La asesoría de violencia sexual del IAJ atiende a 78 jóvenes en dos meses y medio

El 51% de las chicas que han acudido a este servicio eran menores de edad.

Ana Santos, psicóloga de Cavias que lleva la asesoría del Instituto Aragonés de la Mujer
Ana Santos, psicóloga de Cavias que lleva la asesoría del Instituto Aragonés de la Mujer
Guillermo Mestre

La nueva asesoría para jóvenes víctimas de delitos sexuales del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) ha asistido en dos meses y medio, desde mediados de marzo a finales de mayo, a 78 mujeres de entre 14 y 30 años. De ellas, un 51% son menores de edad. El 69% de las chicas que han sido atendidas son españolas y el resto proceden de otros países. Por provincias, el 80% de los casos pertenecían a Zaragoza, el 15% a Huesca y un 5% a Teruel.

Dos psicólogas de la asociación Cavias (Centro de Asistencia a Víctimas de Delitos Sexuales) atienden este servicio que se financia con fondos del Pacto de Estado con la Violencia de Género, unos 15.000 euros este 2021. Funcionó como una experiencia piloto a finales de 2020 y desde mediados de marzo ha vuelto a abrir sus puertas «con vocación de permanencia», señala el director gerente del IAJ, Adrián Gimeno.

Ana Santos, una de las cofundadoras de Cavias en 2004 que está al otro lado del teléfono (648 240 075) o de la mesa, deja claro que para acudir a esta asesoría no hace falta haber presentado una denuncia, aunque muchas de las situaciones que llegan terminan en ella. Hay víctimas que necesitan su tiempo para dar este paso y con ellas se trabaja y se las acompaña.

El aumento de las denuncias y la salida a la luz de estas agresiones son el fruto de las intensas campañas de concienciación y ayuda realizadas desde todas las instancias y también del impacto mediático de algunos casos y juicios. «Siempre está la duda sobre si se denuncia más o hay más delitos sexuales. Creemos que los abusos de adultos a menores sí que se denuncian más que antes, pero han aumentado los que tienen lugar entre los propios adolescentes», señala esta psicóloga. «Hay situaciones que se les van de las manos y acaban en delito. En el contexto de ligar, el famoso ‘no es no’ no lo tienen claro e interiorizado. Tampoco son conscientes de lo que supone la divulgación por redes sociales de imágenes de fotos y vídeos».

Los abusos sexuales, aquellos en los que según el Código Penal no ha existido ningún tipo de violencia e intimidación, son los más habituales. Un 60% de los que se han atendido en la asesoría. Un 24% son agresiones sexuales y en el restante 16% abundan los que se producen por medios cibernéticos como el ‘grooming’ (acoso sexual a menores en internet) o el ‘sexting’ (envío de contenidos de tipo sexual).

Cuando las menores que llaman sufren abusos o agresiones en su entorno familiar hay que valorar primero si está en riesgo o no. «Si está en riesgo porque convive en el hogar con el agresor o lo ve diariamente hay que actuar y tenemos la obligación de denunciar. Si contamos con la ventaja de un margen de tiempo porque es una persona con la que se encuentra de forma esporádica, intentamos prepararla para que sea ella misma quien se lo cuente también a los suyos, donde va a encontrar un punto de apoyo».

"El trauma no es para siempre"

Para esta psicóloga, el confinamiento vivido durante la pandemia de coronavirus ha servido de «tiempo de reflexión» para muchas mujeres que han decidido contar lo que les pasaba. «Hay mujeres que hasta ahora nunca habían hablado en voz alta de lo que les ocurría, pero que en estos meses han tenido tiempo para pensar y han tomado la decisión de hacerlo. Incluso de delitos que por el tiempo transcurrido ya han prescrito», dice Santos. Lanza el mensaje de que las víctimas se recuperan y no es cierto aquello de que el «trauma siempre lo arrastrarán y lo van a tener ahí». «La experiencia nos dice que con ayuda lo pueden superar y no tiene por qué condicionarles el resto de su vida. Lo que sí es fundamental es el apoyo que tenga en su entorno».

Desde hace años Cavias realiza un intenso trabajo pedagógico por centros escolares y Santos insiste en una prevención «no solo dirigida a la víctima sino también al potencial agresor, para darle ciertas pautas y revocar unas ideas equivocadas que las tienen».

"Hay miedo a denunciar porque se cuestiona a la víctima"

Muchas denuncias de agresiones y abusos sexuales se pierden por el camino. De ahí, que desde esta asesoría del IAJ también se lleve a cabo un acompañamiento integral durante el proceso de denuncia y judicial. Ana Santos, psicóloga de Cavias, asegura que todavía persiste el miedo a interponer la denuncia. «La sensación final es que a la víctima se la acaba cuestionando. El mayor porcentaje de delitos los comete una conocido, generalmente alguien de confianza y muy majo ante el que se tiende a pensarse que algo tendrá que haber hecho ella. Se la cuestiona, no se la cree y tiene que ir contando lo que le ha sucedido de un sitio a otro». Otro obstáculo es el «peregrinaje» que supone todo el proceso legal y que también las echa para atrás. Por ello, están allí cuando hay momentos «angustiosos» para algunas, como ir al forense o acudir al juicio. «Se las acompaña a que visiten la sala donde se va a celebrar la juicio. Les invade un temor extra y necesitan saber dónde van a estar y si su agresor las va a ver. El objetivo es quitarles esos miedos añadidos para que tengan confianza en ellas»

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