La saturación de los ambulatorios en Aragón obliga a ampliar horas o retrasar un día los rastreos

Los profesionales detectan reinfecciones y las afecciones se empiezan a trasladar a los progenitores de los contagiados, la mayoría de carácter leve tras estar vacunados.

Varios pacientes esperaban ayer en el centro de salud de Univérsitas a ser atendidos.
Varios pacientes esperaban ayer en el centro de salud de Univérsitas a ser atendidos.
Francisco Jiménez

Los profesionales de Atención Primaria están al límite con el aumento "abrupto" de contagios, lo que obliga a algunos centros de salud a ampliar las horas dedicadas a las pruebas diagnósticas o al rastreo e incluso retrasar alguno de estos aspectos a la siguiente jornada. "Estamos más saturados que cuando comenzó esta ola", reconoce Leandro Catalán, presidente de la Federación Aragonesa de Médicos de Atención Primaria (Fasamet).

Esta situación se debe, principalmente, al incremento de los test y de los contactos notificados: "Antes hacíamos todas las PCR en el día, pero ahora hay veces que alguna se tiene que hacer al siguiente". En el centro de salud Amparo Poch (Actur Oeste), hay jornadas en las que el personal de tarde tiene que continuar con los rastreos iniciados a las 9 de la mañana. Y, en días puntuales, no consiguen terminar. También en el Arrabal han incrementado los tiempos dedicados a tomar muestras para las PCR con el objetivo de abarcar toda la carga laboral que tienen.

"Estamos desbordados", apunta Raquel Llera, coordinadora del centro de salud de Ejea de los Caballeros, que ayer notificó 31 positivos. Cada jornada, hacen más de 60 PCR y de cada positivo se obtienen una media de 15 contactos y "algunos que no nos quieren decir". De momento, el mayor porcentaje de contagios, incide, se sigue dando entre los 14 y 25 años; aunque en las últimas jornadas se han detectado afectados entre sus progenitores, de la franja de 45 a 55 años. Algunos -detalla- no estaban vacunados, pero también se han dado casos entre aquellos que ya habían recibido la pauta completa.

La situación se repite con los abuelos, según se ha percibido en otros centros de salud de Aragón. Es lo que se conoce como escape vacunal, puesto que ninguna inyección ofrece un 100% de inmunidad. "Suelen presentar cuadros leves, lo que demuestra que las vacunas son fundamentales para contener la pandemia", recalca Catalán, quien lamenta que se hayan relajado las medidas antes de tiempo, facilitando este rebrote de contagios. "El volumen es tan explosivo que podría ser, por número de contagios, la mayor ola", señala. En este sentido, explica que al ser jóvenes, los efectos del virus son menos graves y apenas hay traslados a los hospitales. Algo en lo que también ayuda el avance de la campaña de vacunación; puesto que el escenario epidemiológico y la presión en los hospitales sería completamente diferente si cerca del 50% de los aragoneses no estuvieran ya inmunizados.

Asimismo, se están produciendo contagios, según apuntan desde el centro de salud de Delicias Norte, entre personas de 60 a 67 años que habían recibido una primera dosis de Astrazeneca y que, debido al protocolo establecido por la farmacéutica de 12 semanas entre inyecciones, no les habían puesto todavía la segunda. Precisamente, por esta cuestión, Sanidad permitió adelantar desde ayer las citaciones hasta la semana 8.

Tampoco son ya extraños los casos de reinfecciones. "Especialmente son jóvenes que se contagiaron durante las ‘no fiestas’ de Ejea -que se celebraron en septiembre- y que ahora vuelven a estar infectados", explica Llera. Pero no son los únicos. "Se dan de todo tipo, tanto de personas que se habían contagiado hace dos meses, como aquellos que lo pasaron hace un año", detallan desde el Amparo Poch. Al igual que aquellos que ya habían sido inoculados, "los cuadros clínicos son leves".

Esta curva epidemiológica, conocida como ‘ola joven’, está marcada por el impacto de la variante delta. Por ello, los profesionales recomiendan que ante el menor síntoma, "se queden en sus casas". "Estamos detectando contactos a los que la primera PCR les sale negativa, pero la segunda -a los siete días- es positiva. Creemos que puede estar relacionado con la variante delta y, si no se ha cumplido el aislamiento, implica muchos riesgos", puntualizan desde el Amparo Poch.

Comportamientos de riesgo

Ante la evolución de los contagios, el personal de enfermería y medicina incide en la importancia de que se extremen todas las precauciones. "La relajación del uso de la mascarilla en el exterior se tomó muy a la ligera", lamenta Catalán, al tiempo que considera que se debería haber tardado más en relajar las medidas. La mascarilla, la limpieza de manos y la distancia social son -recuerdan los especialistas- fundamentales para contener esta situación.

Sin embargo, no todos las siguen y así se alcanza el casi millar de contagios notificados en una sola jornada. "Otra vez se está viendo cómo personas que debían guardar cuarentena hacen su vida con normalidad", critica Llera. En estas situaciones, se ponen en contacto con ellos para recordarles los protocolos que deben seguir, aunque, a veces, sin éxito. En este punto, incide, "la transmisión es comunitaria". Lo que empezó con las fiestas de fin de curso y los viajes a la playa se ha trasladado a cada uno de los núcleos de población de la Comunidad. "Hay muchos contactos sociales, por ejemplo, tras los partidos de la Europa, que provocaron que muchos jóvenes se juntaran para verlos", subraya.

Los centros de salud, al límite

De manera casi paralela al incremento de pruebas diagnósticas y al seguimiento de los positivos, los centros de salud tuvieron que recuperar las consultas presenciales, lo que ha desencadenado, según detalla el presidente de Fasamet, en una verdadera saturación que, además, provoca que aumente la movilidad dentro de estos espacios. "Hay personas en las salas de espera para ser atendidos, otros que vienen a admisión a tramitar citas o cuestiones similares, se sigue con la campaña de vacunación y, además, están las PCR", puntualiza.

"Éramos partidarios de retomar las consultas presenciales, pero no creíamos que fuera el mejor momento, tanto porque todavía había población sin vacunar -con el riesgo de aumentar los contagios, como así ha sido- como por que coincidía con las vacaciones de los profesionales", recuerda. Ahora preocupan los peligros que pueda suponer ese "exceso" de movilidad.

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