hemos tenido que posponer los dos conciertos para septiembre”, explica Olvido Moratinos, concejal de Turismo y delegada del Festival Folclórico de Jaca. “Este año el festival no tiene nada que ver con los de años anteriores: no hay desfiles ni pasacalles que pudieran provocar aglomeraciones de gente. Eso sí, no queríamos perder la llama de una cita que llega a Jaca cada cuatro años y por eso lo hemos reconducido a actuaciones musicales en espacios abiertos, con aforos controlados y siempre con mascarilla”, explica la edil.

Festivales como Slap!, ViveLatino, Pirineos Sur o Monegros Desert han caído víctimas de la covid

Actualmente Aragón se encuentra en el nivel anticovid de “alerta 2 modulado”, aunque -desde esta semana- "con modificaciones". Por norma general, se pueden llevar a cabo actividades con un 75% de aforo, pero se han reducido a la mitad los asistentes a “actos sociales multitudinarios”, que quedan fijados en un máximo de 500 personas al aire libre (antes eran mil) y 250, en salas o teatros interiores (antes eran 500). La norma obliga a tediosos protocolos de organización (dejar asientos libres entre grupos no convivientes, preasignar butacas, respetar distancias...) y, por ejemplo, el Ayuntamiento de Zaragoza aún estudia los supuestos y las excepciones que se contemplan antes de tener que renunciar a algún concierto ya programado, por ejemplo, en el Jardín de Invierno donde caben cerca de 700 de espectadores. "El aforo fijado se ha de adaptar a 500 personas. La ocupación de los conciertos, por el momento, no llega a las 500 entradas vendidas, así que no hay ningún problema", explican desde el Consistorio. "Si se ve que algún concierto de los que queda experimenta una alta demanda, la Asociación de Promotores, que son quienes promueven estos conciertos, podría solicitar a Sanidad un permiso y ver si les conceden o no ese aumento puntual del aforo", añaden.

En Barbastro, otra de las localidades con mayor incidencia en la actualidad, siguen adelante con su programa ‘VeraneArte’, en el que -dicen- promueven la “cultura segura”. Según explican, en los recintos de las actuaciones (plaza Julieta, paseo del Coso y plaza Diputación) es fácil controlar el aforo, por lo que su mayor preocupación es que no se formen aglomeraciones. “La entrada y salida a los espacios la hacemos de forma escalonada. Nadie puede levantarse del asiento hasta el final de la función y, además, la mascarilla es obligatoria aunque sea un espacio abierto”.

Grandísimas producciones como la de Monegros Desert Festival (multitud de escenarios, estructuras, artistas y equipos internacionales que requieren una planificación de muchos meses) esperarán tener mejor suerte en 2022, porque las únicas garantías legales y sanitarias suficientes este año las pueden aportar pequeñas citas como las del festival Manhattan en Murillo de Gállego o alternativas como el Sonna, con conciertos repartidos por la provincia de Huesca en enclaves naturales o históricos y con aforos muy controlados. Esta solución, por descontado, se traduce también en ajustes de los márgenes de beneficio para las compañías, que llevan meses tratando de sortear una crisis que les acecha desde los tiempos del confinamiento.

bOSQUE sONORO
Medidas de seguridad y anticovid en el festival Bosque Sonoro de Mozota
Heraldo

Una fórmula que sí ha funcionado este verano ha sido la del Bosque Sonoro, en la localidad zaragozana de Mozota, en la ribera del Huerva, en donde se introdujo un concepto pionero que dieron en llamar ‘nidos’ para evitar el contacto entre grupos de desconocidos. “Con la ayuda de una empresa local de reciclaje de madera, Arapal, reconvertimos cien palets en desuso en espacios delimitados seguros para poder disfrutar de los conciertos bailando con tu grupo burbuja. Tenían capacidad de 3 a 6 personas y cumplían con el 1,5 metros de distancia ”, explican desde la organización, donde añaden que “para pedir y pagar tu bebida y comida se hacía a través del móvil con un código QR y los camareros la llevaban a tu nido. En Mozota se pudo ver a recientemente a Viva Suecia, que reunió a 700 espectadores, y para septiembre aguardan las actuaciones de Jorge Drexler o Novedades Carminha, entre otros.

Controlar los aforos no es plato de gusto como tampoco lo es el no poder levantarse ni bailar en los conciertos, como recientemente se quejó Zahara en su concierto en el Auditorio de Zaragoza. En algunos festivales se han llevado a cabo experimentos para hacer compatible la fiesta con los espectáculos, pero la normalidad en las actuaciones aún parece lejana, “sobre todo porque muchos de los participantes son muy jóvenes que apenas acaban de entrar en la rueda de la vacunación”, explican los programadores, que este año han tenido que renunciar a citas, incluso no tan multitudinarias como las anteriormente mencionadas, como el Amante de Borja, el Garrampa Pop de Huesca, Minarock en Alpartir, Nowhere en Jubierre. También hace meses hubo que adaptar el inicio de muchos conciertos a un horario “casi infantil” para no tener problemas con los incumplimientos del toque de queda cuando se volvía a casa. Este mismo ‘handicap’ puede darse de nuevo en unos días si finalmente se impone el toque de queda en Huesca, Barbastro, Jaca y Monzón, las localidades más castigadas por la nueva ola.

La representación de 'Calígula' en Murillo de Gállego.
La representación de 'Calígula' la semana pasada en Murillo de Gállego.
Heraldo

Las ‘no fiestas’ de los pueblos (vetadas, al menos, hasta el 31 de agosto) también están haciendo mella en muchos promotores musicales, que explican que el único formato posible este verano es el de los festivales de pequeño formato, al aire libre y con una programación más familiar.

Muchos consistorios tratan de compensar la ‘no celebración del patrón’ con festivales o actuaciones de música con los que animar las soporíferas tardes estivales. Este fin de semana, sin ir más lejos, hay recitales en un puñado de las localidades más populosas de Zaragoza, aunque en ninguna de ellas se superarán los 500 espectadores que limita la norma. En Calatayud se podrá escuchar hoy (22.00) al grupo de jotas Virgen de la Peña, en una plaza de España que está acotada y en la que apenas caben 108 personas. Tarazona este viernes vibró con un homenaje a Jarabe de Palo, que se llevó a cabo en el patio del palacio de Eguarás, mientras que en Sos del Rey Católico hoy mismo empieza la tercera edición del festival Sos en Vivo, que evoca lejanamente a lo que fue en su día el Luna Lunera de la lonja medieval. Begut, Elem o Erin Memento pasarán por lo que han dado en llamar ‘las terrazas femeninas’, de diversos espacios de la localidad cincovillesa. “Son actuaciones gratuitas y libres hasta completar los aforos, que son muy reducidos pero sirven para disfrutar de los parajes del municipio en el que cada rincón es único”, comenta el responsable de la Asociación de Empresarios Turísticos Cinco Villas, Felipe Díaz. “Sos es un pueblo de apenas 600 habitantes y después del éxito de Luna Lunera queríamos demostrar que éramos capaces de hacer mucho más. Tratamos de reivindicar la música en vivo y también la importancia y la necesidad de mantener vivos los pueblos con cultura”, añade.

Aún es una incógnita saber en qué condiciones se planteará la vuelta del público a los estadios

Zaragoza capital también ha tenido que adaptar su programación a la pandemia este verano y lo ha hecho bajo el epígrafe de Cultura al Raso. Se desarrolla en ocho escenarios al aire libre, con algunas novedades como el estreno de la cúpula geodésica de La Granja, la recuperación del Jardín de Invierno del parque Grande o de la zona de la Expo donde estaba el escenario-concha del Hombre Vertiente, donde el aforo máximo era de 350 personas. Con las fiestas del Pilar a la vuelta de la esquina ya se han suspendido los pasacalles y los cabezudos, pero se siguen vendiendo entradas para conciertos multitudinarios, para los que se ha tenido que pedir un permiso especial. Para la actuaciones del Príncipe Felipe (véase Fangoria o Nathy Peluso), “excepcionalmente”, el recinto permite “solicitar la autorización contemplada en el artículo 10 de la Ley 3/2020, de 3 de diciembre”. No obstante, es un misterio saber cómo estará la incidencia y el grado de vacunación para mitad de octubre, y las autoridades recuerdan que las restricciones pueden variar de una semana para otra. 

En la misma tesitura, en un tenso compás de espera, se encuentran los partidos de las competiciones que empezarán el mes que viene (¿entrará público a la Romareda?) y los no pocos festejos taurinos que han tenido que cancelarse en paralelo a las ‘no fiestas’. Alberto García, director ejecutivo de Tauroemoción, lamenta que la Feria Taurina de la Albahaca 2021 no vaya a celebrarse y explica que intentaron “mediante varias fórmulas, incluso con cláusulas covid” que pudiera hacerse un festejo el próximo 10 de agosto con una corrida goyesca y una lidia de Morante de la Puebla. Los servicios técnicos y jurídicos del Ayuntamiento de Huesca consideraron inviable modificar el contrato taurino, dada la legalidad vigente y que las fiestas patronales de San Lorenzo están suspendidas por la pandemia.

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